Hay un tiempo para celebrar. Y también hay un tiempo para meditar. Con la Misa de Medianoche, con la Misa del Gallo, la Iglesia abre el tiempo litúrgico de la Navidad. Un periodo que nos llevará hasta la fiesta del Bautismo del Señor. Nada mejor en estos días que degustar el sentido auténtico de la celebración del Nacimiento del Niño Dios y hacer espacio en el corazón a las palabras que pueden ayudar a vivir este misterio inmenso y transformador de “Dios con nosotros”. Recogemos a continuación las homilías de nuestro arzobispo, monseñor Julián Barrio, en las celebraciones de la Misa del Gallo, en la Eucaristía del Día de Navidad y en la Misa de las Familias, en la Catedral de Santiago.
En ellas, D. Julián nos habla de “la ternura de Dios, la alegría del recién nacido”; nos anima a ver que “el lenguaje de Dios es el lenguaje de lo pequeño, de lo débil, de lo pobre”, que rompe “todos nuestros esquemas”, ya que “por las venas de Dios corre sangre humana” y “por el corazón del hombre resuenan los latidos del corazón de Dios”.
Nuestro Arzobispo invita a las familias a luchar “por la dignidad y el respeto de cada familia en este momento”, y a “que cada miembro de la familia se comprometa a construir y a hacer de cada hogar un ambiente cálido donde se respire el amor de Dios”.
Son, sí, palabras para una Navidad…