- En su Carta Pastoral para esta solemnidad, el arzobispo compostelano indica que “el pobre nos interpela y nos ayuda a evangelizarnos”
“La solemnidad del Corpus Christi es especialmente un día de alabanza
y de adoración, de gratitud y de súplica a quien intercede
constantemente por nosotros ante Dios Padre …, diciéndonos que “cualquier cosa que hagamos a los demás a Él se lo hacemos”
(cf. Mt 25,40). Esta enseñanza de Jesús nos lleva a reconocerle en el
rostro de todas las personas, sobre todo en las más necesitadas que la
sociedad ha dejado a un lado en la cultura del descarte”. Así
se expresa el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en una
Carta Pastoral para el día del Corpus Christi, que la Iglesia celebrará
este próximo domingo 14 de junio. En esa misma jornada se celebra el Día
de la Caridad, dedicado especialmente a Cáritas. “En este sentido”,
recuerda el arzobispo, “Cáritas es la misma Iglesia, con su carácter
comunitario y, por tanto la prolongación de la manifestación de amor de
Jesucristo. Ha de ser factor de animación de la comunidad y en la
comunidad, proyectándose hacia la sociedad con el anuncio salvífico y
los gestos proféticos, como luz puesta en el candelero, y urgiéndonos
hacia un efectivo amor fraterno con cada ser humano”.
En su Carta Pastoral, monseñor Barrio señala, además, que “participar
en la Eucaristía conlleva asumir el compromiso de vivir en comunión con
los demás, no olvidando la dimensión social y caritativa de nuestra fe”
y que ello nos insta a los creyentes a percibir la “relevante dimensión
del compromiso caritativo, parte integrante del anuncio de la obra
salvadora y liberadora de Jesús”.
“El pobre”, asegura el arzobispo compostelano, “nos interpela y nos
ayuda a evangelizarnos. Como pueblo que peregrina hacia Dios, la acción
caritativa ha de realizarse en la Iglesia, con la Iglesia y al servicio
de la Iglesia, “que sin dejar de gozarse con las iniciativas de los
demás, reivindica para sí las obras de caridad como deber y derecho
propio que no puede enajenar”. Quien ha acogido el amor de Dios, siente
la necesidad de manifestarlo a través de sus obras. Por eso, “quien
quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que
reconocer al otro y buscar su bien”.
Hace sólo unos días, la Archidiócesis compostelana hizo efectivas sus
aportaciones económicas, por un valor total de 150.000 euros, a las
instituciones diocesanas dedicadas a la atención de los más
desfavorecidos. De ese total, Cáritas diocesana recibió 90.000 euros con
los que atender, sobre todo ahora, las necesidades provocadas en los
más vulnerables por la pandemia del Covid 19.