
- Medidas implantadas por la entidad ante la alerta sanitaria y la progresiva desescalada
- De aplicación general en todos los servicios y programas operativos de la institución
 La Comisión de Crisis de Cáritas Diocesana de 
Santiago de Compostela reunida bajo la presidencia de Jesús García 
Vázquez, delegado episcopal,   aprobó las recomendaciones para el 
reinicio de los procesos de acogida  presencial en tiempos  de Covid19 y
 que son de obligado cumplimiento en  todos los servicios  y programas 
dependientes de la institución El director diocesano fue el encargado de
 presentar el informe elaborado por  técnicos y expertos en la materia, 
señalando que “la empresa debe garantizar la seguridad y la salud del 
personal a su servicio en todos los aspectos relacionados con el 
trabajo, adoptando cuantas medidas preventivas sean necesarias para su 
protección”.
El presente protocolo, se dice al inicio, pretende recoger las 
medidas más genéricas que la entidad ha de implantar para afrontar la 
alerta sanitaria provocada por el COVID-19 y la progresiva desescalada. 
Todo ello se desarrollará siempre en función de la evolución del actual 
escenario y en coherencia con las recomendaciones del Ministerio de 
Sanidad y las demás autoridades competentes en esta materia.
Distintas características
Se menciona que se ha de tenerse en cuenta la tipología específica de
 cada servicio y programa, puesto que determinadas características de 
los mismos pueden hacer aconsejable la supresión, añadidura o 
modificación de algunas de dichas medidas. Con este fin, deberán 
analizarse tanto las condiciones y posibilidades reales que ofrecen los 
espacios, como la situación en la que se encuentra cada equipo y las 
posibles alternativas para paliar los déficits que se presenten.
Atención directa
Es posible y necesario retomar la atención directa a participantes y 
la realización de cursos de formación, sin que ello suponga una 
reincorporación simultánea de todos los agentes. En la medida de lo 
posible, la vuelta al trabajo presencial se hará de manera escalonada y 
se facilitarán el teletrabajo y la conciliación familiar.
En ningún caso deberá desempeñar tareas en Cáritas la persona que 
presente fiebre, tos, dificultad respiratoria o cualquier otro síntoma 
que haga sospechar que se padece la enfermedad producida por el 
COVID-19. Tampoco acudirá al servicio aquel agente que haya estado en 
contacto estrecho con alguna persona afectada por COVID-19. En dichos 
casos, el propio agente comunicará esta situación a la Dirección del 
servicio o programa y no acudirá al mismo hasta que tenga la 
confirmación médica de que no existe riesgo para él ni para los demás.
Aquel agente de Cáritas que se encuentre dentro de algún grupo de 
riesgo no realizará atención directa a los participantes. Si a pesar de 
todo, desde su libertad y bajo su responsabilidad, decide desempeñar 
esta tarea, debe contar con el visto bueno de su párroco o, en su caso, 
de la persona responsable del servicio o programa, aunque sea 
verbalmente.
Medidas básicas de prevención
Las medidas preventivas más eficaces para minimizar el riesgo de 
contagio, de obligado cumplimiento en los servicios y programas de 
Cáritas Diocesana de Santiago, son tres:
- Mantenimiento de la distancia interpersonal de seguridad de 2 metros, evitando en todo momento el contacto físico.
- Utilización de mascarilla en los espacios cerrados, y en los exteriores siempre que en estos últimos no se pueda mantener la distancia de seguridad.
- Higiene de manos, bien mediante un lavado frecuente con agua y jabón, bien con la utilización de gel hidroalcohólico.
Para garantizar la adopción de estas dos últimas medidas, los 
servicios de la Entidad dispondrán al menos de un lugar a la entrada, 
bien señalizado, para facilitar el acceso a gel hidroalcohólico y 
mascarillas, así como de un contenedor de residuos con tapa de apertura 
de pedal.
Otras medidas
Además de estas claves básicas, se recomienda la adopción de otras medidas importantes:
- En la medida de lo posible, intentar que sean las personas más jóvenes quienes realicen la atención directa a los participantes.
- Establecer el sistema de cita previa para todas las atenciones que requieran la presencia física de la persona participante.
- Informar de que es recomendable que solo acuda a la cita presencial una persona de la unidad familiar y, siempre que sea posible, que no lo haga acompañada de menores.
- Si el local dispone de más de una puerta de acceso, habilitar una para la entrada y otra para la salida, evitando así el cruce de personas.
- Evitar la utilización de las salas de espera. En caso de que esto fuese imprescindible, tratar de que en cada una de ellas no haya más de una persona y, cuando ésta abandone la estancia, realizar una desinfección de las superficies y objetos de contacto.
- Eliminar de las salas de espera elementos superfluos, tales como revistas o cualquier tipo de objeto manipulable que pueda convertirse en un foco de contagio.
- Mantener una adecuada y frecuente ventilación de los espacios. Es recomendable que en los espacios de atención directa esta ventilación se realice después de la salida de cada participante o, como mínimo, durante unos diez minutos cada dos horas.
- Tener las puertas abiertas para evitar la manipulación de pomos y manillas, siempre y cuando este hecho no interfiera en el derecho a la intimidad y privacidad de los participantes.
- Fomentar la presentación de documentación en formato digital (por correo electrónico o foto). En caso de tener que fotocopiar un documento, lavarse posteriormente las manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico.
- Mantener en una cuarentena de 48 o 72 horas toda aquella documentación que haya sido entregada directamente por las personas participantes.
- Después de cada atención, realizar una desinfección de las superficies y objetos de contacto.
- Siempre que sea posible, evitar la utilización de los aseos. En aquellos casos en los que, por las características específicas del servicio y/o de la actividad realizada sea necesario su uso, comunicar a las personas participantes que después deben limpiar las superficies. Para ello, cada aseo dispondrá de elementos de limpieza tales como productos de desinfección, toallas de papel desechables y fregona.
Prevención
- Utilización de mamparas de metacrilato siempre que para la atención directa en lugares cerrados no se disponga del espacio suficiente para mantener la distancia de seguridad de 2 metros.
- Utilización de pantalla facial protectora cuando para el agente de Cáritas ello suponga un elemento de seguridad complementario que le haga sentirse más cómodo en el servicio que realiza. Este elemento no exime del uso obligatorio de la mascarilla.
Recomendaciones
- Uso de guantes desechables por parte de los participantes y los agentes cuyas tareas no impliquen el manejo de pacientes o la manipulación de alimentos, medicamentos, etc. Este elemento podría proporcionar una falsa sensación de seguridad a la persona que los utiliza, siendo muchas veces contraproducente, puesto que lo más efectivo es el lavado frecuente de manos.
- Instalación de felpudos impregnados en desinfectante. Esta medida no tiene justificación sanitaria y podría ser peligroso, dado que puede provocar resbalones y caídas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
