El Papa Francisco continúa la costumbre iniciada por San Juan Pablo II: bautizar niños personalmente en la Capilla Sixtina en el domingo después de Reyes, el día del Bautismo del Señor,
que marca el final de la Navidad. Este domingo el Papa Francisco ha
bautizado a 15 niñas y 17 niños en el marco estéticamente incomparable
de esta capilla.
En su homilía improvisada el Papa ha explicado a los papás que al
bautizar a sus bebés hacen “un acto de justicia” porque en el Bautismo
“le damos un tesoro” y no es otro que “el Espíritu Santo”.
Por tanto, al bautizar a sus hijos “hacen que salgan y crezcan con el poder del Espíritu Santo”.
Este poder – dice el Papa – “lo defenderá” y “lo ayudará a lo largo de
su vida”, de ahí la insistencia del Pontífice en bautizar a los niños.
En su reflexión, Francisco también ha pedido a los padres que
pongan atención en que los niños “crezcan con la luz y con la fuerza del
Espíritu Santo” mediante la catequesis, la ayuda, la enseñanza y los ejemplos que les darán en casa.
Antes de concluir, bromeando, les ha dicho que no se preocupen si los
bebés empiezan a llorar y gritar, pues “una vez que uno dé el “la”
– ha dicho – todos empiezan el concierto”. Por último, ha dicho a las
mamás que no tengan apuro en dar de amamantar a sus hijos y que no se
olviden que son los padre quienes “llevan el Espíritu Santo dentro de
los niños”.
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