Un lienzo monumental de arte efímero ocupó buena parte de la Praza Massó, en el centro de Bueu, como el singular homenaje de la asociación de alfombristas a los vecinos de la villa y a sus tradiciones, en un Corpus atípico. Esta vez no pudo haber procesión, ni tampoco se llenaron las calles de kilómetros de diseños florales, pero si algo se impuso este domingo en la villa morracense fue el deseo de sus vecinos de seguir adelante y mirar con ilusión al futuro. El covid-19 nos tuvo a todos los españoles encerrados durante más de dos meses, pero el coronavirus no mató una tradición que ha llevado el nombre de Bueu al otro lado del Atlántico y aún más allá.

La presidenta de los alfombristas buenense, Carmen Santos, agradeció la colaboración de los vecinos, tanto a la hora de aportar material como flores, verde y otros elementos necesarios, como por su disposición a colaborar en la confección de una de las alfombras más espectaculares que alguna vez se hayan hecho en la villa. «Tuvimos muchísima gente que nos ofreció material», añade Santos, una colaboración que permitió ejecutar el diseño preparado por Rafa Oliveira.

Pendientes del tiempo
Si algo hubo que temer fue al tiempo, porque las amenazantes nubes de tormenta del sábado retrasaron el horario previsto para comenzar a confeccionar el monumental ejemplo de arte efímero. La lluvia cayó, pero dio tregua, y los buenenses aprovecharon al máximo la oportunidad. «Trabajamos toda la noche», indica Santos. Fue mucho más que la noche. En total, diez horas y media para poder plasmar en el suelo de la simbólica plaza una alfombra floral que sirve para honrar el pulso cultural y social de la villa.

La portavoz de los alfombristas señala que como no era posible llenar el recorrido de la procesión, por otra parte cancelada, de flores y dibujos, se optó por concentrar el esfuerzo en uno único en la plaza elegida. «Queríamos hacer una alfombra que fuese dedicada a Bueu, un homenaje a todos los vecinos y a nuestras tradiciones por la situación en la que vivimos», apunta. Y así, surgió la alfombra más «enxebre» que se recuerda.

En los dibujos, realzados por el colorido de las flores, estaban representadas todas las parroquias del municipio, sus fiestas como santa Efigenia o la Virgen del Carmen, y sus parajes naturales, con el faro de Ons incluido. «Es un compendio de la cultura y de las tradiciones de Bueu», precisa Santos. La destreza de los alfombristas locales también se hizo ver en su participación, con otros colectivos gallegos, en el adorno de varias iglesias de Santiago.

Puede que para el año vuelva el Corpus habitual, pero la idea escenificada en la Praza Massó gustó, y mucho, a cuantos vecinos y visitantes se pasaron a observarla. Había que guardar las medidas de seguridad y separación social, pero no hay duda de que la alfombra gustó, convenció y a más de uno emocionó.

Fuente: La Voz de Galicia
pastoralsantiago.es
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