Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, afirma que en España unos 70 sacerdotes, diocesanos y religiosos, han fallecido por Covid19, estando "de una u otra manera vinculados al servicio del ministerio".

Habrían fallecido "en el ejercicio normal de su ministerio, estando más cerca de personas contagiadas antes del confinamiento o en lugares donde las posibilidades de contagio eran mayores".

Se trata, matizó, de datos aproximados ("entre 65 y 75", ha precisado luego) a partir de las informaciones de las delegaciones de prensa de cada diócesis. A esos habría que sumar "otros muchos" que han fallecido en residencias y casas de religiosas, también jubilados".

Argüello ha dado esta información este lunes 20 de abril en el transcurso de una rueda de prensa por videoconferencia con los periodistas habitualmente acreditados ante la Conferencia Episcopal, y en respuesta a sus preguntas.

El pasado jueves, Europa Press divulgó una nota, a partir de datos de 56 de las 70 diócesis españolas (y alguna actualización de viernes) que contabilizaba 53 sacerdotes fallecidos en España por coronavirus.

Pero son datos incompletos. Por ejemplo, en la diócesis de Madrid han muerto desde el 11 de marzo 28 sacerdotes, pero sólo se hicieron pruebas confirmando el coronavirus a 9. La lista de Europa Press recogía 7 sacerdotes fallecidos por coronavirus en Pamplona, 5 en Ciudad Real, 4 en Palencia, 4 en La Rioja...

En España hay unos 17.700 sacerdotes, con una media de edad de 65 años.

La Iglesia quiere pactar el desconfinamiento
Argüello ha expresado el deseo de coordinarse con el Gobierno central y los autonómicos para aclarar los detalles del proceso de salida del confinamiento y cómo se aplicarán en la vida ritual de los católicos.

"Prácticamente todos los templos han estado cerrados, pero la Iglesia ha seguido abierta", ha declarado el obispo ante los periodistas. "La cantidad de personas que han podido entrar en las iglesias ha sido mínima, pero la Iglesia ha estado abierta por su creatividad extraordinaria". Además, en muchos templos, los obispos "hemos pedido que si fuera posible dejaran las puertas abiertas como gesto de esperanza".

El obispo denuncia que el decreto sobre el estado de alarma generó "confusión", porque, por ejemplo, permite el culto público pero entre las causas para salir de casa, en su artículo 7, no especifica explícitamente el acudir al culto (hay abogados -como este informe de E-Cristians- que lo consideran recogido con la palabra "causas análogas", en paralelo a cuidar enfermos o ir de compra).

Después Argüello comenta un detalle jurídico: "ya incluso en la ley de 1981 sobre los estados de alarma, excepción y sitio, el estado de sitio suspende los artículos 17 en adelante de la Constitución, pero no la libertad de culto, que es el artículo 16". Para la Constitución, la libertad de culto es de las más importantes y es muy difícil limitarla.

La Iglesia pide comulgar en Pascua: ¿se podrá hacer?
Una pregunta es: ¿podrán los católicos españoles comulgar antes de Pentecostés? "La Iglesia enseña que hay que comulgar al menos una vez al año, en tiempo de Pascua... y vemos como va avanzando la Pascua... Estamos hablando con médicos para ver la forma de sin dejar de prevenir los contagios. Queremos que la Eucaristía pueda progresivamente celebrarse con pueblo".

Más adelante añade que aún no hay ninguna fecha para un diálogo entre representantes del Gobierno y de la Iglesia, pero sí hay ya, dijo, "conversaciones con médicos, administraciones y entre nosotros [obispos] para programar la vuelta a la normalidad".

"Los médicos insisten en las medidas ya conocidas: pedir que las personas se laven las manos al entrar al templo, uso de mascarillas, no poner agua en la pila de agua bendita, ver cómo distribuir la comunión, mantener la distancia física... pero estas reflexiones de médicos deberán someterse a lo que digan las autoridades sanitarias en próximas semanas", añadió Argüello.

"Ha habido al menos una cierta descoordinación"
A preguntas de los periodistas, el portavoz procura no cargar las tintas contra las autoridades civiles, pero en cierto momento constata que "la situación española nos habla, cuando menos, de una cierta descoordinación y dificultades [de las autoridades civiles] para estar a la altura".

Previamente, el obispo describió los peores momentos de la crisis y sus peligros éticos.

"Quiero reconocer la situación de drama en marzo y primeros de abril, sin respiradores, desbordados... No se debe considerar a los ancianos o a cualquier otro colectivo -solo por ser de ese colectivo- como un grupo de descarte, denuncia el Papa. Lo éticamente inaceptable es tomar la decisión mirando el DNI. No hay enfermedades, sino enfermos, y cada uno ha de ser mirado en su propio rostro y situación", ha denunciado.

El obispo critica que "a muchos mayores, por el mero hecho de ser mayores, ni siquiera los llevaban al hospital". En un hospital, detalla el obispo, se muere mejor de covid19 que en una residencia.

"Al menos en el hospital, incluso sin entrar en cuidados paliativos, al menos recibían sedantes y calmantes, pero en las residencias -que no tienen los medios de un hospital- ni siquiera recibían ese cuidado paliativo, con la angustia de morir sintiendo que te ahogas...", detalla.

Cuidado de ancianos y ritos finales y funerarios
"El cuidado de ancianos, niños y la despedida a los difuntos marcan a una civilización; estas cuestiones son matriz de civilización. Esta pandemia pone sobre la mesa una reflexión: ¿qué hacemos con los niños, desde el vientre materno a su crecimiento y educación? ¿Y qué hacemos con los mayores? Estuve en Venezuela con los obispos del CELAM [las conferencias episcopales latinoamericanas] y me preguntaban qué se hace con los mayores [en España]. Allí aún, y más en África, los mayores se cuidan en casa y les cuesta pensar en que se lleven mayores a residencias".

"Muchas personas han deseado recibir consuelo espiritual en sus últimos momentos. Esto ya se ha normalizado en los hospitales, pero al principio, en los momentos más duros de la crisis, los capellanes no podían acceder al lugar de los enfermos por carecer de equipos de protección. Carecían los profesionales de salud, ¡y más aún los capellanes! Pero cuando la ciencia ya no puede curar, la curación espiritual y el consuelo de la fe, muestran toda su importancia", añadió el obispo.

También recordó que actualmente los funerales están muy limitados (a solo 3 asistentes) incluso si el difunto no falleció de coronavirus. Eso formaría parte de las cosas que deben ir cambiando al reducirse el confinamiento.

Contactos con Seguridad Social y bancos
El portavoz de los obispos explicó algunos de los contactos que se han iniciado, por ejemplo, para ayudar a los religiosos de clausura.

"Las comunidades contemplativas cotizan como autónomos, especialmente las que tienen más jóvenes. Se encuentran ahora que sus actividades, como la venta de productos, se han interrumpido. Hemos contactado con la Secretaría de Estado de Seguridad social para que tengan en cuenta a las contemplativas. También hemos tratado con entidades bancarias que habían concedido préstamos a obras de edificación o mantenimiento para que tengan en cuenta una moratoria. Ayer hubo dos tormentas tremendas en Valladolid y Salamanca, creando goteras en edificios, que ahora requerirán una inversión económica. Por supuesto, todo según un orden de prioridades: la seguridad de las personas va antes que la de edificios".

Campañas de la Iglesia frente a la crisis del Covid19
Respondiendo a preguntas de los periodistas, el portavoz de los obispos detalló algunas campañas en marcha para ayudar a los más dañados por esta crisis.

"En Semana Santa la Iglesia ha vivido la campaña 'Cada Gesto Cuenta' de Cáritas. Los datos que nos da Cáritas son de satisfacción grande por la  respuesta de los españoles a la campaña. Hay otra ahora de Obras Misionales Pontificias. Si nosotros hemos vivido lo que hemos vivido con un sistema sanitario potente, imaginemos... Hay que tener en cuenta a los países hermanos. Podemos poner 'las dos equis, que son compatibles', como decimos en la campaña de la declaración de la renta. Y está activa la web Dono A Mi Iglesia, que permite la posibilidad de hacer un donativo específico incluso a la parroquia más pequeña de España. Sabemos que en las campañas hay efervescencia en el primer momento, pero es importante mantener la ayuda a media plazo".

Y añadió: "En Corpus Christi seguramente no podremos celebrar con la solemnidad de otros años, pero es Día Nacional de Caritas y podemos hacer una procesión virtual de generosidad. Para encabezar esta llamada a la sociedad pedimos a los obispos y presbíteros a que den un primer paso adelante".

Así, la Conferencia Episcopal anima a obispos y sacerdotes a dar parte de su sueldo a obras contra el coronavirus. (Los obispos en España cobran entre 1.000 y 1.300 euros, y los sacerdotes entre 800 y 1.200, según la diócesis y otras circunstancias). Eso ya se hizo durante los dos o tres años más duros de la pasada crisis económica.

Pero cada párroco y obispo ha de considerar la situación concreta... teniendo en cuanta que "llevamos más de un mes sin las colectas habituales en las parroquias", recuerda Argüello. Cada diócesis decidiría como distribuir estas donaciones pero las Cáritas Diocesanas son un referentes. "Recordemos que hay parroquias con pocos habitantes que reciben el recibo de la luz mensual aunque este mes apenas se haya encendido la luz. Cada diócesis tiene sus circunstancias", matiza.

¿Salario universal? Sí, pero sólo durante la emergencia
El Papa habló de un "salario universal", un apoyo económico a los que han perdido sus ingresos por esta crisis. Respondiendo a los periodistas, Argüello comenta que "el salario universal o renta básica es necesario en estas circunstancias. Otra cuestión es si debe ser de manera permanente".

"Esta reflexión ya existía antes de la pandemia, ante los cambios económicos, los trabajos que pasan a máquinas, etc...", añadió. "En este momento la necesidad perentoria de renta básica no debería ser coartada para un subsidio permanente que retirase del horizonte de las personas el poder ejercer un trabajo, a porcentajes grandes de la población. Pero ayudar a quien lo necesita ahora, es indispensable. Pero que grupos grandes de ciudadanos vivan subsidiados permanentemente no es deseable. Hay peligro de que ciertas cosas ahora urgentes se hagan permanentes. Por ejemplo, el control de la población a través de los teléfonos móviles, por urgencia sanitaria, si se hace permanente, es un riesgo para la privacidad, libertad e intimidad".

Papel de los políticos: unidad, cada uno con su subrayado
El obispo Argüello ha pedido que los políticos españoles trabajen unidos, y unidos además a los políticos de otros países, recordando, como el Papa, que "la realidad es superior a las ideologías" y que, desde la realidad, los políticos se han de poner de acuerdo "cada uno con su subrayado, en el horizonte del bien común, y no sólo para nuestra nación".

Preguntado por las responsabilidades de la situación en España, comentó: "No tiene la misma responsabilidad un ciudadano que los políticos con la información de que disponen. La situación española nos habla, cuando menos, de una cierta descoordinación y dificultades para estar a la altura. Y en el diálogo entre grupos parlamentarios predomina el esquema de la vieja normalidad, el interés del Partido más que buscar el bien del todo. El llamamiento es buscar juntos ese espíritu. Se hablaba del espíritu de la transición, de 'El abrazo', el cuadro del congreso... eso hay que recrearlo ahora, con una nueva transición hacia la normalidad. Que hagan este esfuerzo de dialogar, que juntos hagan un proyecto, que seguro que nos pedirán sacrificios, y que los grupos políticos sean los primeros en realizarlo, sacrificando su pequeño amor propio".

La rueda de prensa finalizó con el obispo rezando un Padrenuestro por las víctimas de la pandemia.
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