El hospital de Valdemoro está saturado por el coronavirus, convertido todo él en una UCI, desde el 6 de marzo.
Uno de los sacerdotes que lo atienden es su capellán desde el 1 de
septiembre, José Antonio Medina Pellegrini, que es también confesor en
la parroquia de Santiago Apóstol de la ciudad (y bloguero de ReL).
Carlos Herrera, en su programa radiofónico en la Cope el miércoles 25 por la mañana, habló con él para acercar a los oyentes la realidad de un capellán de hospital.
"Miren las vueltas de la vida: templos a puerta cerrada, pero no Iglesia paralizada. Son dos cosas absolutamente distintas. Gracias a los medios de comunicación nuestra gente tiene la persona siempre viva de Jesucristo", detalló el sacerdote.
Cuando pase la pandemia ("porque esto va a pasar, por la gracia de
Dios y el esfuerzo de médicos, biólogos y enfermeros"), el padre Medina
-que además de sacerdote es periodista- cree que habremos aprendido
muchas cosas, "y los hombres de Iglesia vamos a revalorar la importancia de los medios de comunicación social para transmitir el mensaje siempre nuevo, siempre vivo, siempre maravilloso, siempre apasionante, de Jesucristo".
Un milagro diario, y gratitud a los sanitarios
"La vida es un milagro diario, levantarnos cada mañana, abrir los
ojos, aceptar el desafío de un nuevo día, es un milagro siempre, pero en
estos días es un milagro en mayúsculas, resaltado, y los capellanes de
hospitales estamos ahí plantándole cara a este virus tan terrible",
explicó el sacerdote, de 57 años.
"Estar bien de salud, sin ningún síntoma, y poder seguir adelante en
este desafío tan grande y tan maravilloso que es ser sacerdote de
Jesucristo, en este tiempo y en cualquiera, es motivo sobrado para darle
gracias al Dios de la Vida por estar así", añadió.
Medina explicó que el Hospital de Valdemoro, clasificado oficialmente
como "mediano", es hoy todo él "una gran UCI". "Poco a poco empezó a
irrumpir la presencia misteriosa, velada al principio, que hoy ya todos
vemos. Yo caigo de rodillas en agradecimiento, en reconocimiento, a
todo el personal, desde los directivos hasta el último celador, hasta la
gente querida de limpieza, por el buen ánimo, la disposición y entrega de la gente de mi hospital".
Capilla del hospital de Valdemoro: cada día a las 17.30 aquí se reza el rosario por los enfermos y sanitarios
Cada día en el hospital es único e irrepetible
Argentino que lleva 12 años en España, "vivo en Pinto y trabajo en
Valdemoro, o sea, estoy entre Pinto y Valdemoro", se ríe, refiriéndose
al popular refrán. Empieza el día con las religiosas y su misa serena y
tranquila. Por la tarde acude al hospital hacia las 4 de la tarde.
"El día a día del hospital es único e irrepetible", explica el padre
Medina. Al principio, al llegar a este ministerio, a la misa del domingo
le fue añadiendo el rosario, una oración cada tarde con un espacio para
la confesión en la capilla, los jueves una hora santa. "Poco a poco el personal, los pacientes y las familias fueron descubriendo que en la capilla estaba el sacerdote por la tarde". Además de la visita habitual del capellán a las habitaciones.
Medina explica que llegó al cargo de capellán después de muchos años
como sacerdote, sintiéndose bien preparado para lo que pudiera
encontrar. Al poco de empezar, dio con una anciana que vivía sola en su
habitación de hospital, sin parientes ni visitas. "Yo le di mi speech, pero ella sacó la mano y la alargó hacia mí, y entendí que la abuela no necesitaba consejos ni la sabiduría del señor cura, necesitaba una mano que estrechase la suya".
La gente en el dolor y la enfermedad necesita la referencia a la fe, el
unirse a la Cruz del Señor, pero también los gestos humanos de
acompañamiento, explica el capellán. "Esa abuela me enseñó mucho más que
muchas materias del seminario".
Consuelo y la medicina de Jesús el Salvador
El sacerdote, explicó, trae "la medicina de Jesús el Salvador;
salvador etimológicamente significa 'el Salud-dador', el que da la
salud, no sólo la del alma sino también a veces la del cuerpo".
Rezar, acompañar, compartir, llevar la comunión... y "cuando los
médicos nos dicen que un ser querido va a partir, o va a ser sedado, la
gente se anima a llamar al sacerdote, a veces con miedo de asustar al
paciente". Pero el padre Medina recuerda que la Unción de los
Enfermos es un sacramento para vivos, que transmite "consuelo, gracia y
el don de la salud que da Jesús".
Se puede escuchar la intervención del padre José Medina con Carlos Herrera aquí
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