El Papa Francisco dio dos indicaciones claras a los que lidian con la educación de niños y jóvenes hoy en día.

La primera es educar según una visión cristiana del ser humano, no sólo en el salón de clases, y es necesario esforzarse para que ese tipo de educación cristiana incida en las redes sociales.

La segunda indicación es formar a los niños y jóvenes para actividades de voluntariado social.

El Papa dio esas orientaciones en una carta que acaba de enviar a los salesianos, en el bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco.

Los salesianos forman un gigantesco movimiento de personas que promueven la educación, la asistencia social y la evangelización de la juventud en alrededor de 130 países.

“Como Familia Salesiana estáis llamados a reavivar la creatividad carismática dentro y más allá de vuestras instituciones educativas, poniéndoos con dedicación apostólica sobre los senderos de los jóvenes, particularmente de aquellos de las periferias.”, escribe Francisco.

“La pastoral juvenil, tal como estábamos acostumbrados a desarrollarla, ha sufrido el embate de los cambios sociales. Los jóvenes, en las estructuras habituales, no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemáticas y heridas. A los adultos nos cuesta escucharlos con paciencia, comprender sus inquietudes o sus reclamos, y aprender a hablarles en el lenguaje que ellos comprenden”, enfatiza el Papa, al citar el documento Evangelii gaudium.

Francisco pide a los educadores “no defraudar las aspiraciones profundas de los jóvenes: la necesidad de vida, apertura, alegría, libertad, futuro; el deseo de colaborar en la construcción de un mundo más justo y fraterno, en el desarrollo para todos los pueblos, en la tutela de la naturaleza y de los ambientes de vida”.

“Los ayudaréis a experimentar que solo en la vida de gracia, es decir, en la amistad con Cristo, se cumplen en pleno los ideales más auténticos. Tendréis la alegría de acompañarlos en la búsqueda de síntesis entre fe, cultura y vida, en los momentos en que se toman las decisiones difíciles, cuando se busca interpretar una realidad compleja”.

“Señalo en particular dos tareas que nos llegan hoy del discernimiento sobre la realidad juvenil: la primera es la de educar según la antropología cristiana en el lenguaje de los nuevos medios de comunicación y de las redes sociales, que plasma en profundidad los códigos culturales de los jóvenes, y por lo tanto, la visión de la realidad humana y religiosa; la segunda es promover formas de voluntariado social, no resignándose a las ideologías que anteponen el mercado y la producción a la dignidad de la persona y al valor del trabajo”, escribe Francisco.

“Ser educadores que evangelizan es un don de naturaleza y de gracia, pero es también fruto de formación, estudio, reflexión, oración y ascesis. Don Bosco decía a los jóvenes: «Yo por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi vida” (Constituciones Salesianas, art. 14), afirma el Papa.
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