Programa pastoral diocesano ante la emergencia del COVID-19
PRESENTACIÓN
La situación pandémica que sufrimos nos llena de dolor, miedo,
desconfianza, incertidumbre… pero, al contemplar las llagas del
Resucitado –como dice el Papa Francisco en su Mensaje para la Pascua
2020- nos sentimos reconfortados. Él que nos prometió estar con nosotros
todos los días hasta el final de los tiempos vive y nos acompaña sobre
todo en estos momentos de cruz y de resurrección (cf. Mt 28, 20).
El coronavirus ha cambiado nuestro modo de vida y también nuestra
acción pastoral. Esta situación novedosa, presentada en el contexto de
una renovación pastoral y en las puertas de un nuevo Año Santo
Compostelano, motivó a la Vicaría de Pastoral, a los Vicarios
episcopales, al Colegio de Arciprestes y al Colegio de Delegados a
dejarse interpelar por la realidad contemplada a la luz del Evangelio y
del Magisterio eclesial y a plantearse una serie de propuestas
programáticas de cara al futuro.
Todo comenzó con una encuesta en la que se preguntaba sobre el
impacto de la situación pandémica en la sociedad en general, en los
sacerdotes y en la acción evangelizadora; también sobre posibles
respuestas pastorales a la misma. A partir de ahí, la Vicaría de
Pastoral elaboró un documento que integraba las respuestas dadas y las
encuadraba dentro de un marco conceptual de renovación pastoral y de
proyección hacia el Año Santo Compostelano 2021. Una vez presentado en
sendas vídeo-conferencias, recibió distintas aportaciones. Varias de
ellas coincidían en la oportunidad de elaborar dos programas de acción,
uno a corto plazo que abarcara hasta el mes de septiembre y otro a medio
que llegara hasta el final del Año Santo. Así se ha hecho.
Lo que aquí se presenta es el programa a corto plazo que, comenzando
en la actual fase 0, se proyectará hasta el mes de septiembre. Contiene
una serie minuciosa de normas prácticas cuyo objetivo es lograr la mayor
seguridad sanitaria para las personas que intervengan en las distintas
actividades pastorales de nuestra Iglesia diocesana. Pero no se queda
ahí, plantea también otros objetivos y actividades que han de marcar el
rumbo pastoral de los próximos y decisivos meses: mantener e incluso
mejorar la cercanía afectiva y espiritual a los fieles, fortalecer la
confianza en los protocolos que se van a poner en marcha, recuperar la
vida comunitaria presencial, en la medida de lo permitido por las
autoridades sanitarias, en los distintos ámbitos pastorales: el culto,
la catequesis y la formación, Cáritas, la escucha… Y, en fin, motivar
espiritual y pastoralmente el próximo Año Santo Compostelano 2021.
Agradecemos al Señor que nos acompaña en el camino, nos consuela,
orienta y alimenta, especialmente a través de tantos y tantos testigos
de su resurrección. Y, en fin, agradecemos a aquellos que han colaborado
en esta reflexión y en estas propuestas. Tanto “la ruta”, como el
camino a recorrer, los ponemos en las manos del Señor y los encomendamos
a la intercesión de María, salud de los enfermos, del Apóstol Santiago,
y de San Roque.
+ Jesús, Obispo Auxiliar de Santiago y Vicario de Pastoral
Archicompostela