Hace menos de un mes, el 9 de marzo, la escritora Rosa Montero escribía en El País (donde es desde hace muchos años una de las columnistas estrella) que "la epidemia de pánico
que estamos viviendo... es mucho más contagiosa que el Covid-19", y
que, si bien "una pandemia fatal siempre es posible", "si nos atenemos a
la información que poseemos, resulta difícil no sospechar que el temor al contagio ha sido avivado por los ingentes intereses económicos que el asunto conlleva".
Montero se curaba en salud ante lo aventurado de su pronóstico afirmando que escribía su comentario de actualidad dos semanas antes de ser impreso. Dos semanas antes del 9 de marzo, esto es, el 24 de febrero,
en China iban ya 2618 muertos, llevaba dos semanas funcionando un
hospital levantado en Wuhan en diez días y había casos diseminados por
todo el mundo, con 5 fallecimientos en Italia. El día en el que salió
publicado el comentario de actualidad de Rosa Montero, el 9 de marzo
(fecha en la que, pasado el 8-M feminista que difundió el virus por
Madrid, el Gobierno que había permitido el libre ir y venir desde China e
Italia dio la alarma), en China sumaban 3122 muertos y en Italia 366, y
la expansión del coronavirus ya era mundial.
El 30 de marzo, veintiún días después del artículo en el que
cuestionaba la importancia del coronavirus (convertido ahora en
"momentos tremendos"), Rosa Montero escribía en Twitter: "Como dice una
sabia amiga mía, Reyes Hernández, yo no veo que la Iglesia esté haciendo nada solidario en estos momentos tremendos. Aportad edificios, dinero, apoyo, algo, por favor. Sois el colectivo más invisible en esta crisis".
Ante el aluvión de críticas recibidas mostrando la ingente tarea de
centenares de instituciones de la Iglesia, Rosa Montero dijo que ella se
refería a "la institución", y quiso salvar las iniciativas "absolutamente maravillosas" de "individuos cristianos" y a "la gran Cáritas"... que es una institución de la Iglesia en directa dependencia de los obispos diocesanos...
En cuanto a la responsabilidad de la difusión del virus, Rosa Montero
plantea, en dos tuits del mismo día, una interesante doble vara de
medir. "Fue un error" la manifestación del 8-M, pero "no sabíamos". Sin embargo, los "diez millones" de personas que según ella acudieron a misa ese domingo y se dieron la paz "deberían saber bien lo que suponía vía el Vaticano/Italia". (Según el CIS, va a misa todos los domingos el 10% de los 47 millones de españoles, lo que supone 4,7 millones de personas.)
En cualquier caso, la respuesta más contundente y gráfica a la "invisibilidad" de la Iglesia en la pandemia sostenida por Rosa Montero se la ha dado un sacerdote bloguero en ReL, Jorge López Teulón, con solo "diez minutos de Google": pincha aquí para leer (y ver) esa respuesta.
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