El
cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para la Doctrina de
la Fe, ha emitido un decreto con fecha de 25 de marzo que completa uno
anterior, del 19 de marzo, detallando los cambios litúrgicos que han de aplicarse en aquellas regiones golpeadas por el coronavirus y donde la situación sanitaria requiere "restricciones sobre las reuniones y la movilidad de las personas".
Roma pide que "los obispos y los presbíteros celebren los ritos de la Semana Santa sin la presencia del pueblo y en un lugar adecuado, evitando la concelebración y omitiendo el saludo de paz".
Pide también que "los fieles sean avisados de la hora del inicio
de las celebraciones, de modo que puedan unirse en oración desde sus
propias casas. Podrán ser de gran ayuda los medios de comunicación telemática en directo, no grabados. En todo caso, es importante dedicar un tiempo oportuno a la oración, valorando, sobre todo, la Liturgia de las Horas".
El Domingo de Ramos se celebrará dentro del templo, la misa
crismal puede trasladarse a otra fecha, el Jueves Santo se hará sin
lavatorio de pies, la Cruz en el Viernes Santo recibirá un sólo beso
(el del celebrante)... La Vigilia Pascual -de nuevo, sin pueblo- sólo
podrá celebrarse en catedrales y parroquias (no en capillas, centros de
retiro, etc...).
El decreto sugiere que las "expresiones de piedad popular y
procesiones" de Semana Santa pueden trasladarse al 14 y 15 de septiembre
(lunes y martes, Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los
Dolores).
A continuación, el texto completo del decreto en español:
DECRETO En tiempo de Covid-19 (II)
Considerado la rápida evolución de la pandemia del Covid-19 y
teniendo en cuenta las observaciones recibidas de las Conferencias
Episcopales, esta Congregación ofrece una actualización de las
indicaciones generales y de las sugerencias ya dadas a los Obispos en el
anterior decreto del 19 de marzo de 2020.
Dado que la fecha de la Pascua no puede ser trasladada, en los países
afectados por la enfermedad, donde se han previsto restricciones sobre
las reuniones y la movilidad de las personas, los Obispos y los
presbíteros celebren los ritos de la Semana Santa sin la presencia del
pueblo y en un lugar adecuado, evitando la concelebración y omitiendo el
saludo de paz.
Los fieles sean avisados de la hora del inicio de las celebraciones,
de modo que puedan unirse en oración desde sus propias casas. Podrán ser
de gran ayuda los medios de comunicación telemática en directo, no
grabados. En todo caso, es importante dedicar un tiempo oportuno a la
oración, valorando, sobre todo, la Liturgia Horarum.
Las Conferencias Episcopales y cada una de las diócesis no dejen de
ofrecer subsidios para ayudar en la oración familiar y personal.
1.- Domingo de Ramos. La Conmemoración de la Entrada del Señor
en Jerusalén se celebre en el interior del edificio sagrado; en las
iglesias catedrales se adopte la segunda forma prevista del Misal
Romano; en las iglesias parroquiales y en los demás lugares, la tercera.
2.- Misa crismal. Valorando la situación concreta en los
diversos países, las Conferencias Episcopales podrán dar indicaciones
sobre un posible traslado a otra fecha.
3.- Jueves Santo. Se omita el lavatorio de los pies, que ya es
facultativo. Al final de la Misa en la Cena del Señor, se omita también
la procesión y el Santísimo Sacramento se reserve en el sagrario. En
este día, se concede excepcionalmente a los presbíteros la facultad de
celebrar la Misa, sin la presencia del pueblo, en lugar adecuado.
4.- Viernes Santo. En la oración universal, los Obispos se
encargarán de preparar una especial intención por los que se encuentran
en situación de peligro, los enfermos, los difuntos (cf. Missale Romanum). La adoración de la Cruz con el beso se limite solo al celebrante.
5.- Vigilia Pascual. Se celebre solo en las iglesias
catedrales y parroquiales. Para la liturgia bautismal, se mantenga solo
la renovación de las promesas bautismales (cf. Missale Romanum).
Para los seminarios, las residencias sacerdotales, los monasterios y
las comunidades religiosas se atengan a las indicaciones del presente
Decreto.
Las expresiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen
los días de la Semana Santa y del Triduo Pascual, a juicio del Obispo
diocesano podrán ser trasladadas a otros días convenientes, por ejemplo,
el 14 y 15 de septiembre.
De mandato Summi Pontificis pro hoc tantum anno 2020.
En la Sede de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de
los Sacramentos, a 25 de marzo de 2020, solemnidad de la Anunciación
del Señor.
Robert Card. Sarah, prefecto
Arthur Roche, arzobispo Secretario
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