El boletín parroquial de papel:
sea mensual, quincenal, semanal o ocasional, está allí, a la entrada de
la parroquia, lo tomamos, lo llevamos a casa y da vueltas por la mesa
de la cocina o de la sala de estar durante varios días. Da datos prácticos, como los horarios de misa
(un lío, porque cambian en verano y en invierno, en Navidad y en Semana
Santa), teléfonos y horas de despacho parroquial, algunas webs, algunas
personas de contacto...
Avisa de retiros, grupos de oración y adoración, talleres, actividades mil.
Y por lo general incluye algún texto formativo o devocional. A veces,
incluye chistes y pasatiempos para los niños. Sea de 4, 8 o 12 páginas, cumple
una función importante y acerca la gente a la vida parroquial y a Dios.
Y es físico, de papel, más concreto que los wasaps y tuits fugaces.
El punto más débil del boletín (después del hecho de que hay que
pagar las fotocopias y que alguien se ha de dedicar a doblarlo) es el
diseño. La revista America,
de los jesuitas de EEUU ha recopilado 10 ideas que ayudan a hacer que
los boletines parroquiales sean más legibles y útiles. Su redactor,
Angelo Jesus Canta, ha leído los boletines parroquiales de docenas de parroquias y ha hablado con diseñadores. Y estas son sus propuestas.
1. Asegúrate que el boletín es legible
"La mayoría de los boletines que he visto son, simplemente, muy
difíciles de leer. Texto desorganizado, contenido demasiado apretado,
información importante que se pierde con facilidad. Pregunta a algunas
personas de confianza: '¿es esto claro? ¿Puedes leerlo con sencillez?'"
2. Que esté organizado
Muchas veces el boletín parroquial se parece al baúl de los trastos:
hay de todo metido de cualquier forma. Es muy importante organizarlo en
bloques. Todos los anuncios parroquiales, en un punto. Los horarios de
misas y confesión, en su sitio. Lo que se repita en cada número, siempre
en el mismo lugar. Pero el diseño debe evitar el uso de cajas, y más aún las que intentan ser creativas o divertidas. "Esos adornos están pasados de moda y expresan poca profesionalidad".
Boletines y folletos parroquiales a todo color; salen caros a
menos que sean folletos para reutilizar cada año, o bien para repartir
por las calles
3. Diseño consistente, que no cambie.
Igual que las revistas de National Geographic siempre usarán
el color amarillo, también el boletín parroquial ha de elegir un tipo
de portada, de letra, etc, y adherirse a él de forma estable. La gente
debería reconocer por el diseño de una página suelta de un ejemplar de
hace 2 años que se trata del boletín parroquial.
4. Apuesta por la simplicidad
La mayoría de los boletines parroquiales tienden a estar atiborrados, demasiado llenos de cosas.
Muchas de ellas son innecesarias, incluyendo fotos o dibujos de relleno
y cuadros con márgenes. Muchas cosas (por ejemplo, listados de gente
que casi nadie contacta) quizá no deberían estar en el boletín de papel,
sino en la web. En el boletín se pueden indicar direcciones de Internet, pero sin el "http://www", que ya no es necesario. Muchas fotos (de panes y vinos, por ejemplo) tampoco son necesarias.
5. Jerarquiza: que quede claro lo más importante
Los horarios de misas, despachos y confesiones interesan a casi todo
el mundo, y deben ser bien visibles. El organigrama interno de la
parroquia interesa a poca gente, debe tener menos espacio y menos
relevante. Los lectores leen más las páginas de la derecha y lo que se
marca con letra grande.
6. Sé sencillo en la tipografía
En los boletines parroquiales se ven todo tipo de horrores
tipográficos: una página alinea las columnas a la izquierda, otra al
centro, el tipo de letra cambia continuamente... Todo eso es un
desastre. Hay que limitarse a sólo 2 tipos de letra en el boletín, y
evitar todas los diseños fantasiosos, incluso para la página infantil. Tampoco hay que usar dibujitos de WordArt. Hay webs que ayudan con ideas de diseño como Fontpair.
7. Usa pocas imágenes: atraen casi toda la atención
Incluso una foto pequeña, irrelevante, llena de desconocidos y poco
comprensible de un picnic parroquial tenderá a llamar la atención del
lector sobre cualquier otra cosa en esa página. Las fotos deben aportar
información útil de verdad, y ser muy escasas. Si de verdad son
importantes, merecen ir en buen tamaño. No se deben usar dibujitos de
clip art simplemente porque queremos aligerar el texto.
Los espacios en blanco, buenos márgenes de página, espacios entre
sección y sección, ayudan a jerarquizar y clasificar las áreas del
boletín y permiten una lectura más cómoda.
9. La sección de anuncios, algunas ideas...
Algunos boletines tienen una página de anuncios. Muchos se limitan a
incrustar el anuncio formato tarjeta o banner que les envían los
anunciantes. Eso es un caos para el diseño. Además, en algunos boletines
se incrustan aquí bastantes esquelas (y casi nunca bautizos ni bodas):
da la sensación de que la parroquia está compuesta de gente que se muere
(lo cual es cierto, todos nos morimos, pero no da buena imagen ni eleva
el ánimo). Quizá se puede reducir espacio publicando una lista de
empresas o entidades patrocinadoras de la parroquia y sus servicios
(floristas, fotógrafos, etc...), con sus datos de contacto.
10. El boletín sirve a la parroquia y a la fe: ha de estar bien
Gracias al boletín, un nuevo parroquiano puede conocer los servicios
que se ofrecen. Alguien que no vaya mucho a la iglesia, puede llevarse
un ejemplar y encontrar algo que le haga pensar, llevarse una primera
sensación. El boletín parroquial llega a mucha gente del barrio y merece un buen diseño.
Forma parte de la evangelización y la pastoral. Si no es posible
conseguir un diseñador profesional para elaborarlo (al menos la maqueta
base) vale la pena dedicar tiempo a pensar como mejorarlo y ayudarse con
tutoriales de diseño de YouTube o Skillshare.
El autor del artículo de America pone como ejemplo de
boletín bien diseñado el de la parroquia de Santa Teresa de Ávila en
Chicago (12 páginas, incluye un par de columnas en español). Un ejemplo,
aquí en PDF.
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