Este lunes, la doctora Rosario Laris presentó su nuevo libro, ¿Sexo seguro en América?, para explicar científicamente cómo disminuir las cifras de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en el continente, como el virus del papiloma humano (VPH), la hepatitis B, el herpes simple, el VIH/SIDA, el citomegalovirus, la gonorrea, la sífilis o la clamidia.

El acto cultural tuvo lugar en Santiago de Chile, en el marco de la XX Jornada de Libertad, Responsabilidad y Sexualidad organizada por el Instituto Formación y Estudios sobre la Mujer y la facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Laris explicó a ACI Prensa que el “sexo seguro no es el que se vende en las campañas que fomentan el uso de preservativos, sino aquel que permite vivir las relaciones sexuales con donación total y aceptación del otro, que cuida la salud física, la vida emocional, intelectual y espiritual, donde existe fidelidad, exclusividad y compromiso para toda la vida. El sexo seguro permite demostrar el amor de manera plena, donde se desnuda el cuerpo y el alma, donde hay entrega sin reservas. Es decir, el único sexo seguro es el que se vive dentro del matrimonio”.

Casada y madre de tres hijos, la doctora Laris es mexicana, médico cirujano por la Universidad Anáhuac, maestra en Salud Pública con especialización en Administración de los Servicios de Salud por el Instituto Nacional de Salud Pública, y doctora en Bioética por la Universidad Anáhuac. Ha desempeado cargos en la sanidad pública en organismos de desarrollo y control. En 2011 fundó Sexo Seguro, asociación cuya representación le ha permitido ser consultada con frecuencia por los medios de comunicación. Es miembro del Consejo de Bioética de la Conferencia del Episcopado mexicano y del Consejo Ciudadano de Consejo Nacional de Población (CONAPO) y ha ofrecido numerosas conferencias en su país y en Estados Unidos.

Las cifras de infección no disminuyen
Según la Organización Mundial de la Salud, las tasas de infección no han disminuido sustancialmente y 1 de cada 25 personas en el mundo padece al menos una ITS. Por ejemplo, hay 530 millones de personas en el mundo infectadas por herpes genital y 290 millones de mujeres con el VPH, el 80% entre 17 y 33 años.

Laris explica que “a menor edad del inicio de la vida sexual, más número de parejas sexuales y mayor número de enfermedades sexuales”. Pero no solo defiende la abstinencia sexual por razones de salud pública, también desde el punto de vista de la salud individual, por el riesgo que implica el uso temprano de las hormonas anticonceptivas. Por el contrario, "la abstinencia sexual evita el embarazo adolescente, permite elegir de manera objetiva a la persona con quien se desea compartir la vida en matrimonio, entrega seguridad y la certeza de ser valorado por lo que se es y no por el sexo, y aumenta las probabilidades de que funcione el futuro matrimonio”.

Responsabilidad insustituible de los padres
La doctor destacó que para evitar una “sexualidad precoz, desintegrada de un proyecto de vida y experimental de parte de los adolescentes y jóvenes”, los padres son los primeros educadores de sus hijos  y deben "asumir la responsabilidad de la crianza... Si se le educa, poco a poco, con el ejemplo, con el cariño, el niño y niña lo va entendiendo y puede optar por lo bueno”.

En ese sentido, "tenemos que hacer ver a los padres de familia, la sociedad y las instituciones gubernamentales que lo mejor para los niños es crecer, vivir y desarrollarse en una familia compuesta por una mamá, un papá e hijos. Allí se vive con mejor bienestar, menos violencia, mejor cuidado y niveles de salud, de realización personal. También aquellas familias de papás solteros o que sienten que han tomado malas decisiones pueden educar bien en torno a la sexualidad”.

Cuatro líneas de acción
Para conseguirlo, en primer lugar, “los padres deben comprender el valor de la sexualidad en sus vidas y cómo ellos son los actores principales de la educación sexual de sus hijos. Cuando [cada uno de los padres] lo entiende, valora y lo hace suyo, debe capacitarse para empezar a formar a sus hijos y mejorar su relación conyugal”.

En segundo lugar, debe “alzar voz, organizarse y exigir a las autoridades de un colegio, por ejemplo, que cambie los contenidos con los que no están de acuerdo... En instancias como los servicios de salud, es importante no permitir que otra persona entregue orientación sexual a los hijos si los padres no están presentes”.

En tercer lugar, los padres deben saber quiénes rodean a sus hijos, conocer sus amistades, estar pendientes de en qué espacios se mueven.

Y en cuarto lugar explicó que los padres también deben promover en los hijos “valores religiosos, asistir a misa, a las parroquias, porque así tendrán mucha más conciencia para esperar por las relaciones sexuales, tener conductas más sanas, sin drogas ni alcohol, y tener mejores vínculos familiares y más años de escolaridad”.

Sexo Seguro
Como directora de Sexo Seguro, asociación civil sin fines de lucro que defiende el matrimonio, la vida y la familia, Laris explicó que “los padres estamos a tiempo de entregar a nuestros hijos información certera, científica y objetiva que les permita discernir las mejores opciones para su salud física emocional intelectual y emocional. Ellos merecen conocer el valor que tienen como personas, saber que pueden amar y ser amados, crecer, madurar, consolidar su identidad y su pertenencia y así enfrentarse a la vida con las mejores herramientas que les permita lograr sus metas y ser felices”.
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