Huérfano de 14 años llevado a Roma por su tío. Se convirtió a la fe y
fue martirizado al día siguiente de su bautismo, rechazando premios y
ayudas para el futuro si renegaba de su fe. Luego de dar las gracias a
sus verdugos, no dudó en sacrificar su juventud para mantenerse fiel a
Cristo. El mismo día fueron martirizados los santos Nereus y Aquileo.
Murió mártir, decapitado c. 304 en Roma a los quince años.
Nacido en Frigia, provincia romana del Asia Menor. Su padre era un
noble pagano llamado Cleonio que falleció cuando el niño tenía siete
años.
Pancracio fue a vivir con su tío paterno, Dionisio, quien fue un
excelente modelo. Se trasladaron a Roma cuando el niño tenía diez años.
Dionisio y Pancracio tienen un criado cristiano que los evangeliza y
los pone en contacto con el Papa. Así conocen a fondo el cristianismo y
se convierten. Fueron bautizados y recibieron la comunión. Enseguida se despojaron de muchas posesiones en favor de los pobres.
El emperador Diocleciano, decretó una persecución (la última del
imperio romano) contra el cristianismo. Al poco tiempo Pancracio fue
denunciado al emperador, quien conocía a su difunto padre.
Le dijeron: “el hijo de Cleonio de Frigia se ha hecho
cristiano y está distribuyendo sus haciendas entre viles personas;
además, blasfema horriblemente contra nuestros dioses”.
Diocleciano mandó llamar a Pancracio y conversó largo tiempo con él,
tratando de persuadirlo a que renunciase a Jesucristo. Al no lograrlo le
condenó a muerte.
En el lugar del martirio, Pancracio se arrodilló, levantó los
ojos y las manos al cielo, dando gracias al Señor porque había llegado a
ese momento. Le cortaron la cabeza.
Por la noche una noble señora, llamada Octavila, hizo recoger su
cuerpo, lo embalsamó, lo amortajó con un lienzo precioso e hizo que lo
entierren en un sepulcro nuevo, cerca del lugar del martirio.
El papa Vitaliano envió sus reliquias desde el cementerio de
Calepodius en Roma a Inglaterra para evangelizar y para instalar en los
altares. San Agustín de Canterbury dedicó la primera Iglesia de
Inglaterra a san Pancracio.
Es titular de una basílica romana. Aquí los que habían sido
bautizados el Sábado de Gloria dejaban sus vestidos blancos en el
domingo octava de la Resurrección (llamado Dominica in Albis). Era un acto conclusivo de la Pascua.
Sobre la tumba de san Pancracio renovaban el juramento de fidelidad a
Jesucristo. Desde entonces ha sido un santo muy amado, protector de
inocentes y de las víctimas del perjurio. Es el patrón contra falsos testimonios, contra perjurio, juramentos, tratados, dolores de cabeza y calambres.
Oración
Oración
Que tu Iglesia, Señor, se alegre al recordar hoy al mártir san
Pancracio y que, por su intercesión, vea alejado todo peligro y pueda
consagrarse a tu servicio con la verdadera paz del espíritu. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo.
Señor Dios misericordioso, con vuestra gracia y para vuestra mayor
gloria, y bien de mi alma, acudo a la intercesión de vuestro glorioso
mártir, el niño san Pancracio, para alcanzar de vuestra bondad la gracia
que especialmente le pido, y con ella y todos los bienes que me
convienen para vivir y morir santamente.
Aleteia