Este fue el eje central de la homilía del arzobispo de Santiago, mons. Julián Barrio, en la eucaristía celebrada con motivo de la festividad de santo Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia y patrono de todas las universidades y escuelas católicas. La santa misa se celebró en la capilla del Seminario Mayor de Santiago.

Mons Barrio glosó la figura de santo Tomás, de quien dijo que fue muy consciente de que el trabajo teológico es un don de Dios. “Santo Tomás rezaba mucho. Rezaba ante su trabajo y vivía en actitud de mendigo ante Dios”. Una actitud que, aseguró el arzobispo, es la propia de todo cristiano. Puso a santo Tomás como ejemplo ya que “sirvió a Dios como teólogo, consciente de su infinita pobreza ante Él”. Dirigiéndose a los profesores y alumnos presentes en la eucaristía, aseguró que “santo Tomás no traicionó nunca la Verdad” y siempre tuvo clara la preeminencia absoluta de Dios. Por eso concluyó que “si queremos hablar de Dios hemos de sentirnos pobres, necesitados de Dios, hemos de sentirnos fieles a Él”. A los estudiantes les recomendó vivir “con intensidad el estudio”. En este sentido recordó una sentencia de san Ignacio de Loyola: “vale más un acto intenso que mil remisos”. Acabó su homilía mons. Barrio con una oración del propio santo Tomás: “Concédeme, te ruego, una voluntad que te busque, una sabiduría que te encuentre, una vida que te agrade, una perseverancia que te espere con confianza, y una confianza que al final llegue a poseerte”.

Previamente, el profesor Isidro García Tato, científico titular del CSIC, pronunció una densa conferencia bajo el título “Dios es Dios. Positivismo de la Revelación y antifilosofismo en el pensamiento de Karl Barth”.
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