El Hospital Mzeina se encuentra en uno de los pueblos, del mismo nombre, que conforman el Valle de los Cristianos (Wadi Al-Nasara en árabe), una región rural de Siria situada cerca de la frontera con Líbano
y a medio camino entre Homs y la costa del Mediterráneo. “El hospital
lleva abierto cuatro años y desde hace dos los casos de ingresos,
operaciones y atención básica están creciendo mucho”, asegura su
director, el doctor Sam Abboud.
La guerra que sigue azotando el país parece alejarse de esta zona
pero los médicos y demás trabajadores afirman que la situación sigue
igual o peor. “Viene gente pidiendo ayuda y nos dice que en otros
hospitales no les han podido atender porque no tenían suficiente dinero.
Nosotros no les decimos simplemente que se vayan, tratamos de ayudarles en todo lo que podemos”, afirma Toni Tannous, jefe de personal fisioterapeuta.
La ayuda indispensable de la Iglesia
Los propios médicos y demás empleados también han vivido en su propia
piel las consecuencias de la guerra. “Yo mismo, continúa Toni, tuve que
huir de Homs por la guerra, ahora trabajo aquí; todos sentimos de
alguna manera la responsabilidad de ayudar en lo posible”. Este centro
que cada mes atiende a miles de personas y tiene cerca de quinientos
enfermos ingresados, trabaja en conjunto con el Centro de Ayuda San Pedro, perteneciente a la Iglesia católica melquita de la vecina localidad de Marmarita.
“Desde el centro de la Iglesia melquita en Marmarita atendemos más de cien casos mensuales de atención médica urgente,
además de otros casos de pago de medicamentos. Acompañamos a las
familias al hospital y tenemos un acuerdo de colaboración con el
Hospital Mzeina para atenderles”, comenta Elías Jahloum, voluntario y
coordinador del Centro de Ayuda San Pedro. “En el Valle de los
Cristianos no hay hospitales públicos, los más cercanos están en Homs o
Tartus, a una hora en coche o más, debido a los controles de seguridad
del ejército. Por eso el apoyo a la atención sanitaria que ofrece la
Iglesia en esta región es muy apreciado entre los desplazados por la
guerra que carecen de recursos”.
Elías acompaña a una delegación de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) para visitar algunos de los enfermos ingresados en el Hospital Mzeina
que pueden ser financiados por el Centro de Ayuda San Pedro con el
apoyo de ACN. “Gracias por venir a vernos Elías, y gracias también a
vuestros benefactores”, comenta Najwa Arabi, una madre de familia de
mediana edad que acaba de ser operada del estómago: “Sabemos que hay
gente en muchos países del mundo ayudándonos. Todos los días rezamos por
ellos y damos gracias a Dios”.
En la habitación siguiente está Maryam Hourani, madre de Janadios, un
niño pequeño de poco más de un año que se recupera de una
bronquiolitis: “Estaba muy enfermo, apenas podía respirar cuando le
trajimos al hospital. Avisamos a Elías y él nos aseguró que el Centro
de Ayuda San Pedro podría hacerse cargo de los gastos del ingreso. Solo
puedo decir: Gracias”. Igual de agradecida se muestra una chica
joven, Shasha Khoury, que se recupera de una operación para quitarle un
tumor en el pecho. “Estoy embarazada de 5 meses. Es un niño y se va a
llamar Fayez, que significa “ganador”, sonríe.
Salvando muchas vidas
El doctor Abboud, que es otorrinolaringólogo, explica que algunas de
las operaciones que realizan son gratuitas y tienen un programa especial
para niños y jóvenes con problemas de oído, “muchos casos son provocados por las consecuencias de las bombas y las explosiones de la guerra”.
Afirma que la dificultad principal es la falta de infraestructuras,
conseguir nuevos equipos médicos con los que operar mejor y los
continuos cortes de luz: “Aunque en este último año hemos conseguido
medicamentos que hasta hace poco era imposible encontrar en Siria”.
Al terminar la visita al hospital, Elías y Toni se despiden con un
fuerte abrazo, ambos son muy corpulentos y parecen casi hermanos.
“Cuando aparece algún caso difícil en el hospital, de una persona sin
recursos, siempre tratamos de ayudar aplicando un descuento y retrasando
el pago. Cuando se dan estos casos llamamos al Centro de Ayuda San
Pedro y sabemos que allí Elías o el padre Walid, el párroco de la
Iglesia de San Pedro, contestan siempre nuestras peticiones”, afirma
Toni. La presencia de la Iglesia y su labor por los desplazados de la
guerra y las personas sin recursos está salvando literalmente muchas
vidas.
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada
apoya mensualmente con unos 50.000 euros al Centro de Ayuda San Pedro
de Marmarita, buena parte de esa cantidad se destina al pago de
medicamentos y la atención sanitaria de más de 4.000 personas. “Seguimos necesitando vuestra ayuda. Sois la esperanza de todas estas personas y un gran ejemplo para nuestra sociedad”, se despide el doctor Abboud.
Puede ayudar a los cristianos de Siria a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada pinchando AQUÍ
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