En la oración de la tarde del último día del año que se celebró en el Encuentro Europeo de Taizé que se celebra en Madrid, el prior de la comunidad, el Hermano Alois, hizo un llamamiento a orar por la paz. “En demasiados lugares del mundo, la paz está amenazada. Oremos por la paz y por la justicia, porque no existen una sin otra.
No aceptemos situaciones de injusticia, ni cerca ni lejos de nosotros.
Pero esforcémonos por luchar con un corazón reconciliado. No agreguemos
odio a la violencia”, dijo en el último gran acto conjunto del
encuentro.
El Hermano Alois invitó a los jóvenes a enfrentarse tres desafíos “importantes”. El primero es luchar contra la pobreza. “¿Podríamos, en pequeños grupos en nuestras Iglesias, estar más atentos a situaciones de pobreza? Incluso
con muy pocos medios, con casi nada, es posible comenzar, por ejemplo,
con visitas que alivien el aislamiento de una persona sin hogar, de una
persona anciana que vive sola, de un niño abandonado”, afirmó.
Cristo, la fuente de la reconciliación
El segundo es la acogida de refugiados e inmigrantes. Explicó que “el miedo ante este fenómeno, de una nueva magnitud para Europa, es comprensible.
Pero una cosa es segura: no habrá soluciones sin relaciones personales
con aquellos que buscan refugio o un futuro mejor en otros países”.
El tercer aspecto pasa por el cuidado de la creación. “Nuestro
maravilloso planeta está amenazado por la sobreexplotación de sus
recursos, las diferentes formas de contaminación y la pérdida de la
biodiversidad. Y esto lleva a injusticias y violencias entre los seres
humanos. Todos podemos dar pasos concretos para responder a este desafío”, agregó.
El prior de la comunidad de Taizé quiso hacer una observación más:
“Acabo de pedir que, en nuestros compromisos, luchemos con un corazón
reconciliado. Esto supone que vayamos a la fuente de la reconciliación. Esta fuente no es una idea, es una persona, es Cristo.
Nos da su paz. Sin la paz interior que de él recibimos, la tentación
del desaliento y de la amargura puede volverse demasiado fuerte”.
Por ello, invitó a los jóvenes a no tener miedo de acercarse a Jesús y
de pedir ayuda a personas que les ayuden a ir hacia esa fuente. “Hay en
la Iglesia mujeres y hombres, no solo sacerdotes y pastores, que están
dispuestos a escucharos. Pueden comprender, sin juzgaros, lo que estáis
viviendo, incluso en lo más íntimo de vuestro corazón. Buscad cerca de vosotros una de estas personas de confianza que os acompañe durante algún tramo del camino”, dijo.
Un para de paradas en el camino de regreso.
Además, el Hermano Alois anunció que en el camino de vuelta a Taizé los hermanos se detendrán en dos lugares. El 2 de enero estarán en Ávila para celebrar una oración del mediodía. Y el 3 de enero en Barcelona, para una oración en la iglesia de Santa María del Mar, a las 20h.
“Son, para nosotros, dos lugares donde ir a la fuente. Teresa de Ávila nos alienta a avanzar, en nuestra vida de comunidad, de comienzo en comienzo.
Y en Barcelona hemos sido varias veces acogidos tan calurosamente.
Quizá algunos de vosotros podáis aún modificar vuestros viajes de
regreso y uniros a nosotros, bien en Ávila, bien en Barcelona”, informó.
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