- Tras licenciarse en Filología Inglesa, el muradano cumplió su sueño de trabajar para la Iglesia
La crisis vocacional al sacerdocio también se implantó últimamente en
la comarca muradana, una zona muy fructífera en presbíteros a lo largo
de la historia. Si escasos son los seminaristas procedentes de este
municipio en la actualidad, el porcentaje de vocaciones tardías en la
zona es menos alarmante. Así, varios jóvenes de esta villa se ordenaron
diáconos sin pasar por Belvís. Entre ellos figura el actual
vicecanciller-secretario del Arzobispado de Santiago, Manuel Jesús
Formoso Fernández, nacido en la villa de Muros, y que accedió al
sacerdocio después de concluir una exitosa formación universitaria.
En marzo de 1973 nace en Muros Manuel Jesús Formoso, en el seno de
una tradicional familia religiosa. Su etapa formativa se llevó a cabo en
el colegio e instituto muradanos, y después de cursar el COU se
desplazó a Santiago donde obtuvo la licenciatura en Filología, en la
sección Germánica de Inglés. El laicismo reinante entonces en los
ambientes universitarios compostelanos no llenó las inquietudes del
joven muradano, en cuya mente afloraba con fuerza la formación religiosa
vivida en su niñez, que acabaría decantando su destino.
El paso decisivo
El muradano no cejó en su empeño de formarse en inglés, posponiendo
cualquier decisión futura a la conclusión de sus estudios. Pero nada más
licenciarse, optó por el ingreso en el Seminario de San Martín Pinario,
con la intención de obtener una nueva cualificación universitaria. Se
inscribió en la especialidad de Estudios Eclesiásticos, carrera que
culminó con la máxima cualificación en el 2000.
Por aquel entonces, Manuel Formoso contaba con 27 años y decidió
ordenarse diácono, encomendándole el Arzobispado la labor pastoral en
las feligresías compostelanas de Santa María del Camino y San Benito del
Campo. Sus superiores eclesiásticos no son ajenos a la valía, capacidad
y formación del muradano, y el obispo auxiliar de Santiago, monseñor
Quinteiro, le encomienda su secretaría particular. Un año más tarde, es
ordenado sacerdote, y desde entonces se incluye a sus quehaceres la
dirección espiritual del Seminario de Belvís. Su responsabilidad
eclesiástica va en aumento, pues coincidiendo con el destino del obispo
auxiliar a Ourense, Formoso Fernández es designado vicecanciller y
secretario del Arzobispado compostelano, en el año 2002, cargo que sigue
ostentando actualmente. La enseñanza es una tarea de su agrado y por
ello se siente privilegiado cuando a su amplio bagaje laboral se le
añade la docencia de la asignatura de lengua inglesa en el Seminario
Menor de Belvís.
El sacerdote muradano está inmerso también en otras tareas
pastorales, tanto a nivel organizativo, animando las vocaciones,
mediando con sacerdotes y fieles en la resolución de propuestas,
aspiraciones o problemas, como en la programación y puesta en práctica
de los cambios que el Arzobispado pretende introducir, al amparo de las
disposiciones del Sínodo Diocesano.
Etapa de cambios
Estas modificaciones darán un mayor protagonismo en la Iglesia a los
laicos, conllevarán una pastoral de conjunto, pasándose del concepto
tradicional de parroquia al de conjunto de feligresías unidas.
«Pretendemos que estos cambios sean progresivos, nunca traumáticos y
consensuados, tareas en las que colaboro con entusiasmo», manifiesta el
vicecanciller.
Pero Formoso nunca olvida sus orígenes muradanos: «Allí me escapo
siempre que puedo, pues siento que con el paso del tiempo cada vez amo
más la tierra en que nací». También piensa en su pueblo cuando analiza
con preocupación la progresiva despoblación, los problemas económicos,
la emigración o la merma de un tradicional modus vivendi que siempre
estuvo ligado al mar. Es por ello, que además de suspirar por la
recuperación socioeconómica, afirma: «El progreso para nuestro querido
municipio solo vendrá con el esfuerzo y el apoyo de todos. Conscientes
de los cambios y situaciones actuales, y a sabiendas de la capacidad de
nuestros vecinos y la potencialidad de nuestra tierra, debemos explotar
adecuadamente los recursos turísticos y apoyar a nuestros hombres y
mujeres del mar para que su esfuerzo sea fructífero».
Fuente: J M Sande | La Voz de Galicia
Foto: Carmela Queijeiro
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