En su homilía de la celebración de la pasión del Señor, monseñor
Barrio dijo que este acontecimiento “es un misterio de amor en el que
“se realiza ese ponerse Dios contra sí mismo, al entregarse para dar
nueva vida al hombre y salvarlo” . Así comprobamos que el amor de Dios
no puede llegar a más, al contemplar la figura de Cristo “como un hombre
de dolores, que aprendió sufriendo a obedecer sobre la tierra,
convirtiéndose en autor de salvación eterna para todos los hombres”. En
los Santos Oficios celebrados en la catedral compostelana, el srzobispo
de Santiago dijo también que “no hay vida humana sin cruz. “Todos los
ojos lloran, aunque no lo hagan al mismo tiempo”. Sin la Cruz de Cristo
sería difícil convencernos del amor de Dios. Los que se ven afectados
por cualquier clase de sufrimiento, aquellos para quienes las lágrimas
son su pan noche y día, todos encuentran en la cruz de Cristo una fuerza
que actúa en ellos, les da ánimo y alienta su esperanza. El mal no
tiene la última palabra. No huyamos de la cruz”.