En Aljustrel, pequeño pueblo situado a unos ochocientos metros de Fátima, Portugal, ya podrán sonar las campanas de alegría, lugar donde nacieron los pastorcitos que vieron a la Virgen María: Francisco y Jacinta. El papa Francisco ha firmado el decreto del milagro atribuido a su intercesión este 23 de marzo de 2017.
Francisco y Jacinta, junto con la mayor de los videntes, Lucía de
Jesús Rosa dos Santos, que luego deviene monja y murió a los noventa
años, fueron testigos de las apariciones de la Virgen María en Fátima en
1917.
La canonización aún no tiene fecha, pero con la noticia de la firma de los decretos del milagro, ahora la hipótesis es que la ceremonia se lleve a cabo durante el viaje del Papa a Fátima del 12 al 13 de mayo 2017.
Francisco nació el día 11 de junio, de 1908 y Jacinta nació el día 11
de marzo, de 1910. Ellos desde muy chicos construyeron lazos
afectivos muy fuertes y eran compañeros de juegos y oración de Lucía,
quien fue la primera que les predicó sobre Jesucristo, mientras cuidaban
de las ovejas.
La Cova de Iría es el escenario de las apariciones de la Virgen que
datan entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. Los privilegiados
del encuentro con la ‘Bella Señora’ fueron Jacinta, Francisco y Lucía,
que vivieron este acontecimiento con mucha piedad y amor por Dios.Así,
eligieron de rezar y sufrir, como les anunció la Virgen María.
La biografía de los infantes confirma que se dedicaron en
alma y vida a anunciar el mensaje de María no sólo con palabras sino
también a través de sus obras. Ellos en su camino a la santidad
fueron objeto de humillaciones, calumnias, persecuciones y hasta
pagaron un breve periodo en la cárcel.
El gobierno les pidió de retractar su versión de los hechos, negando a
la Virgen. Algo, que Francisco no quiso jamás hacer y en esta fidelidad
a María le acompañaron siempre su prima y hermana. “Si nos matan no
importa; vamos al cielo”, decían. El decreto firmado por Papa Francisco
ahora los pone de camino a los altares de la santidad.
Aleteia