
- Monseñor Barrio hizo un reconocimiento a representantes de la sanidad y de las entidades benéficas
 
La iglesia parroquial de San Fructuoso, convertida desde 
hace algún tiempo en templo virtual de toda Galicia, acogió ayer la 
solemne Misa de Pentecostés, que como cada año tiene lugar en el 
quincuagésimo día del tiempo de Pascua, con la que se pone el punto 
final a esta celebración católica, y que coincidió con el Día de la 
Acción Católica y Apostolado Seglar.
En esta ocasión, de una forma muy especial, ya que el 
arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, encargado de presidir la 
ceremonia, quiso tener un gesto de por las personas que lucharon en 
primera línea de la enfermedad ayudando a tanta gente a salir adelante.
Así, antes del inicio de la santa misa, monseñor Barrio 
hizo entrega de una pequeña figura a varios profesionales de la sanidad,
 entre ellos Juan Gestal, y a Sor Alicia, trabajadora del equipo que 
atiende en la Cocina Económica, y que también padeció coronavirus.
Ellos representan algunos de los colectivos que más han 
ayudado durante esta crisis sanitaria. Así, recibieron el reconocimiento
 dos médicos “que han ayudado a divulgar la enfermedad, explicando a la 
sociedad cómo era y cómo debíamos comportarnos ante ella,” y también 
“con sus investigaciones en la materia”.
Además, recogió un obsequio y un ramo de flores, una 
enfermera “que trabajó en primera línea ayudando a muchísimos enfermos”,
 y Sor Alicia, hija de la Caridad, “que representa a la gente solidaria,
 y quienes colaboran en organismos solidarios como Cáritas, que ayudan a
 los más desfavorecidos”.
“Quedan fuera muchos colectivos, corazones grandes y 
solidarios más allá del deber, por los que también pedimos hoy”, afirmó 
uno de los sacerdotes oficiantes antes de iniciarse la ceremonia 
religiosa del Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar, en la que 
el arzobispo compostelano invitó a los laicos a “edificar la ciudad de 
Dios en medio de la ciudad de los hombres, siendo humildes, amables y 
comprensivos, entregando la vida por los demás como hemos comprobado en 
estos meses de la pandemia que padecemos”.
Monseñor Julián Barrio aseguró, además, que hay que dar 
“testimonio de que el cristianismo es un modo fascinante de dar sentido a
 la existencia”, y señaló que “se nos pide valorar la vocación laical y 
lo que ésta aporta a la Iglesia, redescubriendo la condición de 
bautizados”.
El arzobispo aprovechó para recordar que ahora “nuestra 
preocupación pastoral debe ser transformar con creatividad la nueva 
realidad que va a tocar vivir”.
Fuente: El Correo Gallego
pastoralsantiago.es