“Por esa divina Puerta quiero entrar, Padre y Señor de mi
alma, para que me laves en el mar inmenso de tu preciosa sangre y
divina Misericordia”. Madre María-Antonia de Jesús
Se ha tocado a silencio mayor. Procuramos no hablar ni hacer ruido.
Recogidas en la celda el silencio profundo nos envuelve.La creación
entera calla. Es tiempo libre: a solas con Dios.
pastoralsantiago.es
Foto: Miguel Castaño