Los hermanos han de servirse mutuamente, y nadie quedará
dispensado del servicio de la cocina, a no ser por causa de enfermedad o
por otra ocupación de mayor interés, porque con ello se consigue una
mayor recompensa y caridad. Mas a los débiles se les facilitará ayuda
personal, para que no lo hagan con tristeza; y todos tendrán esta ayuda
según las proporciones de la comunidad y las circunstancias del
monasterio. Si la comunidad es numerosa, el mayordomo quedará dispensado
del servicio de cocina, y también, como hemos dicho, los que estén
ocupados en servicios de mayor interés; todos los demás sírvanse
mutuamente en la caridad. […] Los semaneros que terminan y comienzan la
semana, el domingo, en el oratorio, inmediatamente después del oficio de
laudes, se inclinarán ante todos pidiendo que oren por ellos. Y el que
termina la semana diga este verso: «Bendito seas, Señor Dios, porque me
has ayudado y consolado». Lo dirá por tres veces y después recibirá la
bendición. Después seguirá el que comienza la semana con este verso:
«Dios mío, ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme». Lo
repiten también todos tres veces, y, después de recibir la bendición,
comienza su servicio.
(REGLA de san BENITO capítulo XXXV: Los semaneros de cocina, 1-6. 15-18)
20:45-21:10: la cena.
Reunidas en torno a la mesa la bendecimos y agradecemos al Señor por
los alimentos tomados. Lugar y tiempo también de cuidado de unas a
otras. Las Hermanas que sirven, la que lee… todo se va rotando cada
semana. Y todas las que pueden prestan este servicio fraterno.
¡Cómo impresiona cuando eres una joven postulante de 18 años que te
sirva una de 83! Y es que no lo hacemos contando con nuestras solas
fuerzas, ¡lo hacemos con la bendición de la abadesa y con la oración de
todas las Hermanas!
¿Ayudamos en casa? Estos días son buenos para aprovechar para hacer
limpiezas a fondo, para que los niños y adolescentes, tras hacer sus
deberes y tareas, aprendan a cocinar algo, a pasar la aspiradora, fregar
o planchar. Además, así también hacen algo de ejercicio… Y, con la
oración todo sale, si no más rápido, sí mejor…
pastoralsantiago.es
Foto: Miguel Castaño