No podríamos vivir verdaderamente sin confianza en los demás,
forma parte de la vida humana confiar en los otros y para ello es
necesario tomar la decisión de abrirse a ellos, sin temor, sin exceso,
porque es como el eslabón de acero que une a las personas y consolida
las mejores relaciones de amistad, porque ponen a buen recaudo la
integridad y la coherencia. Es todo un recorrido de apertura constante a
los demás sin las cadenas de sentirnos presos, inseguros o mendigos
frente a la posibilidad de un encuentro nuevo. La cuarentena
domiciliaria permite observar muchos gestos de solidaridad, aunque
también surge el riesgo de superficialidad y ocasionalidad, junto a la
desconfianza entre vecinos, por ejemplo: con el tema de las denuncias a
los sospechosos de salir de casa sin motivo aparente. Virginia Satir
escribe: “la relación entre personas es comportarse con honestidad y
compartir logros y frustraciones, defender tu integridad, alimentar tu
autoestima y fortalecer las relaciones con los que te rodean…una
búsqueda de toda la vida”. Y Ernest Hemingway sugiere: “La mejor forma
de confiar en los demás es confiando”.
Padre Roberto
pastoralsantiago.es
Foto: Miguel Castaño