A modo de resumen de algunas actuaciones realizadas a través de la
Iglesia diocesana, ofrecemos a continuación este dossier -por fuerza
incompleto dado que todos los días las parroquias siguen trabajando y
viviendo situaciones nuevas y distintas-, como contribución al
conocimiento social de la tarea que la Archidiócesis de Santiago de
Compostela ejerce ante este reto de la pandemia del coronavirus. Quizá
nunca como ahora se haya hecho realidad aquella expresión del papa
Francisco en la que definía a la Iglesia como “hospital de campaña”.
Acción y oración, “ora et labora”, los dos pilares fundamentales de una
Iglesia que sigue siendo espacio de acogida preferencial para los más
desvalidos.
INSTITUCIONES:
Seminario Mayor. Ofrecimiento a la Xunta de Galicia
de la Hospedería de San Martín Pinario para el uso que, si fuera
preciso, se considere necesario. El rector de la institución, Carlos
Varela, dijo que, igual que la mayoría de los establecimientos de la
capital gallega, la Hospedería lleva días cerrada, pero «están
preparados para organizar la acogida del personal que sea necesario en
cualquier momento y a cualquier hora». Se trata de habitaciones
individuales, con baño, en un emplazamiento, recuerda el rector, «de
fácil acceso por ejemplo para ambulancias».
Seminario Menor. Ofrecimiento al Concello de
Santiago de sus instalaciones para los sin techo, gestionado por Cáritas
Diocesana. Un albergue de emergencia para que ninguna persona sin hogar
tenga que pasar el confinamiento en la calle, que ya está
funcionando.Se ha reconvertido en albergue para transeúntes la zona
donde residen los seminaristas: unas 20 habitaciones individuales que
para muchos de los que ahora las ocupan les ofrecen una calidad de vida
que hace mucho tiempo no podían disfrutar.La acogida se mantendrá
mientras dure la alarma sanitaria. Comentaba el director de Cáritas,
Anuncio Mouriño, que esperan que esta experiencia pueda servir también
para que muchas de estas personas puedan plantearse “resetear su
vida”.Pero además de este servicio extraordinario en Belvís, unas 200
personas están siendo atendidas por Cáritas Diocesana en Santiago. El
piso de acogida a mujeres víctimas de trata, Vagalume, también mantiene
actividad con dos personas, que atienden también previa cita, y en
Vieiro, unas 9 personas siguen acudiendo periódicamente, por ejemplo,
para poder lavar su ropa, o para recibir algún servicio de asesoría.
Cáritas Diocesana. Comedor social de Cáritas Interparroquial de Arousa:
Se mantienen los desayunos una persona por mesa; la lavandería; se
realizará el servicio de comidas en tres turnos, respetando el tercio de
la capacidad del local, los días festivos las comidas y las cenas se
darán en bolsa fuera del comedor, siempre y cuando sea posible; cierre
del servicio de cenas y se entregará bolsa en la comida. Servicios de Atención Primaria:
Se mantiene el servicio, cumpliendo estos requisitos: se primará la
atención telefónica cuando sea posible, se continuará la atención
presencial para aquellos casos de urgencia, cumpliendo los requisitos de
acceso de una sola persona por familia y guardando las distancias de
seguridad y requiriendo previamente las debidas medidas de higiene
recomendadas, el resto aguardará su turno en el exterior del local; se
propone la existencia de algún buzón donde aquellas personas que
simplemente tengan que entregar documentación, tengan un lugar donde
depositarla, sin necesidad de pasar a la atención directa. Comedor sobre ruedas de Cáritas Interparroquial de Arousa: Se mantiene servicio extremando medidas de higiene. Residencia Meu Lar y Centro San Cibrán:
Seguir las indicaciones de la Xunta de Galicia en materia de centros
residenciales, ampliando que se suspenderán los nuevos ingresos, se
anulan todas las actividades con voluntarios, se restringen las salidas,
se extremaran medidas de higiene personal y del centro. Albergue San Javier:
De aplicación lo expresado para centros residenciales, y según lo
recomendado, habiendo una estancia máxima de 21 días, se estudia la
ampliación a 30 días. Pisos de acogida: Se restringen las salidas, extremar medidas de higiene personal y del centro.
Cáritas Interparroquial de A Coruña. La labor de las Cáritas en las parroquias de A Coruña y Arteixo ayuda a más de 1.700 familias, superando las 5.000 personas atendidas.
En este momento de coronavirus se ha concentrado la atención social y
de emergencia, aumentando los contactos vía telefónica y por correo
electrónico con los usuarios. Dada la elevada media de edad en los
equipos de voluntarios parroquiales, se han extremado las precauciones,
para proteger a este personal. La residencia de mayores cuida a
los suyos con rigurosos protocolos sanitarios, incorporando material
donado por algún colectivo. Por otro lado, la versatilidad y agilidad de respuesta que tiene Cáritas, hace que estos días de crisis, los
Servicios Sociales del Ayuntamiento echan mano de la colaboración de
esta institución de la Iglesia para dar solución a los casos más
urgentes. Es el caso, por ejemplo, de familias que sobrevivían con
pequeños trabajos y, de pronto, se han visto sin ingreso alguno. A la
exclusión y a la pobreza, se añade ahora el miedo y la inseguridad.
Cáritas permanece cerca ante el desconcierto.
Centro Raíña da Paz, Pontevedra. Las medidas de
prevención de contagios por Covid-19 hicieron que el Concello de
Pontevedra tuviese que replantear las medidas de ayuda a personas sin
hogar. Así, Cáritas habilitó hace días su centro Raíña da Paz,
en Salcedo, que será la residencia de un grupo de personas que
normalmente dormían en albergues de la ciudad.
A Xunqueira: Se ha mantenido el contacto con los
grupos Scouts, que han visto modificados o aplazadas sus campamentos y
rutas previstas en fechas cercanas. Otro tanto ha sucedido con la
entrega de los “Premios Nécora”, otorgados por la Fundación Galega
contra el Narcotráfico; la gala no ha podido tener lugar, pero continúa la planificación en tareas de prevención, porque las consecuencias del tráfico y consumo de drogas siguen presentes. Cáritas no ha dejado de ofrecer la atención primaria a las, aproximadamente, 23 familias
a su cargo durante todo el año, que estos días de confinamiento aún
están más expuestas a la precariedad. Se mantienen alerta ante cualquier
emergencia potencial.
Ordes: Cáritas parroquial de Sta. María de Ordes mantiene la atención primaria a 100 familias en tiempo de coronavirus.
EL Concello ha ofrecido su colaboración para el reparto de alimento a
los domicilios de estos usuarios para proteger la salud, tanto la de
ellos como la de los voluntarios de Cáritas. Se mantiene la actividad de la “Horta Solidaria” y el Ropero parroquial con las debidas precaucione
Carril: El párroco, Eduardo Amado, cuenta que pasa
mucho tiempo en la Iglesia. Es mi modo de secundar la recomendación del
Papa, animándonos a mostrar la cercanía de Dios, incluso, de un modo
físico. Con la puerta abierta, el sagrario iluminado, la imagen de San
Roque alumbrada con velas… Atiende emergencias de Cáritas con el
retén de Arousa que no abandona a los más necesitados. Y está de
guardia en el Hospital del Salnés, para atender a los enfermos.
Unidad Pastoral de Mugardos: El párroco, José Carlos
Mato, coordina el envío de materiales útiles para la oración y la
formación a través de los grupos de whatsapp. Cáritas: la actividad de atención primaria permanece alerta y repartiendo ayuda a unas 40-50
personas. En el local del antiguo consultorio médico, un convenio con
el Ayuntamiento permite a Cáritas coordinar la ayuda social local,
unificando recursos. Se permanece alerta para la atención de enfermos que lo soliciten.
Santa María la Mayor, Pontevedra.
Cáritas Parroquial trabaja en estrecha colaboración con el Concello de
Pontevedra en la atención de personas sin hogar y a familias en peligro
de exclusión social. Otro tanto ocurre con la Pastoral de la
Salud, que mantiene un seguimiento telefónico con todas aquellas
personas enfermas o impedidas que antes eran visitadas con frecuencia en
sus hogares. Igualmente se mantienen activos los voluntarios del Centro
de Escucha San Camilo de Pontevedra, para la atención y acompañamiento,
también telefónico, de quienes estén atravesando una situación de
pérdida o duelo, a través del número 652 385 332. En el ámbito
sociosanitario, es de destacar la entrega y generosidad de las órdenes
religiosas que atienden con tanto cariño a mayores y discapacitados.
En el ámbito hospitalario, los capellanes tienen estos días
una importante misión en el acompañamiento y consuelo a personas
ingresadas y a los profesionales de la salud para que se puedan desahogar ante situaciones tan duras que les toca vivir y encontrar una palabra que les aporte esperanza. En
todos los hospitales el servicio religioso funciona normalmente, aunque
los capellanes tienen limitaciones para moverse libremente por los
pasillos y por determinadas unidades que han sido bloqueadas por
necesidades sanitarias. Por este motivo, si alguna
persona necesita atención religiosa y espiritual debe contactar con la
capellanía a través de la centralita o de los controles de enfermería
del centro.
Cangas. Los grupos más activos de la parroquia
(Cáritas, Cofradías, Administración, Catequesis, Conferencias de San
Vicente de Paúl, etc.) colaboran en la comunicación con los feligreses y
en la atención de los más necesitados. Se intercambian las distintas
iniciativas de Iglesia para mantener viva la fe y la esperanza en estos
tiempos. Se mantiene el contacto con los enfermos, ancianos y algunos ex alcohólicos para alentar su día a día. La
labor de Cáritas se mantiene. El reparto de atención primaria sigue “de
guardia”, habiéndose reorganizado: los voluntarios mayores han
suspendido, por seguridad, la atención directa al público y se han
sumado otras personas a esta labor. Se asiste a unas 50 familias.
Destaca la colaboración con el Concello: éste colabora con el
transporte al domicilio de los usuarios con movilidad reducida y la
parroquia refuerza la labor del comedor municipal.
En plena península de O Morrazo, la Cáritas parroquial de Bueu atiende a unas 70 familias.
Durante el coronavirus, sus voluntarios se han protegido del mejor modo
posible frente al contacto físico, pero siguen prestando la ayuda más
urgente y necesaria dos veces a la semana, pendientes por si
surge alguna emergencia concreta en cualquier momento. Porque el
coronavirus golpea la salud de la población y, mientras ésta se
paraliza, la Iglesia continúa con su ayuda.
San Fernando, Santiago. Santiago La cripta de la
Iglesia permanece abierta de 9:00h á 21:00h para recordar que el Señor
sigue allí presente, en el Sagrario, cuidando de todos los feligreses. El
párroco y su grupo de voluntarios y colaboradores, se afanan en
mantener el contacto con los enfermos, los mayores, los que viven solos y
los más necesitados.
Cáritas parroquial lanzó la campaña “Tu vecino de apoyo”. Una
iniciativa solidaria y fraterna ideal para una época de confinamiento
domiciliario. En cada portal se colocó un cartel con una persona de
referencia a la que acudir, en caso de necesidad, pensando en los
mayores, los que viven solos y los enfermos. Otra de las aportaciones que la parroquia de Carballo ha puesto en marcha es el Servicio de Escucha y Acompañamiento Psicológico y Espiritual. Un grupo de voluntarias
de la parroquia ha puesto manos a la obra en tareas de costura y ya
confeccionan mascarillas con las que ayudar a surtir este material de
protección. Durante todo el año, Cáritas Parroquial de
Carballo sostiene la atención primaria de unas 270 familias; esta ayuda
se mantiene durante el coronavirus, con la consiguiente aplicación de
los protocolos de seguridad sanitaria que requiere la solidaridad en las presentes circunstancias.
Parroquia Liáns, Nós y Dorneda. Cáritas
organiza reparto de alimentos y su habitual atención social; se han
formado dos brigadas de “emergencia” para atender a los más vulnerables
acompañando o realizando por ellos gestiones, gabinete. Se ha creado un
un servicio psicólogico de escucha para sobrellevar este confinamiento. Los
jóvenes están dinamizando las redes animando a la esperanza a través de
la pagina web, Instagram y otras redes, los grupos de formación
continúan sus programas a través de las redes…., es decir, la parroquia no está parada.
San Vicente de O Grove y Simes. Además de su labor
habitual durante la “reclusión” forzada por el coronavirus (catequesis
virtual, envío de material para la oración por whatsapp, preocupación por los enfermos y necesitados locales.
Parroquias de Cambre y Brexo. Manuel Quintáns, el párroco dice que, además de estar unidos en oración, contacta casi a diario con la gente mayor de la parroquia, y también con los sacerdotes de su Arciprestazgo.
A nivel cercano, destaca la importancia del Centro de Escuchaa San
Camilo de Pontevedra. Justo una semana antes del confinamiento por el
virus estuvieron en A Coruña ofreciendo sus servicios. La sede de A
Coruña será la parroquia de Nuestra Señora de los Rosales. En Cambre hay personas preparadas en el acompañamiento en duelo.
UP Milladoiro, Teo e contorna. Un pilar robusto de
esta Unidad Pastoral es su labor de Cáritas. El amplio abanico de
población que ocupa la UP y la cantidad de necesidades, les ha urgido a
solicitar ayuda complementaria la pasada semana para responder, con
eficacia, a la demanda de alimentos generada entre los más
desfavorecidos con la alarma sanitaria. No escatiman en atender a un
grupo de personas consideradas “sin papeles”, a los que la situación creada a raíz del coronavirus ha vuelto aún más vulnerables. Desde el inicio de la emergencia se han atendido a 350 personas, que forman parte de más de 100 familias con menores a cargo. Los sacerdotes de la UP y sus colaboradores están
especialmente pendientes de los enfermos y los que viven solos. Algunos
casos de personas hospitalizadas requieren un seguimiento más cercano.
Se coordina la compra de medicinas para quien carece de movilidad
suficiente y se intenta responder a cualquier otra incidencia. Cáritas
de la Unidade Pastoral de Milladoiro, Teo e Contorna ofrece 19 plazas
de alojamiento de manera gratuita para personal que trabaja en el
Hospital Clínico Universitario y por su trabajo se encuentre en
situación de riesgo de contagio. Esta puesta a disposición
viene motivada por la necesidad de ofrecer un alojamiento a personal
sanitario, que trabajan con personas en riesgo, y prevenir así la
expansión del contagio. 7 plazas están en el Albergue de O
Milladoiro. Este albergue gestionado por la Parroquia de San José de O
Milladoiro pone a disposición menos de un tercio de las mismas
(cumpliendo la reglamentación vigente en el estado de alarma actual).
Otras dos plazas se encuentran en un apartamento en el Barrio de Santa
Marta, consistiendo en dos habitaciones con baño. Para ponerse en
contacto y poder acceder a estas plazas, se puede llamar al teléfono de
Cáritas 678.512.276 o bien contactar con el Capellán del Hospital
Clínico, Zacarías.
Marín. Además de la labor social del Ayuntamiento y de la predisposición a colaborar, por parte de la Escuela Naval de Marín, Cáritas
parroquial mantiene, en tiempo de coronavirus, la atención primaria a
45 familias (unos 200 usuarios) y vela por 54 personas que viven solas y
sin recursos. La institución de la Iglesia socorre en sus pisos de acogida a 10 personas en riesgo de exclusión. El
comedor benéfico de la localidad, gestionado por las Hijas de la
Caridad, atiende a otras 80 personas cada día y la Asociación benéfica
Sor Elvira vela por 7 personas.
Parroquias Ares, Lubre, Cervás y Limodre. La
comunicación del párroco, Antonio G. de las Heras, con sus feligreses se
ha acentuado a través del Facebook y el teléfono. Éste sigue siendo lo
más recurrido para los mayores y el whatsapp, luego, según se desciende
en el rango de edad. Atención a los mayores y enfermos. El
interés por este colectivo se mantiene despierto. La visita a los
enfermos que así lo solicitan, se hace con las debidas precauciones (mascarilla y guantes), sin dejar de acompañarles. Cáritas: se mantiene la atención primaria a treinta familias, permaneciendo alerta ante cualquier emergencia.
Existe la posibilidad de servir en el domicilio a quien lo necesite.
Cabe señalar que la generosidad local durante todo el año, permite la
ayuda en tiempos difíciles como los actuales.
Parroquia de San Andrés de Barciela-Sigüeiro.
Permanece abierta varias horas al día para que se visibilice que la
Iglesia sigue estando presente y por si alguien tiene algún tipo de
necesidad o urgencia también se le atiende en ese horario. Se hace lo
posible por mantener contacto diario en este tiempo de confinamiento con
los feligreses de las parroquias a través de las redes sociales. Pero
lo que más esfuerzos requiere es la atención a los más necesitados:
entregas periódicas de alimentos cada vez a más familias, casi todas con
niños, así como el acompañamiento en el duelo a personas que han
perdido a algún ser querido en estos días, ya que están siendo
verdaderamente traumáticos. Por último, una iniciativa que
llevan a cabo voluntarios es “llamar diariamente” a personas que están
solas: ancianos, personas enfermas, algún sacerdote. Un verdadero testimonio de una iglesia que está más viva que nunca.
Codeso y otras en Boqueixón. colecta
mensual, recogida de alimentos para instituciones: Albergue Juan XXIII,
Cocina Económica y Cottolengo, ropero y ayuda a familias necesitadas. Llamadas a las familias con posibles dificultades y seguimiento o continuo
Parroquia de Noia. La actividad de la Cáritas
parroquial noiesa mantiene su actividad protectora de los más
desfavorecidos; a sus 160 usuarios habituales, añade ahora la
colaboración estrecha y fructífera con los servicios sociales locales
para dar abasto a los nuevas necesidades. El voluntariado de Cáritas-Noia, junto a los amigos, vecinos y establecimientos de Hostelería que quieran participar, han promovido una actividad denominada “Tortilla solidaria”. Esta iniciativa tendrá lugar los días 16 de abril y 23 de abril.
Parroquia Pobra do Caramiñal, Santa María la Antigua O Xobre e Palmeira.
El párroco, Manuel Antonio Villar, coordina la labor viva de la Iglesia
en esta localidad. Su comunión es fuerza para la Iglesia. Contacto
entre los diversos grupos parroquiales a través del whatsapp. Envío de
materiales formativos y para la oración: remitiendo a otros espacios ya
en la “red”; “Cuaresma en Cuarentena”. Novena de Dolores, al pie de la
imagen parroquial. Utilización de Facebook para la difusión, que
siguieron más de 200 personas diariamente. De lunes a viernes, a las 17h
se expone el Santísimo Sacramento en el templo; hasta las 19:30h,
momento de la celebración de la Sta. Misa. La Iglesia permanece abierta
como signo de esperanza y de consuelo, manteniendo despierto el recuerdo
de la presencia viva de Jesús en el territorio parroquial. Cáritas
en A Pobra sigue velando por las 25 familias (en torno a 60 personas)
que son atendidas por esta institución de la Iglesia. Estos días de
crisis por el coronavirus, se ha coordinado la actividad con los
Servicios Sociales del Ayuntamiento, para acercar las ayudas a los
domicilios y evitar al máximo el riesgo de contagios víricos. A ella le
deriva también el Concello algún usuario en situación de emergencia,
dada la capacidad de respuesta rápida de la Organización Caritativa
Católica. En la localidad próxima de Palmeira, 30 personas de 9 familias continúan recibiendo la asistencia correspondiente por parte de Cáritas,
quien se ha puesto al servicio de las autoridades locales para velar,
conjuntamente, por las eventualidades que puedan ir surgiendo. La
institución de la Iglesia ya estudia el escenario posterior a la crisis
del coronavirus, para prever recursos y procedimientos con los que
hacer frente al potencial aumento de necesidades.
Carmelitas de A Coruña. Nunca habían hecho algo así. Las monjas Carmelitas
de A Coruña lograron terminar 204 mascarillas en un solo día, durante
la última semana del pasado mes de marzo. Este convento y el de las
Madres Clarisas de la ciudad herculina, se han ofrecido a colaborar como
un signo visible de su implicación solidaria con los afectados
por el coronavirus. El pasado 30 de marzo, la Cadena Cope, informaba
del trabajo colaborativo de estas monjas que, en menos de una semana, habían entregado casi 300 de estas protecciones, para que Cáritas las distribuyese en varias residencias de la ciudad herculina.
Según cuentan las propias Madres Carmelitas, comenzaron elaborando
ellas mismas unas mascarillas sencillas, con tela blanca, de algodón,
procedente de retales que tenían en el convento. Al poco tiempo, el
joven voluntario, Javier Mosquera, que sirvió de aldabonazo para su
iniciativa, les facilitó sabanilla quirúrgica, para elaborar un producto
homologable al resto de material sanitario en circulación. Casi toda la
comunidad se implicó en este proyecto, haciendo rodar las máquinas de
coser, el elástico, el alambre, etc. No tardaron en acercarse a la cifra
de 1. 000 embozos protectores.
Parroquia de San José de Campolongo. La parroquia se
mantiene viva. He aquí algún signo de ello: La Eucaristía parroquial
del domingo se retransmite en directo a las 12:30h. vía Facebook. El
resto de los días de la semana, el párroco, Casimiro Fernández, celebra
la Misa sin público, encomendando a sus feligreses. El párroco
coordina el envío de materiales formativos y de oración a sus grupos
parroquiales. Se ha establecido una red de contactos en torno a 110
personas. Cáritas: ha sido preciso detener su actividad física dado el peligro al que se exponían sus voluntarios, de edad avanzada, y a la carencia de medios de protección. Su
tarea en tiempo de confinamiento se centra en la planificación de “los
días después”. Las necesidades aumentarán. Así, por ejemplo, se baraja
el modo de “regresar” a la actividad caritativa: el equipo humano se
reforzará con nuevos voluntarios; se retomará la atención primaria a las
150 familias de usuarios. Se mantendrían los “desayunos de San José”,
almuerzos que se reparten los domingos a unas 55 personas en la casa
parroquial, con el complemento de bocadillos para el mediodía. El centro de la Iglesia Raíña da Paz ha sido uno de los lugares designados para recoger a las personas que no pueden recibir ayuda en el territorio parroquial durante la pandemia.
Parroquia de Sada. La actividad de Cáritas parroquial se mantiene en Sada durante el coronavirus. 140
personas (unas 49 familias) se benefician de la atención primaria de la
institución católica; de entre esas personas, 42 son menores de 16
años.
Clarisas de A Coruña. A la espera de tela quirúrgica con la que confeccionar mascarillas,
las Madres Clarisas de A Coruña (allí también conocidas como “las
Bárbaras”) mantienen viva la presencia de Jesús Eucaristía en su
capilla. El tiempo trágico del coronavirus ha llegado y sienten la
llamada a intensificar la oración para interceder ante el Señor por
cuantos le necesitan más que nunca y para ponerse a su disposición, al
menos con un pequeño gesto. El 25 de febrero de 2016 se instalaba en la
capilla del convento de Santa Bárbara, la Adoración Permanente del
Santísimo Sacramento. Desde su ubicación en el coro del convento, las
Clarisas colaboran con los adoradores para relevarles, encomendando a
los enfermos, a los difuntos, a los familiares y a todo el personal
(sanitario o de servicios) que contribuyen al cuidado de la sociedad.
UPA de Pontedeume. Sus feligreses, junto a su
párroco, Benjamín Sevillano, el diácono Xosé Manuel Pan y el ministro de
la Palabra Manel Pérez Sas encomiendan, de un modo particular, a todos
los diocesanos. Algunos signos de esperanza a través de la vida
parroquial de la Unidad Pastoral de Pontedeume, en tiempo de
coronavirus. Se está intentando hablar por teléfono, con todos
los feligreses de los que disponemos teléfono, especialmente los
mayores, los que viven solos o enfermos, para interesarnos por la buena marcha de todos. Cáritas permanece abierta ejerciendo su labor de atención primaria a más de 50 familias de usuarios. Existe, además, un ropero que completa esta ayuda.
Cáritas de Sta. Cruz. La atención básica de las 92 familias en desamparo económico permanece activa.
Además, continúa ejerciendo su labor el gabinete psicológico y de
escucha y se mantiene el contacto diario con los usuarios, para evaluar
el modo de encajar las dificultades de la presente crisis sanitaria. Se
han constituido dos “brigadas de emergencia”, operativas a través de sus
voluntarios para realizar gestiones burocráticas, repartir medicamentos
y solucionar las urgencias, evitando a los usuarios (especialmente a
los mayores y enfermos) tener que salir de casa.
Parroquias del Arciprestazgo de Entís. Gran parte de
la actividad parroquial futura, pasa por el trabajo en equipo. Así
surge el proyecto de una gran Unidad Pastoral en el amplio territorio
del Arciprestazgo de Entís (Muros, Outes, Carnota y Mazaricos). También
se suman al equipo los PP. Franciscanos del convento de Louro. En la
zona de Muros, el contacto permanece activo con los distintos grupos de
contactos. Hay Misa diaria celebrada por el párroco sin público, en San
Xoán de Serres. La atención primaria de Cáritas continúa apoyando a las casi 30 familias que se le confían.
En la Rede Parroquial Outiense se ofrece un servicio de apoyo
al duelo, especialmente habilitado para las familias de los fallecidos
en este tiempo de coronavirus, cuyo adiós suele ser más
traumático de lo habitual, dadas las estrictas medidas de salud
impuestas por la cuarentena. He aquí varios puntos a tener en cuenta:
En Mazaricos, “domicilio social” de Égueire, el párroco, J. M. Pensado, promueve esta organización de cooperación para el desarrollo de Costa de Marfil. De Ella dependen muchas personas necesitadas: 2.000 mujeres son beneficiarias de las cooperativas; la Maternidad atiende a una población de 8.000 personas.
La dirección institucional de Egueire se encuentra en Mazaricos y otra
de las “almas mater” del proyecto es el sacerdote marfileño, destinado
en Cée, Desiré Kouakou.
Desde Carnota comentan que “os sacerdotes do
arciprestazgo de Entís, “non despreciando”, levan camiño de converterse
nun rodado equipo de atención pastoral. No tempo do coronavirus, tamén
isto é moi importante, porque permite un reparto de tarefas e
coordinación, con froito persoal e misioneiro”.
COF diocesano sigue atendiendo telefónicamente durante la alerta sanitaria. El Centro de Orientación Familiar (COF) sigue atendiendo telefónicamente a todas aquellas que lo precisen. Los responsables de este servicio diocesano indican en su página web, cofsantiago.es,
que “ante la situación de alerta sanitaria que estamos viviendo, por el
bien de todos, este centro permanecerá cerrado mientras las autoridades
competentes no indiquen lo contrario, ofreciendo a sus usuarios la
posibilidad de atención telefónica de lunes a viernes de 10 h. a 13 h. y
de 16h. a 19 h”. El COF es un servicio que ofrece la
Archidiócesis de Santiago de Compostela. Es un espacio de acogida que
ofrece ayuda profesional a las familias, parejas y personas en el ámbito
de sus relaciones: dificultades relativas a la comunicación y a la
convivencia, a la educación de los hijos, conflictos derivados de la
familia de origen de la pareja, etc. La finalidad es ayudar a conseguir
una vida familiar equilibrada y una convivencia más humana. Se trabaja
con rigor profesional y desde el respeto a las personas, propio de los
valores cristianos, con matrimonios que viven situaciones de conflicto,
con parejas en proceso de ruptura, con jóvenes o niños que buscan una
mejor inserción en la vida familiar y social.
Los sacerdotes diocesanos harán una aportación a Cáritas. De los
sacerdotes diocesanos ha surgido la iniciativa de realizar una
aportación a Cáritas para atender las necesidades surgidas por la
situación de las personas vulnerables a raíz de la pandemia del
COVID 19. A los obispos de la Provincia Eclesiástica de Santiago les
pareció una excelente propuesta y se va a llevar a cabo con el lema “Siempre juntos”, como gesto de fraternidad sacerdotal y de caridad ante el día de Jueves Santo. El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, ha enviado una carta al clero diocesano para señalar el modo de hacerlo e indicar que cada sacerdote y
diácono podrá aportar lo que vea conveniente según sus posibilidades.
En la Provincia Eclesiástica de Santiago cada diócesis canalizará la
propuesta según distintas modalidades, pero unidas en la misma
finalidad: apoyar económicamente a Cáritas en la inmensa tarea de
servicio a los más necesitados en estos días.
Pastoral Penitenciaria. O capelán de Teixeiro, Juan
González Redondo, xunto cos voluntarios de Pastoral Penitenciaria, quere
transmitirmos unha mensaxe: “Queridos amigos e amigas, irmáns todos na
fe: acollemos con gusto esta iniciativa de orar os uns polos otros e
abrirvos as portas da nosa Igrexa, este Mércores Santo. Igrexa virtual,
ou mellor dito, na comuñón do Espírito e dos espíritos, que nunca pode
estar pechada. É a comunidade da Pastoral Penitenciaria. Estes
días, a pesares de non poder acudir a Teixeiro, sen embargo permanecemos
unidos a través dos medios, en oración, sabendo os uns dos outros. Acordámonos dos presos
precisamente neste tempo en que dalgún xeito nós tamén estamos presos
(Hb 13, 3). Estamos enviando cartas ós internos, fixemos unha aportación
para que reclusos sen ingresos puideran chamar á casa, as Carmelitas de
A Coruña enviaron 200 mascarillas para funcionarios. Consólanos saber
que non hai infectados dentro dos muros de Teixeiro. Por outra
parte, está colaborando connosco a parroquia de San Cristovo das Viñas
de A Coruña, en concreto a súa Cáritas parroquial. Os
voluntarios da casa forman parte do grupo da HOAC diocesano que ten como
proxecto de compromiso comunitario “Un paso adiante”. Consiste nunha
casa de acollida para a reinserción de persoas que recobran a liberdade
despois de moitos anos de condea, para o que se rehabilitou a reitoral.
Este pasado xoves recibimos un segundo usuario. Por outra parte o
piso de permisos de Cáritas está acollendo a penados de terceiro grado,
que han de voltar ás súas casas, pois o CIS de A Coruña está pechado”.
Parroquia de Betanzos. Los feligreses de la
parroquia de Betanzos se unen en oración pidiendo por todos los
diocesanos. Su comunión es vida para la Iglesia.A las 12h se retransmite
la Eucaristía vía “streaming”, celebrada a diario por el párroco, Santiago Pérez. Atención
de las religiosas del centro Pai Menni. Se trata de una comunidad de
Hermanas Hospitalarias cuya vocación es la atención de personas con
discapacidad intelectual. Comunicación con las personas
asociadas a los distintos grupos parroquiales a través del whatsapp,
para intercambio de contenidos formativos o de piedad, así como el refuerzo de lazos humanos y la preocupación por las personas mayores, enfermas o que viven solas. Presencia en la vida pública betanceira para apoyar la labor de los sanitarios, para ofrecer solidaridad a quien la pueda necesitar o para reforzar el mensaje de cuidado y protección mediante las medidas de aislamiento en casa.
Cáritas parroquial de A Estrada. La labor de
atención primaria que lleva a cabo Cáritas parroquial de A Estrada, se
mantiene y refuerza durante el “parón” por el coronavirus. Con
una atención media que oscila entre las 130 y 150 familias, se prevé un
final de confinamiento en el que aumentarán las personas sin trabajo y,
por tanto, en precariedad. Los voluntarios continúan recogiendo
las donaciones de productos perecederos para su pronta entrega. Además
de la elaboración de lotes equilibrados y completos para los usuarios, un
grupo de benefactores se encarga de preparar platos calientes y
repartirlos, especialmente dirigidos a las personas cuyo contexto
personal les dificulta la realización de los mismos.
Cáritas parroquial de Bergondo. Cáritas parroquial de Bergondo mantiene la atención primaria a 27 familias en tiempo de coronavirus;
unas 90 personas encuentran amparo y colaboración para afrontar las
dificultades anuales. El ropero ha sido suspendido como medida de
prevención sanitaria, pero se mantiene la ayuda semanal con cuatro
voluntarias en activo, pendientes, asimismo de las situaciones de
emergencia que puedan surgir. Se ha vuelto necesario acudir a
los domicilios de personas en riesgo (por edad, salud, etc.) y se ha
ampliado el número de vales para el supermercado. Ha habido que afrontar
el problema de las familias cuyos niños tenían beca de comedor y han
quedado sin este servicio, para lo cual se ha puesto en marcha
la colaboración con los Servicios Sociales de la Xunta quienes darían
cobertura a esta situación. Por otra parte, desde los Servicios
Sociales del Concello, se ha pedido apoyo a Cáritas para el reparto de
alimentos porque el supermercado que gestiona este servicio, ha tenido
dificultades con la distribución a domicilio. Si se
necesita algo urgente, asumible por Cáritas, la facilidad en la
respuesta de esta institución de la Iglesia, permite solucionar las
emergencias con mayor eficacia.
Parroquia Pontecesures. Este grupo de parroquias
reza por todos os diocesáns. As Parroquias de Sanmiguel de Valga, Santa
Columba de Cordeiro, Santa María de Xanza, Santa Cristina de Campaña y
San Xulián de Pontecesures, representadas na persoa do seu Cura, unidas
nun só corazón e nunha soa alma. Facemos memoria das familias,
destas parroquias, que sufriron a violencia de xénero, o terrorismo, e
como non, a pandemia, que nos toca vivir a todos.
Unidade Pastoral Muros, Serres, Sestaio e Torea. Dende
o inicio establecemos cauces de colaboración cos concellos nos que
estamos presentes Cáritas-Protección Civil, para poder ser eficaces na
distribución de alimentos entre os nosos usuarios sen necesidade de que
acudan aos centros de distribución para respetar a normativa do Estado
de Alarma e, do mesmo xeito, os voluntarios non quebranten a normativa
do confinamento; tamén mantemos a colaboración Cáritas Muros-Eroski e
foi ampliada nestes días para recollida de alimentos a coste cero; temos
activado un teléfono de derivación para dar resposta a posibles
demandas nos nosos feligreses, por necesidade, soedade, atención
pastoral… onde poden ser atendidos polos nosos párrocos, traballadora
social ou psicóloga.
Centro Cultural Juan XXIII. Desde el comienzo de la
situación de alarma provocada por la emergencia sanitaria generada por
el COVID19, la entidad Centro Cultural Social Juan XXIII ha intentado
adaptar su respuesta a las necesidades de las personas usuarias.
De este modo, dos días antes de la declaración oficial del estado de
alarma, la entidad bloqueó sus pernoctas dando la opción a los alojados
de quedarse en el recurso hasta el momento que se levantase dicha
situación. Por esta causa, a tal fecha (12/03/2020) se contaba con 21
pernoctantes. El día de la implantación del estado de alarma
(14/03/2020) el número de pernoctantes era de 18 personas.
Paulatinamente algunos optaron por irse, tomaron la opción libre de
dejar el recurso y actualmente contamos con 11 personas que siguen
haciendo lo posible por mantenerse con ánimo en esta situación y
confiando en que pase pronto pero sobre todo que se mantengan con salud.
La primera semana de confinamiento se mantuvo la atención externa de
duchas y ropero que ya se ofrece habitualmente, realizándola con un
control en la puerta que permitía el cumplimiento de las normas de
seguridad en el interior, así como la correcta limpieza posterior. Con
ello se favorecía la atención a las personas que aún quedaban en calle
mientras se articulaban las ayudas por parte del Concello.
A partir de la segunda semana se dejaron de dar servicios externos al
quedar ubicadas las personas en diferentes recursos articulados por el
Concello. Desde ese momento todo el esfuerzo se volcó en el cuidar que
los alojados se mantuvieran en las instalaciones cómodos y, sobre todo,
sanos.
No obstante, sí que se ha mantenido el servicio de distribución de
lotes de alimentos a las familias más necesitadas, realizándose en esta
ocasión una distribución extraordinaria.
Como estos estaban de modo continuado en las instalaciones, cosa que
en momentos de normalidad no es así, ya que se permitían las salidas y
entradas hasta el cierre del recurso por la noche, hubo que reorganizar
el servicio que presta la entidad. Para dar respuesta a este aspecto y,
sobre todo, preservar al máximo a los usuarios, los trabajadores pasaron
a hacer jornadas contínuas que reducían la entrada y salida continua de
personal para, de ese modo, minimizar los riesgos de contagios. Se
formó un equipo de cocina liderado por la Integradora Social, que
prepara las tres comidas diarias para que sean variadas y sanas, dándose
cabida hasta a aquellos platos que podían echar de menos.
También se flexibilizaron los horarios de descanso permitiendo, por
ejemplo, el rato de siesta posterior a la comida. Se pusieron a
disposición de los usuarios del Albergue películas, juegos de mesa y
libros que están ayudando a que se haga más llevadero el tiempo de
confinamiento.
Además, desde la entidad se hizo un esfuerzo aún mayor, ya que se
realiza la compra periódica de tabaco por cuenta de la institución, lo
que, por una parte impide que los usuarios deban salir a comprárselo,
reduciendo los riesgos que ello implica, y además permite que los
usuarios estén más tranquilos, dado que la mayoría son fumadores.
También se han ampliado las zonas comunes que pueden utilizar.
Parroquia de Moaña: Los feligreses de Moaña, junto a
su párroco, José Luis Muñiz, encomiendan de manera particular a todos
los diocesanos. Su comunión es vida para la Iglesia. Ángelus:
diariamente, a las 12:00h se reza el Ángelus con repique de las campanas
parroquiales. A las 18:30h. hay Exposición con el Santísimo. La Iglesia
permanece abierta como signo de esperanza y de luz para la sociedad,
pero no se accede al interior. A las 20:00h se produce un emocionante
momento de bendición con el Santísimo Sacramento desde el Atrio
parroquial. Téngase en cuenta que la hora de la bendición coincide con
el momento del aplauso nacional al personal sanitario desde las
ventanas. Una vez que la parroquia se dio cuenta del gesto de su
párroco, esperaron a recibir primero la bendición para aplaudir luego.
La policía local, la Guardia Civil, Protección Civil e, incluso, una
ambulancia, pasan ahora por allí delante a esa hora para recibir también
las gracias y la cercanía eucarísticas. Cáritas parroquial
mantiene la atención de 70 familias, colaborando en el reparto a
domicilio para estas y otras familias con Protección Civil y las
autoridades locales. Los voluntarios de Cáritas confeccionaron
mascarillas con sabanilla quirúrgica para entregar a cada familia
necesitada. El grupo de Pastoral de la Salud, se
encarga de acompañar a los enfermos y llevarles la Comunión. Durante la
época del aislamiento en el hogar, han incrementado, al menos, la
comunicación con las personas delicadas de salud, permaneciendo muy
pendientes de las necesidades que puedan surgirles (medicación, soledad,
etc.).
Parroquia de San Francisco Javier, A Coruña. El
actual párroco y arcipreste de la zona, Severino Suárez, atiende también
la parroquia de El Pilar y la de O Nadal do Señor, en el barrio de
Bens. A los muchachos del catecismo y a sus familias se les hace
partícipes de los materiales de oración y formación necesarios y se les
invita a unirse a la oración del Arzobispo, pidiendo por todos los
afectados con la pandemia. La atención primaria de Cáritas
sigue pendiente de las cerca de 100 familias que en ella buscan amparo.
Los voluntarios de mayor edad han detenido la actividad mientras dure
la cuarentena. La proporción de inmigrantes bajo su cuidado es elevada,
pues constituyen una parte importante de la población local. Uno
de los economatos de Cáritas Interparroquial de A Coruña tiene su
ubicación en este arciprestazgo (Riazor), que se mantiene abierto y a
pleno rendi Algunos de los voluntarios de la parroquia son
profesionales considerados esenciales para el funcionamiento de la
sociedad durante el coronavirus; esto les permite aplicar con gran rigor
y sensibilidad todas las medidas de protección sanitaria en el reparto
de alimentos, facilitando así el aislamiento domiciliario de los
usuarios de Ceritas. Un grupo de Acción Católica con sede en O
Pilar y otro de Vida Ascendente se prodigan en cuidar la comunicación
con los mayores y con quien pueda encontrarse solo durante estos días. El grupo de Pastoral
de la Salud con sede en la parroquia, desarrolla durante todo el año
pastoral un atento cuidado y preocupación por los enfermos. Visitan
residencias y a gente impedida, además de los cuidados humanos y
materiales que se requieren ante un fallecimiento inesperado de alguna
de estas personas, especialmente de quienes carecen de vínculos
familiares capaces de asistirles en ese trance.
Cocina económica Santiago. En la Cocina Económica de
Santiago trabajan sin tregua para alimentar a los más desfavorecidos
del entorno urbano. Las religiosas y el personal de complemento que se
encargan de esta labor, vivieron el susto de un contagio de coronavirus.
Una vez repuestos, el retorno a los fogones no se hizo esperar: mucha
gente dependía de su auxilio. La Congregación de las Hijas de la Caridad
se encarga del comedor de la Cocina Económica desde el año de su
creación en 1891. El pasado viernes 20 de marzo un positivo por
coronavirus hizo que el personal de la Institución Benéfica quedase en
aislamiento y en cuarentena. Se trataba de sor Alicia. Luego se
detectaron dos casos más de religiosas afectadas que, a día de hoy, ya
se encuentran recuperadas. A pesar de todo, el servicio de la entidad
continuó mediante un cáterin. Tras el proceso pertinente de aislamiento y la correspondiente desinfección, la comida ha vuelto a prepararse en sus instalaciones el pasado 6 de abril.
En estos momentos, 6 religiosas y 10 seglares se ocupan de la
preparación de los menús. El personal de los turnos de cocina ha de
vestir trajes especiales de protección. Ya han sobrepasado las 200
comidas diarias preparadas y más de 50 desayunos. En los últimos
tiempos, unas 29 familias se han sumado a los usuarios habituales de la
Cocina Económica (a causa del cierre de los comedores escolares y por
algún otro motivo) que, coordinada con los voluntarios de Cruz
Roja y otras instituciones, se ha organizado para acercar la comida en
táper o en bolsas a quienes lo necesiten. Muchos benefactores continúan
apoyando la labor solidaria de esta entidad, conscientes de la ingente
tarea bienhechora que desde sus fogones se lleva a cabo.
Unidade Pastoral de Coirós. Hoy el párroco Juan
Jacobo Ardá y su feligresía, se unen en oración por todos los
diocesanos. Su comunión constituye esperanza para la Iglesia. Algunos
signos de vida parroquial en tiempo de coronavirus: El párroco celebra
Misa todos los días, pidiendo por las familias de sus feligreses y por
los afectados por la pandemia; un pequeño grupo de la catequesis
permanece en contacto, manteniendo el cultivo de la fe en familia.; la
tradicional “Romaxe na honra de San Pedro de Mezonzo constituye un
motor de unión y devoción en la zona que durante el tiempo de la
pandemia deja ver sus frutos más maduros de piedad y caridad: el impulso
de la oración y la preocupación de los unos por los otros.
Hermanas de los Ancianos Desamparados de la Residencia de San Marcos, Santiago. En la
Residencia de las Hermanas de los Ancianos Desamparados, en San Marcos,
en Santiago, no se ha registrado ningún caso de COVID 19 entre los
residentes. “Lo estamos llevando bastante bien”, dice la
superiora de la comunidad religiosa, la madre Carmen, una mujer
previsora que antes de que las autoridades decretasen el confinamiento
decidió “cerrar” el asilo a visitas para preservar de posibles contagios
a los ancianos allí alojados. “Puede pasar cualquier cosa, desde
luego”, asegura la superiora, “pero de momento, gracias a Dios, no hemos
tenido ningún caso y lo llevamos bastante bien, aunque preocupadas por
todo lo que está pasando”.
La comunidad religiosa, que agrupa a 22 hermanas, atiende en
la residencia de San Marcos a un total de 196 residentes, “mayores y
alguno de ellos centenario”, explica la madre Carmen. Cuentan con un
grupo de trabajadores de 70 personas, que afortunadamente disponen de
los instrumentos de seguridad necesarios para garantizar la salud de
toda la comunidad.
“Nos han ayudado mucho desde fuera. Nos han desinfectado las
instalaciones; la Xunta de Galicia nos ha hecho llegar mascarillas,
batas, guantes, desinfectantes”, explica la superiora. “Eso y la
previsión que tuvimos de cerrar antes de la alerta, avisando a las
familias que solo habría contacto telefónico con los residentes, nos ha
dado cierta tranquilidad. Es verdad que hemos tenido algún caso
de algún catarro, pero solo eso, porque se hizo la prueba y dio
negativo en coronavirus”, añade.
Y, por si acaso, dentro de las instalaciones también se
adoptan medidas de seguridad: “Si antes comían cuatro en una mesa, ahora
lo hacen dos; si antes teníamos un comedor, ahora habilitamos otro; en
las salas, además, hacemos que los residentes tengan más distancia entre
ellos”
La residencia cuenta con médico y personal de enfermería. Además,
junto a su capellán, el obispo emérito de Tui-Vigo, monseñor José
Diéguez Reboredo, quien también reside en sus instalaciones, han vivido
la liturgia propia de Semana Santa, “eso sí, sin gente”, recalca la
superiora.
Pastoral de la Salud. Nuria Vázquez Freire
es la Delegada diocesana de Pastoral de la Salud. Farmacéutica.
Residente en Santiago. Expuesta a un riesgo considerable en su cometido
profesional, sostiene que la preocupación principal en Galicia ha
centrado esta temporada la estabilización del número de contagios. Desde su cometido en la diócesis, se
interesa por la correcta preparación humana y espiritual para las
situaciones de aumento del número de enfermos. Y que haya capellanes;
sacerdotes disponibles para saber responder a las necesidades de la
gente. Incluye propuestas como la del Centro de Escucha en Pontevedra,
para el acompañamiento de situaciones de duelo. No poderse
despedir de un ser querido y prescindir del acompañamiento de los
vecinos en ese momento, se prevé difícil. Le gustaría que de cualquier
momento de sufrimiento, como el que se vive en la actualidad, las
personas pudiesen replantearse la vida, sacando algún bien. Y que no
sólo tuviesen un horizonte material de la existencia. La Delegación de
Pastoral de la Salud está “de guardia”, encomendando a todos los
diocesanos.
Parroquia de Sada. La feligresía de Sada se une a su párroco, Joaquín Varela, para rezar de una manera especial por los diocesanos. Para
las celebraciones de Semana Santa se han unido a otras parroquias que
retransmitían a través de las redes.Los domingos, permanece activo el
contacto con las familias de catequesis, más de cuarenta, repartiendo
diferentes materiales formativos y de oración. Cáritas
parroquial no ha detenido su actividad. Para evitar el peligro de
contagio vírico en los voluntarios de mayor edad, se ha sustituido el
reparto de atención primaria directo por unos vales que se entregan a
los usuarios (47 familias), canjeables por productos en un supermercado
local. Una persona, al menos, permanece atenta por si surge alguna emergencia durante estos días.
Cáritas Parroquial de Caldas. Cáritas
parroquial de Caldas de Reis mantiene la atención primaria de 85
familias. La localidad se sitúa como un cruce de caminos, por lo que, el
pasado año 2019, la cifra de transeúntes que solicitaron la ayuda de
Cáritas fue de 72. Este colectivo ha desaparecido prácticamente
con la alarma sanitaria en vigor, que impide los desplazamientos. De
todos modos, los voluntarios parroquiales se han turnado para proteger a
los de mayor edad y atender las emergencias con solvencia.
Parroquias de Barciela-Sigüeiro y Unidas. Como en muchas otras parroquias de la diócesis las
redes sociales están siendo el medio más utilizado para mantener vivo
el contacto con los fieles de estas comunidades a través del Facebook (@pbarcielasigüeiro) o de la página web (org).
A parte del contacto constante a través de WhatsApp con los
catequistas… estos medios sirven para llegar a los más pequeños y
motivarlos a seguir las CATEQUIZIS que se suben a diario, vídeos de 5
minutos que están causando verdadera sensación. Cáritas
parroquial sigue también su tarea de ayudar a los más necesitados a
través de un pequeño número de voluntarios. Unas diez familias (14 niños
entre ellas) reciben atención primaria. Estos días de coronavirus el
párroco ha motivado a los feligreses para la colaboración solidaria con
los más necesitados y se han recogido alimentos no perecederos. Se prevé
un escenario difícil al término del aislamiento domiciliario,
especialmente en el núcleo urbano de Sigüeiro, conformado por familias
jóvenes, con niños, que pueden ver muy afectada su situación laboral. Se
precisará mucha asistencia.
El sacerdote celebra la Misa de manera privada y en ella
encomienda diariamente a las personas que han fallecido por el
coronavirus, a los enfermos y a todos los que cuidan de ellos;
así como a todos los fieles de las parroquias que administra, para que
en Cristo encuentren el consuelo y la fuerza para superar esta situación
que nos ha tocado vivir.
Cáritas Parroquial de San Cayetano. Cáritas de San
Cayetano, en la ciudad de Santiago funciona durante todo el año con una
atención muy directa a los necesitados. Se procede a una entrega de
alimentos y/o útiles de aseo personal, procurando el mayor amparo
posible para los hijos pequeños de las familias, con el reparto de
pañales, colonia, potitos etc. Se atienden en la parroquia a 67 familias, un total de 194 personas, de las cuales 26 son niños menores de 8 años.
En este tiempo del coronavirus, la labor de los voluntarios (sus edades
entrañan muchos factores de riesgo sanitario, por lo que han recibido
la recomendación de protegerse en el domicilio) no se ha detenido.
Siguen con preocupación los avatares de todas las familias y mantienen
contacto por whatsapp. En lo referente al reparto de atención primaria, mientras dure el peligro de contagios, se encarga el Banco de Alimentos. Esta Caritas Parroquial, atiende a los hermanos de las comunidades de: San Cayetano; Guadalupe, San Juan y San Silvestre.
Parroquia de Vimianzo, Calo Cambeda y Castrelo. La
celebración de la Misa todos los días, para encomendar a todos los
feligreses y a los afectados por la pandemia. Estas feligresías cuentan,
en la actualidad, con dos seminaristas mayores cuya ordenación diaconal
es inminente. El párroco, Daniel Turnes, compagina tu tarea sacerdotal
con el trabajo de profesor de Religión en Santa Comba. Hay compañamiento
de los que se disponen de forma inmediata para recibir la Primera
Comunión. Cáritas, con un presupuesto anual de 15.000 euros, habla de la
generosidad de los feligreses (en torno a 1800-2000 habitantes). En tiempo de confinamiento, mantienen la atención primaria de 23 familias junto a la alerta ante posibles emergencias. Recientemente se han donado a Mozambique 2.000 euros para proyectos de desarrollo). Durante
el presente confinamiento, las tareas de reparto de alimentos se
coordinan con los Servicios Sociales del Ayuntamiento para proteger al
máximo la salud de usuarios y voluntarios. Por otra parte, una casa
arreglada espera la llegada inminente de una familia de refugiados
sirios a la que se ha brindado acogida. Conscientes de la dificultad que se avecina cuando la sociedad vaya terminando el confinamiento domiciliario
Cáritas se prepara reforzando el seguimiento de los colectivos más
vulnerables: emigrantes, mujeres maltratadas, enfermos, gente mayor, etc.
Parroquia de Ribeira. Celebración diaria da
Misa en Sta. Clara por parte do párroco, Alfonso Mera, quen encomenda a
todos os fregueses e tamén aos afectados pola pandemia.
Domingos e festivos a Eucaristía ten lugar na parroquial de Sta. Uxía.
Os fieis únense desde as súas casas a esta oración. Cercanía cos
maiores: a pesares do distanciamento físico, a presenza dun
equipo de Pastoral da Saúde na parroquia, así como unha Residencia da
Terceira Idade, anima ao párroco e aos seus colaboradores a manter o
contacto telefónico cos máis sós; a preocuperse polo seu estado de
saúde; a ofrecerse para calquera necesidade ou xestión, envío de
mensaxes motivadoras, etc. O traballo inxente de
Cáritas parroquial durante todo o ano (atención primaria de 134
familias) non se detivo en Ribeira polo feito do illamento domiciliario.
Percibiuse un incremento de 40 familias afectadas, principalmente, polo
parón do comercio, actividade de subsistencia que lles permitía ir “ao
día” nas súas economías domésticas. A institución caritativa católica
traballa en rede, moi coordinadamente, con Asuntos Sociais do Concello,
co colectivo evanxélico Ice Renovación e co Banco de Alimentos. Manteñen
vivo o reparto de alimentos e a solicitude por diversos colectivos
vulnerables situados no lugar. A laboura da Cáritas parroquial
de Ribeira recae estes días en 4 dos seus voluntarios, posto que os de
maior idade precisaron illarse nos seus fogares, por mor do risco
sanitario.
Parroquia de Corme, Ponteceso e Unidas. Fieis e
sacerdotes do lugar (J.M. Varela e Fernando P.C.), únense en oración,
pedindo dun xeito especial por todos os diocesáns. A súa comunión é
forza para a Igrexa. Utilizando a plataforma web: http://parroquiascormeponteceso.com/,
os párrocos manteñen a formación e a piedade dos fregueses, propoñendo
distintas reflexións, imaxes, oracións ou recordos de momentos. Comunicación frecuente cos distintos colaboradores parroquiais, especialmente atentos ás persoas soas, maiores ou necesitadas. O contacto mediante as redes de Instagram e Facebook queda aberta para calquera inquedanza ou preocupación dos fregueses. Situacións
de acompañamento no duelo ás familias: ante a “violencia” que supón ter
que enterrar a unha persoa coa frialdade á que obriga o confinamento
cidadán, cóidase dun xeito humano, cercano e relixioso que as persoas estean o máis arroupadas posibles. Cáritas
parroquial, en colaboración con Protección Civil do Concello e a Cruz
Vermella, mantense a atención primaria das 16 familias amparadas pola
institución da Igrexa. A problemática de moitas familias con escasos
recursos empeora co confinamento, pois con el impídense os ingresos
mínimos que poderían soster a estas persoas.
Cáritas Parroquial de Moraña. Cáritas
parroquial de Moraña mantiene la atención primaria de unas 16 familias.
El coronavirus no ha detenido su labor. La acogida que se brinda a las
personas en situación de riesgo se traduce en un acompañamiento muy
cercano y en la preocupación por sus circunstancias actuales en tiempo
de pandemia. Precisamente, el estado de alarma ha cortado la
vida laboral de varias familias de la zona. Algunas ya han solicitado
amparo de Cáritas y de otras instituciones. Se prevé un aumento durante
los días venideros. Será necesario reforzar la cesta de la
compra, las medicinas, la electricidad, el asesoramiento fiscal, etc. de
unos cuantos núcleos familiares; tareas que ya se venían llevando a
cabo en los diversos encuentros semanales con los usuarios. Se planea el
retomar con ímpetu renovado los cursos de formación para desempleados
que se han detenido por el aislamiento domiciliario. Sólo con
la capacitación laboral de este tipo se pueden incrementar las
posibilidades de encontrar trabajo. Cáritas parroquial de Moraña
constituye una referencia solidaria en toda la comarca.
Parroquia de Santa María de Traba y Unidas (Coristanco). Desde la Parroquia
de Santa María de Traba y unidas (pertenecientes al Concello de
Coristanco) cuyo párroco es Manuel Mayo Romarís estamos actuando en
ámbito económico, social y espiritual destinando el 80 % del presupuesto
de Caritas parroquial (2.147€) a ayudar de forma directa a 17 familias.
Se ha organizado en envío de 4.600 kgs de patatas donados por
productores locales a familias del Concello en riesgo de exclusión
social para poder garantizar su alimentación diaria, junto con 70
docenas de huevos y 300 litros de leche. Nos pusimos a
disposición del Concello para que el personal de Caritas pueda colaborar
en lo que el ente público pueda necesitar, como tractores para fumigar
calles u otras iniciativas que estamos ultimando. Como muchas
empresas tuvieron que cerrar intentamos que su producción antes de
perderse pueda llegar a beneficiar a distintos sectores tanto locales
como comarcales. A diario se expone el Santisimo Sacramento,se
celebra Misa por la megafonía exterior para todo el pueblo (aunque sin
fieles) y se realizan llamadas a feligreses que viven solos o por wassap
por si necesitan algo.
Cáritas de Leiloio, Cambre, Buño, Cerqueda, San Tirso, Mens-Barizo y Cores-Nemeño. Durante la época del coronavirus, las
parroquias de esta amplia zona de la comarca de Bergantiños, mantienen
la atención primaria y la preocupación por sus usuarios anuales. En esta zona rural de la diócesis, el contacto de proximidad con la gente permite estar más al tanto de su problemática. Así, se
han detectado dificultades por desahucios, deudas, desempleo, familias
en riesgo de exclusión con niños, personas dependientes con escasos
recursos, etc., etc. suele tratarse de casos bastante puntuales, además
de la colaboración con alimentos frescos. Mientras dura el estado de alarma, se presta un servicio de ayuda a personas mayores para hacerles la compra, ir a la farmacia y otros recados útiles.
Parroquia Oza dos Ríos y Unidas. Esta “agrupación”
de parroquias (uno de los conceptos que las denomina sería el de
“unidades pastorales”), suele tener lugar en torno a un sacerdote
encargado de las mismas. Este es el caso del párroco Krystian Bolkowski,
de la UP de Oza dos Ríos y 8 rectorías vecinas. Misionero de Fidei
Donum, natural de Polonia (diócesis Torun). El párroco celebra la Sta.
Misa a diario, ofreciéndola por todos sus feligreses y por las personas
más afectadas en la pandemia. Los feligreses se unen a las celebraciones
eucarísticas que retransmiten los medios de comunicación, especialmente
las presididas por el Arzobispo de Santiago, Mons. Julián Barrio. Se ha
avisado a través del Facebook de la disponibilidad del párroco y
algunos de sus colaboradores para atender a las personas más
necesitadas que puedan aparecer o ante la eventualidad de cualquier
emergencia, a mayores de los servicios sociales que funcionan
desde el ayuntamiento. Además, se procura mantener un contacto frecuente
con las personas de mayor edad o solas. En un gesto de cercanía y
contacto, la parroquia ha puesto a disposición de un buen número de feligreses, botes de gel hidroalcohólico antiséptico.
Una iniciativa que ha calado en la gente, que aprecia estos detalles
como la oportunidad de sentirse en familia y pendientes los unos de los
otros. Durante el curso pastoral, el grupo de colaboradores organiza la
atención de las iglesias junto al sacerdote.
Comedor Social de los Franciscanos en Pontevedra. El
13 de junio se cumplirán 32 años de su funcionamiento. La aportación a
“el pan de los pobres” que realizan los fieles que acuden a la iglesia
de san Francisco permite el funcionamiento de este comedor social. Un
servicio para los pontevedreses en riesgo de exclusión social que mira
con preocupación a la “desescalada”, pues se prevén nuevos usuarios ante
el paro que se pronostica. El Padre Gonzalo ha estado
muy activo mientras ha durado el aislamiento domiciliario. Sabe que si
él falla, las 130-140 personas que utilizan diariamente el servicio de
comedor, tendrían grandes dificultades para encontrar un plato caliente
en la ciudad del Lérez. Y peor todavía con las puertas de las
casas más cerradas que nunca. El franciscano explica que, durante la
pandemia, “la comida se reparte a la puerta del comedor”; así ha tenido
que ser para evitar aglomeraciones dentro. El menú básico se compone de un plato caliente y un bocadillo, porque han de llevárselo consigo. La
edad elevada de muchos de los voluntarios ha traído la colaboración de
Protección Civil para el reparto. En la cocina se preparan los táperes. En algunas ocasiones cuentan con la ayuda privilegiada del famoso restaurador Pepe Solla (Casa Solla en Poio), que deseaba participar con espíritu solidario.
Normalmente cuentan con una cocinera, un ayudante de cocina y 12-15
voluntarios, junto a un franciscano, normalmente, el Padre Gonzalo
Diéguez. En el comedor constatan un aumento de usuarios,
atribuido al cierre de los colegios, principalmente, que impulsó a
familias con escaso recursos a acudir a este lugar. En la casa diocesana
de espiritualidad “Raíña da Paz” (lugar pontevedrés de Matalobos) se
alojan unos 30 beneficiarios del comedor social. Se les lleva allí la
comida. También al Multiusos de A Xunqueria, habilitado, recientemente,
para los más vulnerables. “Se agradece la generosidad de los
pontevedreses”, afirma el padre Gonzalo, quien razona que el gasto que
ha de llevarse a cabo no es pequeño. Por fortuna, las cadenas de
supermercados locales realizan espléndidas donaciones con las que dotar
de suministros a esta buena labor.
Capellanía del CHOP. Con el lema de la jornada
mundial del enfermo del pasado 11 de febrero podríamos resumir la labor
de los capellanes, ahora y siempre, en los hospitales. Pero más que
nunca, en esta época de pandemia, nuestra presencia es
necesaria, tanto para los enfermos, como para las familias o los propios
sanitarios. Los enfermos necesitan acompañamiento humano y espiritual
en un momento en el que las visitas están restringidas y muchos viven
alejados de sus familias su enfermedad. Las familias preocupadas por toda esta situación nueva que nos toca vivir y sus miedos.
Y los sanitarios preocupados y agobiados por esta nueva situación, no
sólo en su ámbito de trabajo sino también en todos los ámbitos de
nuestra vida. En cuanto a la vida de un capellán de hospital un
día normal poco ha cambiado. Acudimos como siempre a cualquier llamada
que nos realizan, ataviados con guantes, mascarillas y un epi si hiciera
falta. Aunque ahora camina por un hospital con los pasillos
prácticamente deshabitados, únicamente poblados por el personal de la
casa. En la capilla no hay misa, pero siempre está abierta y
allí pueden encontrar un lugar de paz y esperanza en este momento de
intranquilidad.
Estas palabras del Papa Francisco el 17 de marzo nos pueden ayudar a
encontrar la fuerza necesaria para afrontar este momento histórico que
nos toca vivir: “Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde
esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad.
Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros
niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una
crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración.
Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. La
oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras”.
Josecho López Moldes
Capellán del CHOP
Capellán del CHOP
Parroquia de A Estrada. El párroco, J. A.
Ortigueira, celebra la Eucaristía todos los días encomendando a sus
feligreses y a todos los afectados por la pandemia. El equipo de catequistas mantiene contacto con las familias cuyos niños se preparan en la parroquia. Les envían diversos materiales formativos y de oración. Cáritas
parroquial mantiene la atención primaria de entre 130 a 150 familias;
se prevé un final de confinamiento en el que aumentarán las personas sin
trabajo y, por tanto, la precariedad. Los voluntarios continúan
recogiendo las donaciones de productos perecederos para su pronta
entrega. Algunas empresas locales han donado pescado y
productos congelados. Varios particulares brindan sus excedentes de
producción doméstica para los más necesitados. Además de la elaboración
de lotes equilibrados y completos para los usuarios, un grupo de
benefactores se encarga de preparar platos calientes y repartirlos,
especialmente dirigidos a las personas cuyo contexto personal les
dificulta la realización de los mismos.
Comedor Social de las Hijas de la Caridad en Marín. Nacido de entre los Voluntarios de Caridad de San Vicente de Paúl, junto a las religiosas del colegio marinense, el
comedor social de la ilustre villa del Morrazo mantiene su servicio en
tiempo de coronavirus. Sus casi 35 años de funcionamiento le convierten
en un referente solidario para toda la comarca. 80 son los puestos con
que cuenta el comedor social de Marín, cuya gestión corre a cargo de las
Hijas de la Caridad. La Administración autonómica ayuda económicamente al sostenimiento de esta labor.
Durante todo el año, dos cocineras, un grupo de 12 voluntarias y las
religiosas, sacan el trabajo adelante. Alimentos, limpieza… pero también
la atención personal y cercana a los usuarios. Éstos, si lo desean,
pueden entrar a las 9:30h de la mañana para desayunar y asearse. De un
modo muy habitual, los estudiantes de la Escuela Naval Militar, junto a
su capellán, se acercan a colaborar.
Los menús son completos pudiendo, además, llevarse también la cena
para casa. Incluso, a quien desayuna en su domicilio, se le suministra
lo necesario para hacerlo. Según cuenta Sor Celsa, Hija de la Caridad
que coordina las tareas, “el comedor tiene sus horas punta; pero también
avisamos a los voluntarios cuando llega un envío del Banco de
Alimentos”, aclarando que los colaboradores de las religiosas hacen un
esfuerzo grande de disponibilidad porque los donativos se presentan en
el momento menos pensado.
Ante el riesgo por la pandemia, esta temporada los usuarios
no entran al comedor. Las cocineras preparan un bocadillo con fiambre y
otro con comida caliente, cocinada, además del resto del menú.
“Estos días han llevado las roscas de Pascua”, explica sor Celsa,
orgullosa ante ese detalle que contribuye a dignificar la vida de las
personas que acuden al almuerzo. “Fue el regalo de una entidad y da para
ponerles un buen trozo”. Estos días “especiales”, del reparto de las
comidas se encargan los voluntarios de Protección Civil y miembros de la
Policía. Unos 12-15 nuevos beneficiarios se han sumado a los
habituales, un signo de que las consecuencias de la crisis sanitaria, se
traducen también en crisis económica. Se calcula que aumentará el
número de usuarios. El Banco de Alimentos, la Cruz Roja y algún
supermercado traen mercancía en 2 ó 3 campañas anuales para
complementar los suministros. Algunas personas de Marín también
colaboran con su donativo. El trabajo de las Hijas de la Caridad en el
comedor social se sitúa en plena sintonía con el resto de entidades
benéficas locales (Cáritas, Asociación sor Elvira, etc.).
UPA Pontecaldelas. El párroco Benito Vázquez celebra
la Eucaristía a diario, aplicada por las familias de sus parroquias y
por los afectados por el coronavirus. La cercanía y la
comunicación con los diversos grupos parroquiales (especialmente,
Cáritas, catequistas y colaboradores de cada templo) se mantiene vía
telefónica y por whatsapp. Se anima a rezar en comunión con la diócesis y a seguirse formando a través de distintos materiales. La
atención a los enfermos: se cuida de que ninguna persona mayor quede
desatendida, incomunicada o sin servicio de recados. Se les sigue
llevando la Comunión a quienes así lo habían solicitado, empleando todos
los medios de protección adecuados: mascarilla y geles hidroalcohólicos. Al menos una docena de personas se han apuntado a este servicio en el total de parroquias de la Unidad Pastoral. Cáritas
ha continuado con la atención primaria de las 35 familias bajo su
cuidado. Se prevé un aumento de las dificultades económicas para muchas
familias de la zona una vez que termine el confinamiento.
Archicompostela
Foto: Miguel Castaño