
La pornografía se está cobrando numerosas víctimas, y muchas de ellas
menores de edad. Vidas destrozadas, familias rotas, y graves problemas
físicos y psicológicos está dejando tras de sí la que se está
considerando como la oscura epidemia del siglo XXI.
El doctor Kleponis, psicólogo y psicoterapeuta con más de veinte años de experiencia en este campo, y autor de Pornografía. Comprender y afrontar el problema (Libros
Libres), explica que “debido a que ver pornografía es algo tan común
entre la gente, muchos son adictos sin darse cuenta”.

Dale una Vuelta,
asociación conformada por profesionales para alertar de este problema y
ayudar a adictos a la pornografía, confirma la existencia de un aumento
considerable de esta adicción. Su fundador, Jorge Gutiérrez, habla en un extenso reportaje en la revista Mundo Cristiano del perfil de adicto que se están encontrando en las consultas.
El ejemplo de Enrique
Suelen ser personas entre 20 y 40 años que “sufren y no pueden salir de esa espiral.
Se dan cuenta tarde del problema que padecen desde hace años, problema
que les impide llevar una vida normal, saludable, y que gritan basta”.
Uno de estas personas que han sido ayudadas por Dale una Vuelta
ha sido Enrique (nombre ficticio), un joven que descubrió la
pornografía en su adolescencia y que posteriormente se casó. “Con toda
la tecnología a mi alcance, comencé a descubrir el mundo de la
pornografía como no lo había visto antes: multitud de páginas distintas
con muchísimos vídeos, cada cual más extraño, extremo y excitante. Ahí comenzó un proceso descendente en mi vida, desde los 23 hasta los 26 mi adicción fue una espiral cada vez más oscura.
Poco a poco, este mundo de la pornografía fue cambiando mi mente, mis
aspiraciones, mis impulsos, mi forma de ver la vida. Lo cambió todo”,
cuenta.

Un consumo que ya empieza a los 11 años
Según informes de Dale una Vuelta, la edad media para iniciarse en el consumo de pornografía online comienza a los 11 años,
aunque hay otros que lo adelantan a los 9. El 81% de menores entre 13 y
18 años afirman haber visto pornografía como conducta normal. Entre
adultos, el 96% de los hombres afirman haber sido expuestos o haber
consumido pornografía.
Jorge Gutiérrez incide en que los estudios “evidencian que un alto
porcentaje de personas adictas tienen una personalidad ansiosa,
impulsiva u obsesiva. La adicción actúa como regulador emocional,
y en estas personas, por su modo de ser, es una salida más fácil hacia
todo lo que suponga gratificación, huida, evasión o relajación”.
Por otro lado, científicos del Instituto Max Planck de Alemania publicaron en 2014 el informe Si ves mucho porno, tienes un sistema de recompensas más pequeño. En
él se estudiaba a 64 hombres de entre 21 y 45 años y los resultados
mostraron una relación entre el número de horas a la semana que estos
individuos pasaron viendo pornografía y el tamaño de la materia gris de
su cerebro.
¿Qué significa esto? Simone Kühn, uno de los autores, indica que “quiere
decir que los sujetos con alto consumo de pornografía requieren más y
más incentivos para lograr el mismo nivel de recompensa, reduciendo así las áreas cerebrales relacionadas con el aprendizaje”.
Vidas destrozadas y familias rotas
Pero los expertos también alertan de las consecuencias sociales de la
pornografía, especialmente en el ámbito familiar. Cuando la pornografía
entra en escena y afecta a una persona “se manifiesta
incomunicación, desconfianza, dudas, aislamiento y muchas veces unas
relaciones sexuales donde se ve que ‘algo no funciona’, que algo ha
cambiado. En bastantes casos el consumo de pornografía va
debilitando el matrimonio y es causa directa o indirecta de separación”.
De hecho, en Estados Unidos en el 56% de los divorcios la pornografía es ya una de las causas que se alegan para poner fin al matrimonio.
De este modo, Gutiérrez indica que para ayudar a las personas con
adicción a la pornografía aconseja “la paciencia, la necesidad de
perdonarse y de mirar al futuro con un proyecto de vida ilusionante. La recuperación es un proceso, y por tanto se requiere, como en cualquier adicción, un buen acompañamiento y una decisión firme de preferir otro estilo de vida”.
***
En España varias asociaciones están colaborando para concienciar a
la sociedad y a los políticos de todos los partidos de la necesidad de
poner límites a la pornografía, especialmente E-Cristians, el Foro de la
Familia y Cristianos en Democracia; todas las personas que quieran
colaborar en este esfuerzo pueden contactar con ellas.
Para contactar con E-Cristians (sede central en Barcelona)
C/ Casanova nº175, bajos, 08036; Barcelona
Teléfono: +34 932 060 883; aquí contacto web
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Para contactar con el Foro de la Familia (sede central en Madrid)
C/ Marqués de Ahumada 14, 1º. 28028. Madrid
Teléfono: +34 915 105 140; aquí contacto web
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Para contactar con Cristianos en Democracia (sede central en Sevilla)
Av. San Francisco Javier; 41018 Sevilla
Teléfono: 675 51 64 59; aquí contacto web
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