
"Jesús enseñaba como quien que tiene autoridad", se lee en el
evangelio de Marcos (Mc 1, 21b-28), que este martes relata la enseñanza
de Jesús en el templo y la reacción de la gente a su manera de actuar
con "autoridad", a diferencia de los escribas. Es a partir de esta
comparación que el Papa se inspira para para explicar la diferencia que
existe entre "tener autoridad", "autoridad interior" como el mismo Jesús,
y "ejercer la autoridad sin tenerla, como los escribas", que aun siendo
especialistas en la enseñanza de la ley y escuchados por el pueblo, no
se les creía.
El estilo de Jesús es distinguido
¿Cuál es la autoridad que tiene Jesús? Es ese estilo del Señor, esa
'señorío' -digámoslo así- con el que el Señor se movía, enseñaba,
sanaba, escuchaba. Este estilo señorial - que es algo que viene de
dentro - nos hace ver... ¿Qué hace ver? Coherencia. Jesús tenía
autoridad porque era coherente entre lo que enseñaba y lo que hacía, [es
decir] cómo vivía. Esa coherencia es la que da la expresión de una
persona que tiene autoridad: "Este tiene autoridad, esta tiene
autoridad, porque es coherente", es decir, da testimonio. La autoridad
se ve en esto: coherencia y testimonio.
La "esquizofrenia pastoral": predicar una cosa, y hacer otra
Por el contrario, los escribas no eran coherentes y Jesús -señala
el Papa- por un lado exhorta al pueblo a "hacer lo que dicen pero no lo
que hacen", por otro lado no deja pasar la ocasión de reprocharle,
porque "con esta actitud -señala Francisco- han caído en la
esquizofrenia pastoral: dicen una cosa y hacen otra". Y sucede en varios
episodios del Evangelio que el Papa menciona: a veces Jesús reacciona
-dice Francisco- acorralándolos, a veces no dándoles ninguna respuesta y
otras veces, "calificándolos".
"Y la palabra que Jesús usa para calificar esta incoherencia, esta esquizofrenia, es "hipocresía". ¡Es un rosario de calificaciones!
Tomemos el capítulo veintitrés de San Mateo; muchas veces dice:
"hipócritas por esto, hipócritas por esto, hipócritas...". Jesús los
califica "hipócritas". La hipocresía es el modo de actuar de quienes
tienen responsabilidad sobre las personas -en este caso responsabilidad
pastoral- pero no son coherentes, no son señores, no tienen autoridad. Y
el pueblo de Dios es manso y tolerante; tolera a tantos pastores
hipócritas, a tantos pastores esquizofrénicos que dicen y no hacen, sin
coherencia.
Una cosa es perder la autoridad... pero la gracia de la unción va aparte.
Francisco añadió que el pueblo de Dios tolera mucho y sabe distinguir
la fuerza de la gracia. Y el Papa lo explica refiriéndose a la primera
lectura de la liturgia de hoy, en la que el anciano Elí "había
perdido toda autoridad, sólo le quedaba la gracia de la unción y con esa
gracia -explica el Papa- "bendice y realiza el milagro" a Ana que,
angustiada por el dolor, está rezando para ser madre. De ahí la
consideración del Papa hacia el pueblo de Dios, los cristianos y los
pastores:
El pueblo de Dios distingue bien entre la autoridad de una persona y la gracia de la unción. “¿Pero tú vas a confesarte con aquél, que es esto, y esto y esto?" - "Para mí ese es Dios. Punto. Ese es Jesús".
Y esta es la sabiduría de nuestro pueblo que tolera tantas veces,
tantos pastores incoherentes, pastores como escribas, y hasta cristianos
- que van a misa todos los domingos y luego viven como paganos. Y la
gente dice: "Esto es un escándalo, una incoherencia". ¡Qué mal hacen los
cristianos incoherentes que no dan testimonio y los pastores
incoherentes, esquizofrénicos que no dan testimonio!
La ocasión que ofrece esta reflexión es, por tanto, la oración que el
Papa eleva al Señor, al final de la homilía, para que todos los
bautizados tengan "autoridad", "que no consiste en mandar y hacerse oír, sino en ser coherente, en ser testigo y, por ello, ser compañeros de camino del Señor".
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