El arzobispo compostelano recuerda el mensaje europeísta de San Juan
Pablo II en Compostela en la inauguración de la Asamblea Plenaria del
Consejo de Conferencias Episcopales de Europa.
El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, participó este
jueves en el acto inaugural de la Asamblea Plenaria del Consejo de
Conferencias Episcopales de Europa que se celebra en Compostela. El
prelado compostelano recordó en su bienvenida a los participantes que
“hace treinta y siete años el papa San Juan Pablo II nos dejaba en la
Catedral Compostelana un mensaje profético sobre Europa, que sigue
teniendo toda su actualidad. En la “nueva Europa del espíritu” es
necesario avivar las raíces cristianas y recordar el Evangelio a quienes
lo han olvidado y transmitirlo a quienes ya no lo conocen. La
colegialidad y la sinodalidad nos ayudan en esta tarea”. Tras ofrecer
“nuestra hospitalidad” a los presidentes de las Conferencias Episcopales
de Europa, monseñor Barrio indicó que “Europa, a mi parecer, no ha
malgastado su herencia espiritual pero tal vez la tiene olvidada.
Sabemos que el sentir religioso no desaparecerá jamás porque no se puede
eliminar del corazón del hombre el significado de la propia vida,
preguntándose sobre el misterio. Esto se traduce en una actitud
religiosa con un vínculo entre religión y pueblo, lo que hoy está
fallando en Europa”.
El acto inaugural de este encuentro tuvo lugar en el Hostal de los
Reyes Católicos y contó con la presencia de S.Em. Card. Ricardo Blázquez
Pérez, Presidente de la Conferencia Episcopal Española, de S.Em. Card.
Marc Ouellet, Prefetto de la Congregación para los Obispos, de Mons.
Michael F. Crotty, Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica en
España, así como de Román Rodríguez González, Conselleiro de Cultura y
Turismo de la Xunta de Galicia y de Xosé Antonio Sánchez Bugallo,
Alcalde de Santiago.
En su intervención de apertura del encuentro, monseñor Barrio dijo
que “ciertamente, no se trata de crear una Europa paralela a la
existente, sino de mostrar a esta Europa que su alma y su identidad
están profundamente enraizadas en el cristianismo, para poder así
ofrecerle la clave de interpretación de su propia vocación en el mundo”.
Y explicó que “mirando al Año Santo Compostelano 2021, la peregrinación
jacobea descubre que el cristianismo por ser apertura a lo universal,
ha configurado una Europa abierta y capaz por ello de integrar nuevos
elementos”.
El arzobispo compostelano señaló, además, que “el peregrino jacobeo,
“viajero de lo sagrado y transmisor de saberes”, sigue contribuyendo a
la reconstrucción de la Europa que tiene sus raíces en la tradición
cristiana. El Camino de Santiago es la inteligencia espiritual para
darle sentido”.