El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, presidió hoy una
Eucaristía en la compostelana Iglesia de San Fernando, con motivo de la
visita de las reliquias de Santa Bernadette. D. Julián agradeció la
presencia de todos los asistentes, en especial a los procedentes del
Cottolengo y a las Hermanitas de los Pobres. En su homilía dijo que la
visita de las reliquias había que vivirla en espíritu de gozo y
esperanza. Monseñor Barrio explicó que la santidad no es sino acoger la
voluntad de Dios sobre nuestras vidas.
Dijo también que «»las reliquias de los santos son signos pobres y
frágiles de lo que fueron sus cuerpos, con los que pensaron, actuaron,
rezaron, sufrieron y experimentaron la muerte. De estos signos se sirve
Dios para manifestar su presencia y hacer brillar su poder y su gloria,
ya que Él es quien actúa por medio de ellos».
El
arzobispo destacó algunos rasgos de la vida de santa Bernadette, como
la pobreza, la humildad y la sencillez y recordó que «antes de las
apariciones, su vida estuvo marcada por no pocas penalidades, dentro de
una familia pobre, a la que le tocó peregrinar de un lado a otro por
motivos laborales, y afrontar desdichas al no contar con la formación
adecuada».
Dijo D. Julián que Bernadette fue un ejemplo de entrega en el
seguimiento de la cruz, así como de amor a la Santísima Virgen, con el
rezo del Rosario. «Pobreza, oración y penitencia, caridad y Dios son las
palabras que conforman su mensaje. Eran las líneas fundamentales que
animaban su vida», aseguró.
Antes de la Eucaristía hubo exposición del Santísimo, rezo del
Rosario y una charla a cargo de Javier Ozores, miembro de la
Hospitalidad de Lourdes, quien habló de «A María por Bernadette».
Archicompostela