En su primer acto oficial en Mozambique, en un viaje que también le llevará a Madagascar e Islas Mauricio, el Papa Francisco habló a las autoridades y al cuerpo diplomático sobre la paz y la reconciliación, precisamente en un país que ha conocido el dolor de la guerra y la violencia entre los propios mozambiqueños durante las últimas décadas.
El Pontífice pidió “no dejar que la lucha fratricida sea la manera de escribir la historia, sino la capacidad de reconocerse como hermanos, hijos de una misma tierra, gestores de un destino común. ¡La valentía de la paz! Una valentía de gran altura, no la de la fuerza bruta y la violencia, sino la que se gesta en la incansable búsqueda del bien común”.

Un trabajo "constante y sin tregua"
De este modo, Francisco quiso recalcar ante los que rigen el destino de este país que “la búsqueda de una paz duradera, una misión que compromete a todos, pide un trabajo arduo, constante y sin tregua, que, como una flor frágil, trata de florecer entre las piedras de la violencia”.
“No podemos perder de vista que, sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión”, dijo el Papa.
Sobre este mismo asunto citó igualmente Evangelii Gaudium afirmando que “cuando la sociedad abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad”.
El papel de los jóvenes
En este proceso de desarrollo de Mozambique los jóvenes deben tener un lugar principal. En su opinión, “ellos no son solamente la esperanza de esta tierra, son el presente que interpela, busca y necesita encontrar canales dignos que les permitan desarrollar todos sus talentos; ellos son potencial para sembrar y desarrollar la tan deseada amistad social”.
Por otro lado, hizo un llamamiento a las autoridades para “mantener viva la memoria como camino que abre futuro; como caminar que lleve a buscar metas comunes, valores compartidos, ideas que favorezcan levantar la mirada sobre intereses sectoriales, corporativos, o partidarios de manera tal que las riquezas de su nación sean puestas al servicio de todos, especialmente de los más pobres”.
"Las armas de la paz"
Y además les ha instado a cumplir su misión: “¡Que no cesen los esfuerzos hasta que deje de haber niños y adolescentes sin educación, familias sin techo, operarios sin trabajo, campesinos sin tierra; bases de un futuro de esperanza porque es futuro de dignidad! Estas son las armas de la paz”.
En su discurso no faltó la referencia del Papa al cuidado de la tierra y señaló que “Mozambique es una nación bendecida, que estáis invitados especialmente a cuidar. La defensa de la tierra, es también la defensa de la vida que reclama una especial atención cuando se constata una tendencia a la expoliación y al despojo guiados por un afán acumulativo que, en general, ni siquiera es de personas que habitan estas tierras, y no está motivado por el bien común de vuestro pueblo. Una cultura de paz implica un desarrollo productivo, sustentable e inclusivo”.
Puede leer aquí el discurso íntegro del Papa Francisco.
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