“En la Virgen María vemos de hecho el corazón de una mujer que late como el de Dios, un corazón que late por todos, sin distinción. Ella es verdaderamente el rostro humano de la infinita bondad de Dios”, explica el P. Pozza, quien en su último libro analiza porque es tan fundamental en el gobierno de los papas la Virgen María. Ella es quien defiende a la Iglesia de las asechanzas del demonio y quien ha traído a Cristo para la salvación de los hombres, explica la web Portaluz.

El capellán de la cárcel de Padua (Italia), Marco Pozza, quien es también teólogo y periodista, comenzó a ser mundialmente conocido cuando en 2017 entrevistó al Papa, en nueve episodios del programa “Padre Nuestro“, emitido por TV2000, el canal de televisión de la Conferencia Episcopal italiana.

Con intervenciones directas de las que se hizo eco la prensa internacional, en uno de los capítulos el Papa reiteró a dar enseñanzas -habituales en su Magisterio, homilías y otras alocuciones- sobre el “Padre de la mentira”, destacando: “Con Satanás no se puede dialogar, porque si comienzas a dialogar con Satanás estás perdido. Es más inteligente que nosotros” (ver extracto en el siguiente video...).

Portada del libro del P. Pozza sobre la importancia de la Virgen María en el pontificado del Papa Francisco
Ahora es el cura Pozza quien -entrevistado por revista Crux sobre su nuevo libro, “Ave María: El Misterio de la oración más amada”, que contiene reflexiones del Papa Francisco-, ha descrito la devoción papal a María, no sólo la de Francisco, sino la de todos los papas, como un reflejo de la creencia de que ella es la figura de la tradición cristiana más temida por el diablo.

En sus comentarios a Crux, Pozza destaca que la Virgen María es “el seguro más confiable contra las malas acciones del diablo”. “Desde el momento en que el bien existió, el mal también existió: ocultar su presencia es un poco como caer en sus brazos”, dijo, añadiendo que para combatir el mal, “nuestra voluntad no es suficiente”. Necesitamos ayuda que se oponga”. Esta ayuda, puntualizó, viene de María, “la mayor ayuda que Dios ha dado al hombre para vencer el mal”.

Destacando cómo los papas suelen tener una fuerte devoción a María, Pozza dijo que, dada la constante conciencia de cada papa de que su tiempo en el Trono de Pedro podría ser el momento en que el mal es definitivamente vencido con la segunda venida de Cristo, se dirigen a María en busca de protección y guía.

En lo que se refiere al Papa actual, Pozza dijo que cree que Francisco tiene el mismo enfoque. A pesar de su larga devoción a María, que se remonta a su tiempo en Buenos Aires, Pozza dijo que como Papa ha intensificado este vínculo, y “se confía a sí mismo y a su misión a la protección de María”.

Pozza habló antes de la publicación, el 5 de marzo, de su nuevo libro, Ave María: El Misterio de la oración más amada, que contiene una conversación entre él y el Papa Francisco sobre las diversas líneas de la tradicional oración del Ave María, y una breve reflexión del propio Pozza.

En el libro, cuando Pozza le preguntó por qué el diablo odia tanto a María, Francisco dijo que es porque “María llevó al Salvador en su vientre”. “Ella trajo la regeneración al mundo. Ella trajo a Dios entre los hombres. Ella fue la que subió las escaleras para que Dios pudiera venir a nosotros”, explicó recordando una imagen del sacerdote y artista católico P. Marko Ivan Rupnik en la que Jesús desciende a la tierra sobre las manos de María, que representan las escaleras. En una mano Jesús tiene el rollo de la ley, y con la otra agarra el manto de María.

Mosaico del P. Rupnik, en el que la Virgen María trae a Jesús a la tierra para la salvación de los hombres
Es una “imagen muy evocadora de ese abajamiento de Dios”, dijo Francisco, añadiendo que “por eso, Satanás odia tanto a la Virgen: porque ella fue el instrumento del abajamiento de Dios”.

En una introducción al nuevo libro sobre el Ave María, Francisco llama a María la “obra maestra” de Dios, y una madre “que presta total atención, cuidado, cercanía a cada hijo, a cada hija”. “En ella vemos de hecho el corazón de una mujer que late como el de Dios, un corazón que late por todos, sin distinción. Ella es verdaderamente el rostro humano de la infinita bondad de Dios”, destacó.
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