El Papa Francisco celebró este lunes la Eucaristía en la Casa
Santa Marta y durante su homilía pidió preguntarse dónde está el hermano
que sufre, e insistió igualmente en responder con sinceridad.
Recordó el pasaje del Génesis y la pregunta de Dios a Caín: “¿dónde está tu hermano?”.
Igualmente citando el Evangelio de Mateo habló de los enfermos, los
hambrientos, los encarcelados pero también de las “preguntas incómodas”
que Jesús realizó, como la que hizo a Pedro: “¿me amas?”.
Ante estas preguntas, en muchas ocasiones los cristianos “respondemos un poco con principios generales que no dicen nada, pero dicen todo, todo lo que está en el corazón”.
"¿Dónde está tu hermano?"
Según recoge Aciprensa, el Papa aseguró que Dios hace esta pregunta:
"’¿Dónde está tu hermano?’. ‘No lo sé’ – ‘¡Pero tu hermano tiene
hambre!’. ‘Sí, sí, seguramente está almorzando en la parroquia de
Caritas, sí, seguramente lo alimentarán’, y con esta respuesta
‘compromiso’ salva la piel. ‘No, el otro, el enfermo...’. ‘¡Claro que
está en el hospital!’. ‘¡Pero no hay lugar en el hospital!’. ‘¿Y tiene
algún medicamento?’. ‘Pero es lo suyo, no puedo entrometerme en la vida
de los demás... él tendrá parientes que le darán medicamentos’, y me
lavo las manos”.
Por ello, el Papa insistió en que “el Señor me pregunta, ‘¿dónde está
tu hermano?’. Y pon el nombre de los hermanos a quienes el Señor nombra
en el capítulo 25 de Mateo: los enfermos, los hambrientos, los
sedientos, los que no tienen ropa, ese hermano pequeño, ese niño pequeño
que no puede ir a la escuela, al drogadicto, al prisionero... ¿dónde está? ¿Dónde está tu hermano en tu corazón? ¿Hay espacio para estas personas en nuestros corazones? O hablamos, sí, de la gente, descargamos un poco la conciencia dando una limosna”.
“Estamos acostumbrados a dar respuestas de compromiso"
Ante esto, el Santo Padre denunció a quienes consideran demasiado
importantes “estas cosas sociales de la Iglesia” y aseguró que “estamos acostumbrados a dar respuestas de compromiso, respuestas para escapar del problema, para no ver el problema, para no tocar el problema”.
Al finalizar, el Papa recordó la otra pregunta que el Señor le hizo a
Adán: “¿dónde estás?”. En este caso –agregó- “Adán se escondió de la
vergüenza, del miedo. Tal vez sentimos esta vergüenza. ¿Dónde está tu hermano, dónde estás tú? ¿En qué mundo vives, para no notar estas cosas, estos sufrimientos, estos dolores?”.
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