Panamá se volcó con la JMJ. Este es un de los aspectos que destaca el Delegado de Pastoral Juvenil de la archidiócesis compostelana, Javier García, a su regreso del país centroamericano. El sacerdote valoró muy positivamente la experiencia vivida por la pequeña delegación que asistió a la Jornada Mundial de la Juventud. Recién llegados a Santiago, repasaba los encuentros, eucaristías y palabras del papa a los jóvenes.


Pregunta.- ¿Qué destacarías de los mensajes del papa a los jóvenes durante sus intervenciones en esta JMJ?
Respuesta.- Tuvo varios mensajes muy directos para los jóvenes. Insistió mucho, por ejemplo, en que pusieran nerviosos a los adultos. Le pidió con insistencia a los jóvenes que tuviesen iniciativa, creatividad, que no se dejaran ahogar por las estructuras de los adultos. Que fueran verdaderos protagonistas en la Iglesia. Y a nivel más amplio también les pidió que tuviesen protagonismo a nivel social, público, que tuviesen una palabra y una influencia. Ahí les puso la imagen de María como la gran influencer de Dios.

Pregunta.- ¿Tuviste la impresión de que ya enlazaba con Fátima 2021?
Respuesta.- Sí, aunque hay que tener en cuenta que ya en sí la jornada era mariana. De hecho el lema de la JMJ era “He aquí la esclava del Señor”. Ya el tema de las dos JMJ anteriores fue también mariano.

Pregunta. ¿Cómo fue vuestra experiencia como delegación diocesana de Juventud?
Respuesta. Fue muy positiva. El viaje tuvo tres partes. La primera se centró en Costa Rica. Ahí conocimos la realidad de Centroamérica y de su Iglesia. Estuvimos en tres ciudades. En San José (la capital) y Cartago (la antigua capital del país), hicimos mucha visita cultural y tuvimos mucho contacto con varias delegaciones de pastoral juvenil, celebramos en la catedral con el obispo del lugar… En Jacó, en la costa del Pacífico, tuvimos más convivencia entre los españoles que fuimos a la JMJ y conocimos la realidad rural. Estuvimos en una cooperativa de pescadores y pudimos conocer la vivacidad de la Iglesia en este lugar. Allí hay muy poco clero y el laicado tiene un protagonismo enorme. También en Panamá. Hay un verdadero empoderamiento del laicado. Y los sacerdotes dan juego.

La segunda parte fue en la diócesis de David, ya en Panamá. Es una diócesis pequeña dirigida por el cardenal José Luis Lacunza, un agustino recoleto navarro. Es una diócesis rural y pequeña. Allí estuvimos acogidos en dos pequeños pueblos. Estuvimos acogidos en familias y celebramos misas muy festivas. Allí cantan hasta el gloria en días no festivos. Eran liturgias muy vivas. Estuvimos en una hacienda recolectando fruta y plantando árboles… El sábado (19 de enero) todos los que estábamos en la diócesis de David tuvimos un encuentro con el cardenal Lacunza en el estadio de béisbol. Allí celebramos el Festival de la Juventud.

En Panamá, todos los españoles que viajamos con la Conferencia Episcopal estuvimos acogidos en la parroquia de San Francisco de la Caleta. También nos acogieron en familias, que se volcaron en atenciones. Una dominante fue cómo se volcó la gente con nosotros. Estaban agradecidísimos de que estuviésemos allí y lo demostraban además continuamente. También las fuerzas del orden. Fue algo fuera de lo común. Se volcó todo el país. En todas partes había carteles dándole la bienvenida al papa y a los peregrinos.

Pregunta.- Hasta el Presidente de la república tuvo gestos de cercanía inusuales para nosotros.
Respuesta.- Sí. Llegó a la iglesia un grupo de peregrinos centroeuropeos que tenían que ir a la parroquia de san Francisco, pero de la zona vieja de la ciudad, cuando tenían que ir a san Francisco de la Caleta, en la zona residencial. El presidente panameño estaba allí. Él mismo les dijo que estaban muy lejos, que ya no llegaban a tiempo. Así que los invitó a cenar y luego se ocupó de que llegasen a la Caleta, donde los esperaban.

El presidente, Juan Carlos Varela, tuvo otro detalle de cercanía con un grupo de españoles. Estaban de visita por la zona vieja y al pasar por delante de la casa presidencial comenzaron a cantarle al presidente. Salió a la ventana y luego bajó a saludarlos. Y les comentó que era nieto de gallegos, originarios de Betanzos. Cantó con ellos, se hizo fotos y videos…

Pregunta.- ¿Qué frutos podemos esperar de esta JMJ?
Respuesta.- Creo que varios. A nivel europeo la participación fue pequeña por las fechas, pero a nivel de Iglesia americana fue algo muy potente. Panamá es un país pequeño, de cuatro millones de habitantes. Y fue capaz de organizar un encuentro de este tipo. Es, de algún modo, periferia y con pocas infraestructuras. Los españoles nos traemos la imagen de una Iglesia viva, joven, donde los laicos tienen mucho protagonismo. Funcionan de un modo totalmente distinto al nuestro. Los días que estuvimos en David, por ejemplo, el párroco no estaba porque es paúl y era el responsable de acoger a peregrinos. Pero su ausencia no se notó. La parroquia funcionó perfectamente.

La Iglesia panameña tiene pocos presbíteros. A los sacerdotes los miman, pero no es una Iglesia clerical, en la que el sacerdote lo hace todo. Los laicos se encargan de la liturgia, de la acogida, dan la comunión, van por las casas…

Pregunta. ¿Y para Lisboa?
Respuesta. Hay que empezar a prepararse ya. Creo que en Lisboa habrá invasión de españoles.
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