Este próximo sábado la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida
Consagrada. En esta ocasión el lema es: “Padre nuestro. La vida
consagrada, presencia del amor de Dios”, y coincide siempre con la
fiesta litúrgica de la presentación del Señor en el Templo (Lc 2, 22).
En este día los obispos españoles nos recuerdan a todos los
bautizados que “la vida consagrada es presencia del amor de Dios. Cada
consagrado, con su vida y testimonio, nos anuncia que Dios Padre, es un
Dios que ama con entrañas. Su Hijo Jesús nos enseñó una oración, el
padrenuestro, que expresa la relación que Dios tiene con cada uno de
nosotros, sus hijos y sus consagrados”.
La jornada se celebra por iniciativa del papa san Juan Pablo II. La
primera se celebró en 1997. En su mensaje, el papa establecía una triple
finalidad: responder a la íntima necesidad de alabar más solemnemente
al Señor, promover en todo el Pueblo de Dios el conocimiento y la estima
de la vida consagrada e invitar a las personas consagradas a celebrar
juntas, y solemnemente las maravillas que el Señor ha realizado en
ellas.
Archicompostela