El próximo 20 de enero se celebrará en París la 13ª Marcha por la Vida,
que cada año congrega a decenas de miles de personas y en la que
tradicionalmente suelen participar también algunos obispos del país.
El Papa Francisco ha querido también participar desde la
distancia con un mensaje dirigido a los organizadores a través del
Nuncio en Francia. En la misiva recordaba las palabras que pronunció en
la audiencia general del pasado 10 de octubre cuando dijo que “todo el mal hecho en el mundo puede resumirse en el desprecio por la vida”.
Defender la dignidad humana y la vida
Además, el Santo padre anima a todos los participantes en la marcha provida a dar testimonio de los valores inalienables de la dignidad humana y de la vida.
En esta ocasión, la Marcha por la vida se centra en el respeto a la objeción de conciencia de los profesionales médicos, especialmente amenazados por las nuevas normativas abortistas.
Los convocantes recuerdan que en Francia se producen cada año 220.000 abortos
mientras no existe ni la voluntad política ni la conciencia colectiva
para reducir esta brutal cifra de niños asesinados en el seno de sus
madres.
En esta edición, la Marcha por la Vida quiere poner en valor y
defender la libertad de conciencia y la objeción ante las amenazas y
transgresiones anuncias en la revisión de la ley de bioética de la
procreación medicamente asistida, la liberalización total de la
investigación de embriones, la mercantilización de la mujer, etc.
Defensa de la libertad y objeción de conciencia
Por ello, en esta marcaha se llama a “toda la sociedad civil,
médicos, investigadores, biólogos, mujeres embarazadas a hacer valer su
derecho a la objeción de conciencia. En su opinión, “la medicina y la ciencia sin conciencia son sólo la ruina del hombre”.
La marcha de parís se celebrará en domingo 20 de enero a las 13.30 horas en la Porte Dauphine.
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