
Por ello, ha asegurado que asistir a la clase de Religión es “cosa de héroes”
si se imparte a primera hora o última de la tarde del viernes y si
además deja de computar para la nota media, tal y como plantea el
anteproyecto de reforma de la Ley Educativa, que ya se conoce como 'Ley
Celaá'.
“Si la clase de Religión no tiene otra clase de respaldo, si además
se pone a las 8:00 horas o a las 14:00 horas de un viernes, cuando los
chavales están deseando marcharse, y si además no tiene repercusión en
el expediente académico, aunque sea evaluable, pues ciertamente apuntarse a clase de Religión es una cosa de héroes”, ha indicado Argüello este jueves.
En este sentido, y en relación a la reunión que mantuvo el pasado 3
de diciembre con la ministra de Educación, Isabel Celaá, el portavoz de
los obispos ha defendido que la clase de Religión siga siendo
“computable” para la nota media. “Nosotros defendemos, porque lo dicen Acuerdos Iglesia-Estado, que Religión sea equiparable a las asignaturas troncales. En ese sentido, si la asignatura deja de ser computable a estos efectos, no nos parecería adecuado”, ha explicado.
Celaá aseguró tras la reunión que la Iglesia “entiende” que la materia deje de ser computable. Si bien, Argüello ha puntualizado que donde hubo acuerdo con la ministra fue en que la asignatura continúe siendo “evaluable” pero no en el asunto de la computabilidad. “Es ahí donde no estábamos de acuerdo”, ha apostillado.
Asimismo, ha señalado que durante la reunión hablaron de la posibilidad de “una distribución de horarios diferente”,
de forma que todo el contenido de la asignatura de Religión pueda
impartirse en uno solo de los dos cursos de Bachillerato. “Nosotros
decíamos, por ejemplo, que si tenemos clase de Religión en 1º y 2º de
Bachillerato, pudiéramos aceptar tenerla en un solo curso, pero en vez
de tener en un curso solo el horario de primero, sumar el de primero y
segundo. Pudiera ser que no hubiera Religión en todos los cursos pero
cuando la haya, que se mantenga la carga lectiva”, ha sugerido.
Comunicar los abusos
Por otro lado, Argüello ha subrayado la “prioridad” de que los
sacerdotes comuniquen a las autoridades públicas los casos de abusos de
los que tengan conocimiento por otra vía distinta a la confesión,
frente al “silencio cómplice” que se ha podido dar en casos del pasado
porque, tal y como ha reconocido, el ambiente “análogo al familiar” que
se da entre los miembros de la Iglesia “pudiera hacer en algunos
momentos dudar”.
“Es verdad que muchas veces el cocimiento que pueda darse puede
producirse en un ámbito análogo al familiar, en la medida en que dentro
de la Iglesia hay estas relaciones de tipo cercano, fraterno y eso
pudiera hacer en algunos momentos dudar, pero creo que en este momento
en que la sensibilidad de todos es tan grande, y por la gravedad que
suponen estos casos, esta diligencia en la comunicación de los hechos es prioritaria”, ha subrayado.
Así, ha asegurado el “deseo” de los obispos de “poner de manifiesto”
casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia que hubieran estado
“ocultos en el pasado”. Si bien, ha pedido “respeto a las víctimas” si
quieren “olvidarse de lo que ocurrió”. “Es verdad que van a querer normalmente cuanto menos ser escuchadas,
que su situación sea conocida y vivir un proceso restaurativo pero
también puede que otras personas quieran olvidarse del todo lo que
ocurrió y no quieran volver a poner su asunto en la palestra”, ha
indicado.
En cualquier caso, ha mostrado la disposición de los obispos a asumir cualquier protocolo que implique la “revisión” de los casos de abusos
por parte del clero en el pasado si así lo dispone el Papa tras la
reunión del próximo mes de febrero con los presidentes de las
Conferencias Episcopales sobre este asunto.
Mientras tanto, los obispos españoles ya están trabajando en la actualización de sus protocolos y ha explicado que su “mayor interés” es implementar “medidas preventivas formativas” y generar "una educación de la afectividad y la sexualidad”,
según la visión de la Iglesia, “para que sea posible la erradicación de
estos abusos como otros tipos de abusos o violencias” que, a su juicio,
tienen que ver “con la mala gestión, usando una expresión coloquial, de
los impulsos afectivo sexuales”.
Por otra parte, sobre sus declaraciones sobre los sacerdotes “varones
heterosexuales”, Argüello ha indicado que las posteriores palabras del
Papa Francisco en un libro entrevista vienen a “corroborar” la normativa
de la Santa Sede en este sentido; y ha precisado que no bastaría con el
celibato si el candidato es homosexual, porque el sacerdote debe “poder
expresar plenamente la dimensión esponsal del ministerio --Jesucristo
como esposo de la Iglesia—“y por “el significado antropológico de la diferencia sexual”.
Caída de nacimientos
En cuanto al descenso del número de nacimientos en España --179.794
en la primera mitad de 2018, la cifra más baja para un primer semestre
desde 1941--, Argüello ha manifestado su “preocupación” y ha achacado
esta caída a “las condiciones económicas y laborales, al ritmo de
vida, a la exigencia para hombres y mujeres de trabajar para sufragar
los gastos y al individualismo”. Tener un hijo, ha indicado, puede verse “como un peso, una carga, una pérdida de independencia”.
Por otro lado, Argüello ha deslizado que los obispos no van a
salir a la calle para manifestarse contra leyes como la de eutanasia o
sobre la transexualidad sino que invitan a los católicos a “discernir
los medios” para “defender aspectos valiosos” que se ven puestos “en
juego” con este tipo de legislaciones que, a su parecer, se plantean
ante “situaciones de sufrimiento” pero que terminan “generando otro
sufrimiento”.
“Una cosa es que se puedan reasignar determinados aspectos de la
sexualidad y otra, que se pueda cambiar enteramente una persona, donde
cada célula de su cuerpo y los cromosomas tienen una dimensión”, ha
precisado, con respecto a las personas transexuales a las que, en todo
caso, ha invitado a “acoger”.
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