
Se trataba de un evento especial organizado y promovido por la
Secretaria General del Sínodo de los Obispos y la Congregación para la
Educación Católica, bajo el lema “Únicos, solidarios y creativos”. Participaron cientos de chicos y chicas de diversos continentes en el Aula Pablo VI del Vaticano, con cantos y danzas y espectáculos, que se alternaban con el testimonio en primera persona de jóvenes que habían superado problemas de drogas, criminalidad y la vida dura del inmigrante pobre.

Un jiven explicó que dejó las drogas con la ayuda de Dios, otro que
huyó de la guerra yendo a Francia a estudiar, y otro que contó cómo dejó
la adicción a la pornografía con la ayuda del Señor y ahora vive
felizmente casado. El joven italiano confesó que conoció la pornografía
cuando tenía 10 años y era huérfano. Al respecto aseguró que “el porno te destruye dentro, profundamente. Te cuesta la vida, pero pude salir de esto y estoy aquí para testimoniarlo.
Buscaba un padre y lo encontré en Jesús”. Una chica española llamada
Ana explicó como se encontró con un enfermo de cáncer de huesos y a
quien pudo alentar en un hospital diciéndole “Dios no te ha abandonado,
está a tu lado".
El don precioso de la juventud
El Papa Francisco agradeció de manera espontánea que los jóvenes
compartieran sus testimonios. Los chicos también hacían preguntas de fe y
vivenciales, pero el Papa respondió: "las respuestas se las darán los padres sinodales", ya que "si yo respondiera anularía el Sínodo".
Las respuestas, dijo, "deben venir de parte de todos, de nuestra
reflexión, de nuestra discusión, y sobre todo deben ser respuestas
hechas sin miedo".
“Me impresionan sus historias personales – señaló el Pontífice -
llenas de pasión y de dolor, animadas por los deseos, estimuladas por
las aspiraciones, marcadas por las caídas, pero también por el deseo de levantarse, para afrontar de manera positiva los desafíos de la vida y correr a los destinos más bellos”.

Otra vida es posible
Justamente, afirmó el Vicario de Cristo, ustedes piden a la Iglesia
que conozca mejor el mundo de los jóvenes, para poder interpretar mejor
sus necesidades y promover iniciativas eficaces en su favor. Los Padres
Sinodales partirán ciertamente de vuestras aportaciones, que durante la
fase de preparación del Sínodo y también hoy han dado con claridad y
puntualidad. “Han descrito bien, y experimentado en vuestra piel –
puntualizó el Pontífice – las ilusiones del hombre contemporáneo, que
cree que puede dominar el mundo y a veces no se da cuenta de que a su
vez está dominado por ídolos – dinero, poder, placer.... – y por
esto siembra injusticias y corrupción. Pero lo más conmovedor de sus
historias es el descubrimiento de que otra vida es posible: Jesús no nos
deja solos en nuestra aventura, especialmente en los momentos que nos
ponen a prueba”.
Jóvenes, presente del mundo y de la Iglesia
Estoy seguro de que, a través de vosotros, agregó el Papa Francisco,
la Iglesia se encuentra con el mundo de hoy. No sólo son el futuro de la
Iglesia, sino también su presente. Y no queremos posponer su
participación al futuro, pidiéndoles que esperen su turno.
“La Iglesia en salida – precisó el Papa – necesita un dinamismo misionero que sobre todo los jóvenes puedan aportar.
Necesita personas que, animadas por la fe, sepan comprometer su vida en
la evangelización en un mundo marcado por las transformaciones
sociales, culturales, tecnológicas, en un mundo que se ha vuelto más
pequeño a causa de la globalización, y más interconectado por el
desarrollo de la comunicación”.

Protagonistas del cambio
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco señaló que, con sus
preguntas los jóvenes expresan su deseo de ser protagonistas del cambio y
de participar plenamente en la misión de la Iglesia. “Y la primera
manera de ser protagonistas y de participar es precisamente ésta –
agregó el Pontífice – hacer preguntas, porque provienen de esa actitud
de investigación propia de las nuevas generaciones. Una investigación que no quiere detenerse en la teoría, sino llegar a la práctica, a las opciones de vida,
a los comportamientos. En cierto modo, las preguntas son más
importantes que las respuestas – o al menos tan importantes – porque
nunca tendremos buenas respuestas si no hacemos buenas preguntas”.
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