- “La catedral de Santiago nació para ser la casa de los peregrinos. No es una catedral al uso”.
- “No podemos replegarnos en nosotros mismos. Debemos abrirnos a los demás”.
La catedral de Santiago nació con la finalidad de ser la “casa de los
peregrinos, y no te cobran por entrar en tu casa. Otra cosa es que
tratemos de aportar una ayuda para su mantenimiento”. Así se expresó
mon. Julián Barrio en una entrevista concedida a la periodista de Radio
Voz Eva Millán. El arzobispo de Santiago reconoció que se precisan
ayudas porque conservar la catedral y garantizar su seguridad y la de
sus visitantes cuesta dinero “y hay que buscarlo”, pero mostró su
esperanza en que “no se cobre para poder verla”.
Mons. Barrio reivindicó la ingente labor de la Iglesia, “que hace
muchas cosas bien y no se suele hablar de ellas”, mientras que se suele
poner el acento en cuestiones como la pederastia. En este sentido, el
arzobispo de Santiago recordó la actuación contundente del papa
Francisco “a la hora de condenarla” y de buscar posibles reparaciones al
daño causado.
En el plano pastoral, reconoció la difícil situación a la que ha
llevado la falta de vocaciones sacerdotales, lo que obliga a “plantear
un estilo de pastoral nuevo” en el que ya es imposible que cada
parroquia tenga un sacerdote en exclusiva. Una situación que se busca
remediar con la Escuela de Agentes de Pastoral, que acaba de iniciar su
segundo curso, y en la que se invita a los laicos de la diócesis a
adoptar un papel más protagonista en el devenir de la diócesis. “Esta es
hoy nuestra realidad”, concluyó el arzobispo compostelano, pero “no
podemos replegarnos en nosotros mismos. Debemos abrirnos a los demás”.
Preguntado por los conciertos de música que se suelen programar en la
Plaza de la Quintana, mons. Barrio se mostró partidario de preservar el
entorno de la catedral como un espacio para favorecer la belleza y la
verdad de la catedral en línea con lo que sucede en otros países
europeos, donde estos lugares “son entornos muy protegidos”.
Foto de archivo: Sandra Alonso | La Voz de Galicia
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