El arzobispo compostelano, monseñor Julián Barrio, presidió este
martes en la Casa Diocesana de Ejercicios la presentación del Plan
Pastoral Diocesano 2017-2020, así como la inauguración formal de la
Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral (EDAP). Se trata de una
iniciativa formativa surgida tras la inquietud manifestada por la
mayoría de los grupos de reflexión sinodal de la necesidad de coordinar
todas las ricas y plurales experiencias formativas existentes en la
Iglesia local de Santiago, así como de la necesidad de ir capacitando a
los laicos que van a colaborar más estrechamente con los pastores en las
futuras unidades pastorales.
En la presentación del plan, monseñor Barrio asegura que “como en los
años anteriores, pido a todos los diocesanos asumir el compromiso del
Plan Pastoral Diocesano con su colaboración y disponibilidad tanto para
los proyectos diocesanos como para los planteamientos parroquiales.
Estoy seguro de que su puesta en práctica ayudará a la edificación
espiritual en nuestra tarea apostólica”.
El arzobispo se pregunta en la presentación “qué debemos hacer”
después del Sínodo. Y afirma que “a esta pregunta trata de responder el
Plan pastoral para este curso, ofreciéndonos la clave con que hemos de
interpretar nuestro compromiso cristiano a través del ministerio de la
Palabra, cuidando la formación continua para la vida cristiana en
expresión del Sínodo diocesano. Es preciso fomentar un mayor y mejor
conocimiento de la Sagrada Escritura como Palabra de Dios para anunciar a
Jesucristo con obras y palabras en la vida cotidiana”.
En el acto llevado a cabo en la Casa de Ejercicios, se presentó la
Escuela Diocesana de Agentes de Pastoral, un acto que comenzó con una
oración y finalizó con una ceremonia de envío de las personas que van a
integrar los equipos formativos que trabajarán en los 26 centros que
comenzarán a funcionar en breve en las vicarías de Santiago, A Coruña y
Pontevedra. En el acto, el obispo auxiliar, monseñor Jesús Fernández
González, indicó que la Escuela ha de ayudar a los diocesanos a
redescubrir su vocación bautismal, en especial a los laicos. El
arzobispo había señalado, por su parte, que el plan pastoral es como un
GPS que nos ayuda a resituar nuestra fe.