Como suele hacer antes de cada viaje internacional, el Papa Francisco ha acudido también en vísperas de su viaje a Portugal al santuario de Santa María la Mayor de Roma para orar ante la imagen de "María Salud del Pueblo Romano", advocación antiquísima y patrona de la Ciudad Eterna.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke,
difundió esta imagen del Papa en el santuario mariano romano, ya
habitual, en una comunicación a través de su cuenta de Twitter. En estas
ocasiones el Papa Francisco lleva flores a la patrona de Roma y le pide
por los frutos del viaje.
Una rosa de oro para Fátima
Si así empieza su mañana, por la tarde hará otra ofrenda floral a la Virgen de Fátima, una vez en Portugal, pero será muy distinta: se trata de una rosa de oro que dejará a sus pies en la pequeña capilla de las apariciones, durante su peregrinación de paz y de esperanza. Es un gesto que ya realizó Benedicto XVI en el 2010. (Este tipo de regalos suelen guardarse en el Museo del Santuario de Fátima para mostrarlos a todos los visitantes, y acumulan así ya un siglo de historia que se puede contemplar en el museo).
El Papa pedía el miércoles a los portugueses, en su vídeomensaje: “Necesito de vuestra unión (física y espiritual, lo importante es lo que viene del corazón) para componer mi bouquet de flores, mi “rosa de oro”.
El Pontífice llegado de Argentina ya ofreció en otras oportunidades una rosa de oro: al santuario mariano de Nuestra Señora de Czestochowa, en Polonia, en julio de 2016 y al de Nuestra Señor del Cobre en Cuba, en septiembre de 2015.
La tradición de las rosas de oro
El papa León IX creó en el 1059 esta distinción, en reconocimiento por los servicios dados a la Iglesia. Pero fue el papa Pablo VI quien el 21 de noviembre de 1964 envió a Fátima la primera rosa de oro, al término de la tercera sesión del Concilio Vaticano II. Fue depositada el 13 de mayo de 1965 por su legado, el cardenal Fernando Cento. Benedicto XVI fue el primero en entregarla personalmente, durante su oración en la pequeña Capilla de las Apariciones el 12 de mayo de 2010, como un “homenaje de gratitud”, hacia Nuestra Señora de Fátima.
Otros santuarios marianos fueron igualmente homenajeados por los papas con una rosa de oro, como en Braga, donde san Juan Pablo II la ofreció el 8 de diciembre de 2004 con motivo del centenario de la coronación de la imagen de Nuestra Señora do Sameiro.
San Juan Pablo II, quien estuvo en Fátima en 1982, en 1991 y en el año 2000, tenía un regalo distinto: la bala que le alcanzó el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro, disparada por el terrorista Alí Agca. Esta bala pueden contemplarla los visitantes del museo engarzada en la corona.
Otros regalos para Portugal
Otros regalos que lleva el Papa Francisco son: una imagen de san Francisco de Asís para la capilla de la base aeronáutica portuguesa de Monte Real, donde su avión llega este 12 de mayo; un mosaico evocador del centenario de las apariciones para el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; un cuadro de la Última Cena, para la casa Nuestra Señora del Monte Carmelo, donde pernoctará (la misma que usaron san Juan Pablo II y Benedicto XVI) y un cáliz y una casulla para el obispo de Leiría-Fátima, Antonio Augusto dos Santos Marto, junto con un cáliz para la nunciatura apostólica.
Una rosa de oro para Fátima
Si así empieza su mañana, por la tarde hará otra ofrenda floral a la Virgen de Fátima, una vez en Portugal, pero será muy distinta: se trata de una rosa de oro que dejará a sus pies en la pequeña capilla de las apariciones, durante su peregrinación de paz y de esperanza. Es un gesto que ya realizó Benedicto XVI en el 2010. (Este tipo de regalos suelen guardarse en el Museo del Santuario de Fátima para mostrarlos a todos los visitantes, y acumulan así ya un siglo de historia que se puede contemplar en el museo).
El Papa pedía el miércoles a los portugueses, en su vídeomensaje: “Necesito de vuestra unión (física y espiritual, lo importante es lo que viene del corazón) para componer mi bouquet de flores, mi “rosa de oro”.
El Pontífice llegado de Argentina ya ofreció en otras oportunidades una rosa de oro: al santuario mariano de Nuestra Señora de Czestochowa, en Polonia, en julio de 2016 y al de Nuestra Señor del Cobre en Cuba, en septiembre de 2015.
La tradición de las rosas de oro
El papa León IX creó en el 1059 esta distinción, en reconocimiento por los servicios dados a la Iglesia. Pero fue el papa Pablo VI quien el 21 de noviembre de 1964 envió a Fátima la primera rosa de oro, al término de la tercera sesión del Concilio Vaticano II. Fue depositada el 13 de mayo de 1965 por su legado, el cardenal Fernando Cento. Benedicto XVI fue el primero en entregarla personalmente, durante su oración en la pequeña Capilla de las Apariciones el 12 de mayo de 2010, como un “homenaje de gratitud”, hacia Nuestra Señora de Fátima.
Otros santuarios marianos fueron igualmente homenajeados por los papas con una rosa de oro, como en Braga, donde san Juan Pablo II la ofreció el 8 de diciembre de 2004 con motivo del centenario de la coronación de la imagen de Nuestra Señora do Sameiro.
San Juan Pablo II, quien estuvo en Fátima en 1982, en 1991 y en el año 2000, tenía un regalo distinto: la bala que le alcanzó el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro, disparada por el terrorista Alí Agca. Esta bala pueden contemplarla los visitantes del museo engarzada en la corona.
Otros regalos para Portugal
Otros regalos que lleva el Papa Francisco son: una imagen de san Francisco de Asís para la capilla de la base aeronáutica portuguesa de Monte Real, donde su avión llega este 12 de mayo; un mosaico evocador del centenario de las apariciones para el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; un cuadro de la Última Cena, para la casa Nuestra Señora del Monte Carmelo, donde pernoctará (la misma que usaron san Juan Pablo II y Benedicto XVI) y un cáliz y una casulla para el obispo de Leiría-Fátima, Antonio Augusto dos Santos Marto, junto con un cáliz para la nunciatura apostólica.
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