¿Vivir en un monasterio sin ser monje? Se puede, en la Abadía benedictina de Santo Domingo de Silos (España).
Los requisitos: tener entre 18 y 45 años y pensar “que el Señor te
puede estar llamando a la vida monástica”. La próxima experiencia
monástica se celebrará en julio de 2017.
Si, después de la experiencia, alguno de los candidatos decide ingresar en el monasterio, deberá estar sujeto al horario de la abadía donde el día comienza con madrugón.
A las 06:00 horas se rezan Vigilias y 40 minutos después se realiza
la lectio divina, en la que “nos ponemos a la escucha orante de la
palabra en el silencio y soledad de nuestra celda”, explican los monjes
en su página web sermonje.eu.
A las 07:30 los monjes rezan Laudes, donde “bendecimos y alabamos a
Dios por sus maravillas y por el establecimiento de su Reino por la
muerte y resurrección de su Hijo”.
A las 09:00 llega uno de los momentos más importantes del día, la celebración de la Eucaristía, “centro de la vida de la Iglesia y de la jornada del monje”. La Misa “nos da fuerzas para el resto de día y nos ayuda a enfocarlo desde una perspectiva cristiana y monástica”.
Entre las 10:00 y las 13:45 los religiosos de silos trabajan.
“Trabajar es ofrecer nuestra vida y tiempo a Dios y a nuestros hermanos
trabajando por el bien común. Es así una ofrenda de nuestro ser”.
A continuación, se sucede el rezo de Sexta, “una forma de volver a
Dios tras una intensa mañana de trabajo”; y el almuerzo, en común y en
silencio que para san Benito “es una imagen de la comunión eucarística
en la que los hermanos parten el pan juntos”.
Tras la comida, la siesta, que proporciona al monje un tiempo de
descanso que “nos permite afrontar el resto de la jornada con fuerzas
renovadas”. Y seguidamente Nona, que se reza en el coro “para pedirle al Señor que siga inspirándonos al comenzar la tarde”.
Por la tarde, entre las 16:20 y las 19:00 se vuelve al trabajo, que concluye con la oración de Vísperas
(hasta las 19:45) y en la que “damos gracias a Dios por los bienes que
de Él hemos recibido durante el día y recordamos la redención que Cristo
ha obrado en nosotros”.
Al terminar el día, en la abadía de silos se vuelve a la lectio
divina. “La Biblia es el libro del monje, donde todo lo encuentra y de
donde saca cada día cosas nuevas y viejas que le ayudan a vivir como
discípulo de Jesús”.
La cena, también en silencio, tiene lugar a las 20:30 horas y después
hay un tiempo de recreación, donde “los monjes nos encontramos para
compartir un rato de conversación, de anécdotas y de risas”, explican.
“Así nos conocemos mejor y aprendemos a entendernos y a vernos como lo
que somos: una familia”, añaden.
A las 21:30, en la oración de Completas “nos ponemos
en manos de Dios al entrar en la oscuridad de la noche con la esperanza
de que nos conceda la luz de un nuevo día”. Seguidamente, es el momento
del “gran silencio de la noche: oración personal para el que la desee y
tiempo para el sueño”.