En el segundo día de su viaje apostólico a Fátima (Portugal), el papa
Francisco canonizó este 13 mayo de 2017, día de Nuestra Señora de
Fátima, a dos de los tres pastores que vieron a la Virgen María hace
cien años, Francisco y Jacinta Marto, ante cientos de miles de
peregrinos.
“Como un ejemplo para nosotros, tenemos ante los ojos a san Francisco Marto y a santa Jacinta, a quienes la Virgen María introdujo en el mar inmenso de la Luz de Dios, para que lo adoraran”, dijo en el Sagrado.
Antes de llegar a la Sacristía del Santuario, Francisco
rindió homenaje a las tumbas de los pastorcitos. Allí rezó en silencio
para luego iniciar la misa y el rito de canonización.
Al comienzo de la Eucaristía, celebrada en la explanada del santuario
de Fátima, sentado en su silla y con la mitra, el Papa explicó la
fórmula de canonización de los dos jóvenes pastores producto de un
“largo análisis” que les definió como apóstoles a los beatos inscritos
hoy en el el libro de los santos.
Se trata de los dos santos más jóvenes – no mártires – de la historia
de la Iglesia Católica, quienes vieron a la Virgen seis veces en 1917.
Ambos murieron por la gripe española en 1919 y 1920.
Un modelo para todos los fieles. “En ellos la fuerza para superar las contrariedades y los sufrimientos. La presencia divina se fue haciendo cada vez más constante en sus vidas”, dijo.
Dos infantes que enseñan la “insistente oración por los pecadores” y “el deseo permanente de estar junto a «Jesús oculto» en el Sagrario”, sostuvo el Papa.
Lucía, la mayor (10 años), recibió el don de ver, escuchar y hablar
con la Virgen, mientras que Jacinta (7 años) podía ver y escuchar y
Francisco (9 años), en cambio, podía solo ver. Por ende, su prima y
hermana lo informaban de todo.
Hoy la estatua de la Virgen de Fátima, que lleva en su corona la bala
del atentado a Juan Pablo de 1981, entró engalanada entre flores y
a hombros de camino al altar mientras cerca de 500 mil fieles
congregados cantaban y rezaban.
El milagro
En 1999, un milagro atribuido a la intercesión de los dos niños abrió
la puerta de su beatificación en 2000. Luego, un segundo milagro,
reconocido el 23 de marzo, permitió su canonización. Este milagro
benefició a un niño de 6 años de Brasil, que en 2013 entró en coma
después de una caída. Tres días después llegó la recuperación
inexplicable, tras la oración de su padre a la Virgen de Fátima y los
dos pastores. El niño estuvo presente hoy en el santuario de Fátima para
la canonización y fue abrazado por el Papa junto a su familia.
Madre de esperanza
“Queridos peregrinos, tenemos una Madre”, dijo dos veces el Papa, y
antes citó las palabras de los videntes: “una señora bella” se presenta
ante nosotros mientras regresaban a casa, un día bendito como hoy, 13 de
mayo hace cien años.
El Pontífice desde el inicio de su llegada a Fátima quiso hacer caer
la cortina del pesimismo. Las revelaciones de la Virgen a los niños
hablan de amor en su corazón inmaculado. La promesa de oración, ayuno y
penitencia: y el mundo será otro.
La humanidad de Jesús que subió al Cielo y María al lado de Dios fue
señalada como “un ancla” de esperanza “en esa humanidad colocada en el
cielo a la derecha del Padre” (cf. Ef 2,6). “Que esta esperanza sea el
impulso de nuestra vida”, dijo.
Advertencia del infierno
La Virgen –sostuvo el Papa– advierte sobre el “peligro del infierno”
al que nos lleva una vida -a menudo propuesta e impuesta― sin Dios y que
profana a Dios en sus criaturas”.
Ella “vino a recordarnos la Luz de Dios que mora en nosotros y nos
cubre. El Papa citó las palabras de Lucía (la otra vidente) para
describir la luz que envuelve a las personas que reciben la luz de
María, resplandor que se percibe en Fátima, como en cualquier otra parte
de la tierra, “cuando nos refugiamos bajo la protección de la Virgen
Madre para pedirle, «muéstranos a Jesús»”.
Durante la misa de canonización, las reliquias de Francisco y Jacinta
fueron colocadas a los pies de la Virgen de Fátima. Los dos nuevos
santos se celebrarán a partir de ahora el 20 de febrero en el calendario
litúrgico.
“Una llamada a la conversión” fue el mensaje principal también de la
homilía del 13 de mayo de 2000 que se realizó también en Fátima. Se
trataba de la ceremonia de beatificación de Francisco y Jancinta Marto,
esta vez, presidida por Juan Pablo II.
En el 50º aniversario de las apariciones, Pablo VI, el 13 de mayo de
1967, presidió la misa en el Santuario. De ahí, los papas comenzaron a
peregrinar al santuario.
Estuvieron presentes en la ceremonia de hoy el presidente de
Portugal, de Paraguay y de São Tomé e Príncipe, que el Papa saludó
después del rito.
Sucesivamente, el papa Francisco se detuvo a bendecir y saludar a los
enfermos presentes en alrededor del sagrario del Santuario.
Antes de viajar a Roma, los obispos de Portugal almorzarán con el
Sucesor de Pedro en la Casa N.S do Carmo. La ceremonia de saludo final
se realizará en la base aérea de Monte Real. Se calcula que el Papa
llegará en avión al aeropuerto de Ciampino a las siete de la tarde. De
esta forma concluirá el 19º viaje apostólico de Francisco.
Aleteia