San Nicolás de Flüe
En la región montañosa vulgarmente llamada Ranft, junto a Sachseln, en Suiza, san Nicolás de Flüe, el cual, por inspiración divina, deseoso de otro género de vida dejó a su esposa y a sus diez hijos, retirándose al monte para abrazar la vida de anacoreta, donde llegó a ser célebre por su dura penitencia y desprecio del mundo. De su celda sólo salió una vez, y fue para apaciguar con una breve exhortación a quienes estaban a punto de enfrentarse en una guerra civil.
En la región montañosa vulgarmente llamada Ranft, junto a Sachseln, en Suiza, san Nicolás de Flüe, el cual, por inspiración divina, deseoso de otro género de vida dejó a su esposa y a sus diez hijos, retirándose al monte para abrazar la vida de anacoreta, donde llegó a ser célebre por su dura penitencia y desprecio del mundo. De su celda sólo salió una vez, y fue para apaciguar con una breve exhortación a quienes estaban a punto de enfrentarse en una guerra civil.
Suiza en los siglos XIV y XV está empapada de
corrientes espirituales que son propicias para la ascesis y para las
visiones. Y no solamente se dan entre los clérigos o en los claustros de
los monasterios; han trascendido también al laicado y en cualquier
esquina o iglesia puede uno toparse con gente que transmita experiencias
sobrenaturales habidas en la intimidad de la oración.
Nicolás de Flue es un santo suizo y de esta época. Soporta sobre su
figura, no legendaria sino bien probada por la historia, la dignidad
nacional tanto por parte de los protestantes como de los católicos, dada
la curiosa complejidad que desde siglos lleva consigo el pueblo suizo,
aunque ciertamente unos y otros lo tienen como personaje emblemático por
distintos motivos; los que se llaman reformadores lo miran desde la
cara política y los católicos añaden el matiz espiritual.
Nació en el 1417, justo el año en que termina el Cisma de Occidente
con la elección de Martín V como Papa por el concilio de Constanza. En
familia de católicos campesinos, se ocupa de los trabajos del campo,
pero es asiduo a la oración y practica el ayuno como cosa habitual
cuatro días por semana. Se casa cuando tiene treinta años con Dorotea
Wyss. La unidad familiar dura veinte años, tienen 10 hijos, uno de ellos
llega a frecuentar la universidad y el mayor consigue ser presidente de
la Confederación. Siendo Nicolás un hombre de paz, tuvo que intervenir
en tres guerra, en la de liberación de Nüremberg, en la vieja de Zurich y
en la de Turgovia contra Segismundo.
En el año 1467 da comienzo la parte de su vida que, aunque llena de
contradicciones, es la forja de su santidad y de su fecundidad política.
Veámosla. Tiene cincuenta años y con el permiso de su esposa y de sus
hijos se retira a vivir como eremita en la garganta de Ranft. Vive
entregado a la meditación preferentemente de la Pasión del Señor que
contempla siguiendo los distintos episodios, como hicieron Juan
Ruysbroeck y Enrique Suso. Obtiene un alto y profundo conocimiento de la
Santísima Trinidad. Hace notable penitencia y practica riguroso ayuno.
La celda que le han construido los paisanos solo dispone de una ventana
para ver los oficios del sacerdote y otra para contemplar la naturaleza
de Unterwald. El obispo de Constanza va a bendecir el lugar que se
convierte en centro de peregrinación. El contenido será el culto a la
Eucaristía y el motivo el hecho milagroso del ayuno absoluto y
prolongado de Nicolás. No prueba bocado en veinte años; sólo ingiere la
Eucaristía y una vez come porque lo manda su obispo para probar su
obediencia, humildad y el carácter sobrenatural del ayuno. Aquí tiene
visiones sobrenaturales y de aquí arranca su energía y acierto para
enfocar los asuntos políticos que darán a Suiza estabilidad y forma de
gobierno peculiar.
El místico pacificador y salvador de la patria suiza fue juez y
consejero en su cantón; también Diputado en la Dieta federal en 1462 y
rechazó la jefatura del Estado. En 1473 propicia y consigue se firme el
tratado de paz perpetua con Austria. En la Dieta de Stans del 1478 evita
la guerra civil, consiguiendo el milagro de la reconciliación. Su obra
política no fue sólo coyuntural, sino que hizo técnicamente posible la
realidad de la patria común suiza.
Se cierra su vida con una enfermedad cargada de dolor y de
sufrimiento que lleva con paciencia tan grande como su pobreza. Después
de recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, muere el 21 de marzo de
1487.
Desde el siglo XVI tanto los protestantes como los católicos
requieren su patronazgo; unos por sus recomendaciones de mantenerse
dentro de las fronteras, por los razonamientos que les ayudan a lo
mezclarse en políticas extranjeras y por la cuasi prohibición de mostrar
interés por la política europea; los otros, por ser un gran político
que saca su genio de la condición de santo y fiel.
Sea como sea, Nicolás supo articular, unir y compaginar de un modo
asombrosamente original lo que a la mayoría de los mortales nos parece
un imposible contradictorio: Cuidó con esmero las cosas de la tierra y
amó intensamente las del cielo; fue un hombre con una actividad
incansablemente eficaz, sin dejar de ser contemplativo; es a la vez
casado y eremita; resulta al mismo tiempo el primer político y el más
grande santo; tiene la extraña sabiduría que valora lo poco nuestro y la
inmensidad de lo divino.
Los católicos comenzaron en el 1591 el proceso de canonización que no
llega a promulgarse -un dato contradictorio más- hasta el 1947 por el
papa Pío XII, el mismo día de la Ascensión. Han pasado más de 350 años y
es que la santidad, antes de ser oficialmente reconocida, está
supeditada a las contingencias históricas.
Santopedia