Papa Francisco reflexionó hoy en el Ángelus sobre la parábola del Buen Samaritano: “sencillo e inspirador, indica una forma de vida, cuyo centro de gravedad no somos nosotros mismos sino los otros, con sus dificultades, que nos encontramos en nuestro camino y nos desafían”.

Jesús, explicó el Papa contesta a la pregunta: “¿Quién es mi prójimo?” y muestra que “no tengo que categorizar a los demás para decidir quién es mi prójimo y quién no”.

“A través de buenas obras, que hacemos con amor y alegría a nuestro prójimo, nuestra fe crece y fructifica. ¿Preguntémonos: nuestra fe es fructífera? ¿Produce buenas obras? ¿O más bien estéril y por lo tanto, más muerta que viva?”, se preguntó el Pontífice.

Papa Francisco muestra que al final “seremos juzgados en las obras de misericordia” y destacó que “esta es la manera de entrar en la vida eterna”.

Tras el Ángelus, Papa Francisco mostró que hoy se celebra el “Domingo del mar” y animó a las gentes del mar en su trabajo, “a menudo difícil y con riesgo, así como capellanes y voluntarios en su valioso servicio.”
Aleteia
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