El papa Francisco ha pedido en varias ocasiones que los cristianos se unan para hacer obras de caridad. En esta línea, 101 refugiados sirios se han beneficiado de la iniciativa ecuménica de los “corredores humanitarios” organizados por la comunidad de San Egidio y las Iglesias evangélicas.

Este martes 3 de mayo en la mañana fue fiesta en la sala del Terminal 5 del aeropuerto de Fiumicino para varias familias sirias procedentes desde Beirut (Líbano), las cuales llegaron a Roma sin necesidad de pagar miles de euros a traficantes sin escrúpulos con el riesgo de perder la vida en viajes de fortuna.
“Un ambiente conmovedor” hecho de dignidad y solidaridad. Llegar en avión, y no en una chalupa, es posible.

“Ellos se sentían seguros y acogidos. Un señor de 83 años armenio con su mejor vestido manifestaba una gratitud rebosante y contagiosa”, dijo Gaëlle Courtens, de la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia (FCEI), a Aleteia, comentado el ambiente de esta jornada que calificó como “histórica” para la caridad ecuménica.

El frenético aeropuerto se convirtió en un lugar de esperanza para 94 personas y 34 niños nacidos en Homs, Alepo, Hama, Hassaka, entre ellos una familia de refugiados de Irak. “El 30% son cristianos de varias confesiones”, confirmó Courtens.

Después del gesto de Francisco cuando trasladó a tres familias de refugiados desde la isla griega de Lesbos al Vaticano, un segundo grupo de familias sirias se encuentra sana y salvo en el bel paese gracias a un acuerdo alcanzado a mediados de diciembre entre el gobierno italiano (ministerios de Exteriores y de Interior), la Comunidad de San Egidio, la FCEI y la Mesa Valdés.

San Egidio informó que este proyecto prevé que lleguen mil personas en dos años, y no sólo del Líbano, sino también de Marruecos y de Etiopía.

Se trata de un importante ejemplo de acogida e integración para toda Europa, un modelo replicable en otros países de la Unión.

Las familias que llegaron hoy a Roma fueron acogidas por el equipo ecuménico integrado por los agentes de “Mediterranean Hope-FCEI” y de San Egidio, además del pastor Luca Maria Negro, presidente de la FCEI; y Andrea Riccardi, fundador de San Egidio, entre otras personalidades.

“Acojamos con alegría y brazos abiertos a estos nuevos europeos, gracias a los cuales construimos puentes”, subrayó Andrea Ricardi, que habló contra la “Europa de los muros”.

“Solidaridad y legalidad se pueden combinar con transparencia“, reafirmó, “la colaboración entre Estado y sociedad civil es un valor agregado”.

La iniciativa ecuménica está dirigida a familias y personas, víctimas de persecuciones, torturas y violencia, núcleos con niños, mujeres solas, ancianos, enfermos, personas discapacitadas.

El objetivo fundamental es hacer llegar a estas personas vulnerables de manera segura y legal a Europa sin poner en peligro su vida atravesando el Mediterráneo, o por vía más tortuosas como la de los Balcanes.
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Los corredores humanitarios son producto de una colaboración ecuménica entre cristianos católicos y protestantes; signo de un ecumenismo de la sangre que se convierte en ecumenismo de la caridad, parafraseando al papa Francisco.

Las familias con sus criaturas serán huéspedes de una red de casas y estructuras de acogida situadas en diversas regiones de Italia: Lombardia, Piemonte, Umbria, Lazio, Toscana y Basilicata.

Esta no es la primera vez: ya en el mes de febrero, 97 adultos y 43 niños refugiados habían realizado la misma ruta salvadora. En suma, hasta el momento son 200 las personas beneficiadas del proyecto.
Aleteia
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