El Papa Francisco y Bartolomé I se abrazaron y rezaron por la unidad de los cristianos. Los sucesores de Pedro y Andrés pidieron esta gracia al mismo Dios en la Iglesia Patriarcal de San Jorge en el Fanar, el barrio ortodoxo de Estambul, Turquía (29. 11. 2014).
Ahora, después de 12 siglos, los líderes de las Iglesias Ortodoxas autocéfalas – independientes – se encontrarán para celebrar un “santo y gran Concilio” que se realizará del 16 al 27 de junio de 2016 en la isla griega de Creta.
Ahora, después de 12 siglos, los líderes de las Iglesias Ortodoxas autocéfalas – independientes – se encontrarán para celebrar un “santo y gran Concilio” que se realizará del 16 al 27 de junio de 2016 en la isla griega de Creta.
La última vez que esto ocurrió fue durante el Concilio de Nicea (787 d.C). Una noticia importante, también para la Iglesia de occidente porque el ecumenismo que anhelan Francisco y Bartolomé I estará siempre cojo sin la unidad de las Iglesias Ortodoxas.
En suma, en juego está el futuro de la unidad de las distintas confesiones religiosas cristianas ‘históricas’, separadas desde los grandes cismas.
La decisión ha sido oficializada este 28 de enero al final de una reunión en Ginebra promovida por el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, en acuerdo con el Patriarca de Moscú y de toda Rusia, Kirill (Cirilo) y otros líderes espirituales ortodoxos.
El anunció de un nuevo Concilio pan-ortodoxo necesitó negociaciones que duraron décadas. El recién nombrado secretariado pan-ortodoxo para la organización del evento también definirá la participación de observadores no ortodoxos a las sesiones de apertura y final.
Los temas que se tratarán en el Sínodo son: La misión de la Iglesia ortodoxa en el mundo contemporáneo, la diáspora ortodoxa, la autocefía y la modalidad de proclamarla, el sacramento del matrimonio y su impedimento, las relaciones de la Iglesia ortodoxa con el resto del mundo cristiano.
En 2014, los líderes espirituales ortodoxos habían decidido realizarlo en 2016 en Santa Irene, la antigua catedral de Constantinopla, que fue la sede del segundo concilio ecuménico de la Iglesia indivisa (en el 553).
Sin embargo, la ciudad turca no era la mejor opción para la delegación de Rusia, después de la explosión de las tensiones entre Moscú y Ankara por el derribamiento de un avión ruso en la frontera con Siria.
Todos recordamos el momento de la bendición que le pidió con la cabeza baja el Papa Francisco al Patriarca Bartolomé I durante la oficial visita a Turquía en noviembre de 2014. Un gesto-anhelo de encuentro y diálogo en la consciencia de los sucesores de Pedro y Andrea que saben que el ecumenismo no es posible sin que se limen las espinas de la división en el corazón de las Iglesias ortodoxas.
En suma, en juego está el futuro de la unidad de las distintas confesiones religiosas cristianas ‘históricas’, separadas desde los grandes cismas.
La decisión ha sido oficializada este 28 de enero al final de una reunión en Ginebra promovida por el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, en acuerdo con el Patriarca de Moscú y de toda Rusia, Kirill (Cirilo) y otros líderes espirituales ortodoxos.
El anunció de un nuevo Concilio pan-ortodoxo necesitó negociaciones que duraron décadas. El recién nombrado secretariado pan-ortodoxo para la organización del evento también definirá la participación de observadores no ortodoxos a las sesiones de apertura y final.
Los temas que se tratarán en el Sínodo son: La misión de la Iglesia ortodoxa en el mundo contemporáneo, la diáspora ortodoxa, la autocefía y la modalidad de proclamarla, el sacramento del matrimonio y su impedimento, las relaciones de la Iglesia ortodoxa con el resto del mundo cristiano.
En 2014, los líderes espirituales ortodoxos habían decidido realizarlo en 2016 en Santa Irene, la antigua catedral de Constantinopla, que fue la sede del segundo concilio ecuménico de la Iglesia indivisa (en el 553).
Sin embargo, la ciudad turca no era la mejor opción para la delegación de Rusia, después de la explosión de las tensiones entre Moscú y Ankara por el derribamiento de un avión ruso en la frontera con Siria.
Todos recordamos el momento de la bendición que le pidió con la cabeza baja el Papa Francisco al Patriarca Bartolomé I durante la oficial visita a Turquía en noviembre de 2014. Un gesto-anhelo de encuentro y diálogo en la consciencia de los sucesores de Pedro y Andrea que saben que el ecumenismo no es posible sin que se limen las espinas de la división en el corazón de las Iglesias ortodoxas.
Aleteia