Tras el vertiginoso año 2015 -en el que Francisco hizo viajes a Asia, Sudamérica, África y el importante periplo de 10 días a Cuba y Estados Unidos, año en el que publicó la encíclica “ecológica” Laudato si y en el que abrió la Puerta Santa por el Año de la Misericordia y concluyó el Sínodo de la Familia-, el prestigioso semanario católico estadounidense, Our Sunday Visitor cree que el 2016 será un año decisivo más para las reformas emprendidas que para expandir la presencia de la Iglesia en lugares no visitados por un Papa.
En un artículo firmado por Austin Ivereigh -autor del best-seller The Great Reformer (“El Gran Reformador”), un libro decisivo para los lectores anglosajones sobre el destino de las reformas que está emprendiendo un “Papa radical”, como Ivereigh llama a Francisco-, se señala que muchas de las reformas del Papa quedaron apenas tocadas en 2015 y algunas de ellas “dan signos de estancamiento”.

Por el momento, los temas principales de la agenda del Papa Francisco para 2016 –año del 80 aniversario de su nacimiento— son:

· El 2 de febrero, Día de la Vida Consagrada, en que finaliza el Año de la Vida Consagrada

· El 10 de febrero, Miércoles de Ceniza, que será cuando el Papa lance a los Misioneros de la Misericordia por todo el mundo

· Del 12 al 17 de febrero visitará México

· Del 26 al 31 de julio irá a Cracovia, en Polonia, a la Jornada Mundial de la Juventud

· El 20 de noviembre cerrará lo que para muchos es la verdadera reforma del Papa Francisco: el Jubileo de la Misericordia, en el que encabezará un buen número de actos.

Durante 2015 –escribe Ivereigh—en “las áres clave de la reforma del Vaticano, los cambios en la gobernanza, y en la conversión pastoral y misionera de la Iglesia durante el Sínodo (de la Familia) tuvieron considerables progresos”.

Para 2016, Ivereigh observa, como predicción, “menos nuevas iniciativas y más consolidación en la conversión interior ofrecida por el Jubileo de la Misericordia”.

Año decisivo

Por lo mismo, 2016 será un año de menos viajes internacionales, y de menos visitas a ciudades italianas.

De hecho, el Vaticano pospuso la visita del Papa a Milán –que se iba a producir el mes de mayo—hasta 2017. La razón oficial, dice Ivereigh, es que el Papa tendrá que estar en Roma para atender a las multitudes que irán al Año de la Misericordia.

Pero existe otra razón de peso que los círculos cercanos al Papa han comunicado al autor: que el plan de cinco años que tenía para hacer las reformas se ha extendido a siete y que los viajes, a su edad, ya resultan muy pesados.

En el viaje de regreso de África dijo a los periodistas que se puede sobrevivir a los viajes, pero que van dejando huella en la constitución física del Pontífice.

Existen varias visitas sin confirmación: a Armenia, en abril (el Papa dijo que iba a ir); a Sudamérica (Perú, Colombia y Venezuela); a su propio país Argentina, Chile y Uruguay, pero esto podrá ligarse a la visita que en 2017 hará a Brasil con ocasión del 300 aniversario de la Basílica de Nuestra Señora de Aparecida.

México será una prueba extenuante para Francisco, toda vez que el clima de violencia por el que atraviesa el país –especialmente de violencia en contra de los sacerdotes—así como el asunto migratorio y el indígena supondrán una preparación cuidadosa de todos los encuentros.

Y Cracovia resultará emblemática por ser la ciudad que une al Año de la Misericordia con san Juan Pablo II y santa Faustina Kowalska, heraldos, ambos, de la misericordia.

Para Ivereigh, finalmente, hay dos puestos clave en el trabajo de 2016, en la reforma de la Curia y de las finanzas, así como de la presencia de la Iglesia en los medios: el secretariado de Economía del cardenal George Pell, “que seguirá presionando por la transparencia y el balance en los libros”, y el secretariado de Comunicación, que encabeza Darío Viganó y en el que se anuncia ya el retiro del padre jesuita Federico Lombardi como vocero del Papa.
Aleteia
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