El Papa Francisco, como obispo de Roma, presidió este lunes 9 de noviembre una misa en la Basílica de San Juan de Letrán para consagrar al ministerio episcopal a monseñor Angelo De Donatis, ahora obispo auxiliar de la capital italiana. Durante la ceremonia el Papa recordó cómo debe ser un buen obispo servidor de Cristo y no amante del poder.
Antes de darle el tradicional anillo episcopal, el Papa evocó el calor de hogar de la misión: “recuerda que antes de este anillo existió el anillo de tus padres, recuerda la familia en tu misión”.
Antes de darle el tradicional anillo episcopal, el Papa evocó el calor de hogar de la misión: “recuerda que antes de este anillo existió el anillo de tus padres, recuerda la familia en tu misión”.
El Obispo puede “regañar, amonestar”, pero “siempre con dulzura”. “Exhorta con magnanimidad y doctrina”. El lenguaje, las palabras, deben ser “simples para que todos entiendan”, recomendó.
Asimismo, lo invitó a no hacer homilías largas y en su estilo amigable contó una cariñosa anécdota al nuevo obispo auxiliar de Roma: “Me permito de decirte, acuérdate de tu papá cuando era tan feliz de haber encontrado otra parroquia cerca del pueblito donde se celebraba la misa… sin homilía”, dijo suscitando risas entre los presentes.
Esta anécdota fue contada por el mismos mons. De Donatis a papa Bergoglio con ocasión de los ejercicios espirituales que dirigió a la curia romana en 2014 en la ciudad de Ariccia, a las fuera de Roma, invitado por Francisco cuando el clero romano junto al Sucesor de Pedro, por segunda vez, cumplieron los ejercicios de semana santa fuera del Vaticano.
“La transmisión de la gracia de Dios, simple, que todos la entiendan y todos tengan el deseo de ser mejores”, agregó.
Sucesivamente, le recordó que le confiaba una Iglesia, los sacerdotes, los seminaristas… “tú tienes el carisma, sé fiel custodio y proveedor de los misterios de Cristo, puesto dado por el Padre como jefe de su familia”.
“Nos hará bien reflexionar atentamente sobre la alta responsabilidad eclesial a la que llega a ser promovido éste nuestro hermano en el episcopado”. El Papa así rememoró la tradición de los obispos desde los tiempos en que Jesús llamó a los 12 apóstoles y se consolidó la tradición milenaria del ministerio del episcopado. “Entre los sacerdotes y el obispos está el mismos Señor Jesucristo”.
De hecho, “es Cristo que en el ministerio del Obispo continua a predicar el evangelio de la Salvación”. Por ello, pidió de acoger al nuevo obispo como “un hermano en Cristo”. “Recuérdense de las palabras de Jesús a sus apóstoles: quien les escucha, también me escucha. Quien les desprecia, me desprecia y desprecia al Padre que me manda”.
El Papa se dirigió al nuevo obispo con estas palabras: “En cuánto a ti hermano querido, elegido por el Señor, reflexiona por que has sido elegido entre los hombres y para los hombres, has sido constituido para las cosas que tienen que ver con Dios”.
De esta manera, invitó a ver el episcopado como “un servicio” y “no como un honor”, puesto que al obispo le espera más “servir que dominar”. El Papa recordó las palabras de Jesús cuando asegura que el más grande entre sus discípulos es aquel que se hace esclavo y servidor de los demás.
El obispo – recordó el Papa – da la vida por las personas que le son confiadas. Especialmente, por los más pobres y por los que sufren. Entretanto, alentó a tener atención hacía los alejados de la Iglesia porque también ellos hacen parte de su misión encomendada por Dios.
La caridad – insistió – es el vínculo que lleva al colegio de los obispos y “debes llevar en ti la solicitud de todas las Iglesias, especialmente las mas necesitadas”. En ocasión de la proximidad del año de la misericordia, le insto a ser un obispo misericordioso. “Tú enseñas a los sacerdotes y a los seminaristas la misericordia, sí con con palabras, pero también con las acciones y los gestos”.
Prosiguió: “no alejes a nadie…espera, espera. Esto te deseo: tanta misericordia”. “Vigila con amor sobre toda el grey”, solicitó.
Por su parte, el nuevo obispo fue interrogado por el Papa para que saber si aceptaba los varios principios y responsabilidades de su ministerio.
La ceremonia ha sido significativa igualmente debido a que coincide con la Fiesta del 09 de noviembre en la diócesis de Roma dedicada a la basílica de Letrán en honor de Cristo Salvador, construida por el emperador Constantino como sede de los obispos. Además de ser una fiesta signo de unidad y amor para con el Obispo de Roma.
El nuevo obispo auxiliar de Roma, monseñor de De Donatis, del clero de la diócesis de Roma, 61 años, nació en Casarano, ordenado sacerdote el 12 de abril de 1980. Es reconocido por los medios católicos italianos por ser “un pastor con olor a oveja”.
Aleteia