Las Academias Pontificias celebraron el pasado 10 de noviembre su XXI Sesión Pública organizada por el Pontificio Consejo para la Cultura que coordina esas instituciones. El tema de la sesión este año ha sido ”Ad limina Petri. Huellas monumentales de la peregrinación en los primeros siglos del cristianismo”. En el curso del evento, el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, entregó el Premio de las Academias Pontificias otorgado por el Santo Padre a los jóvenes expertos, artistas o instituciones que se han distinguido a lo largo del año en la promoción del humanismo cristiano.
El Papa Francisco envío a los participantes un mensaje en el que recuerda que en la bula de convocación del Jubileo de la Misericordia, Misericordiae Vultus, subrayaba la importancia de la peregrinación como signo distintivo del Año Santo porque ”es el icono del camino que cada persona hace en su vida. La vida es una peregrinación y el ser humano es viator, un peregrino que recorre un camino hasta la meta deseada. También para llegar a la Puerta Santa en Roma y en cualquier otro lugar, cada uno tendrá que ir, según sus propias fuerzas en peregrinación. Será un signo de que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio. La peregrinación, por lo tanto, sea un incentivo para la conversión: atravesando la Puerta Santa nos dejaremos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos en ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros”.
Después, refiriéndose al tema de la Sesión, señala que ya desde los primeros siglos de la era cristiana los itinerarios de los peregrinos, tanto eclesiásticos como seculares, están bien documentados por varias fuentes, ”incluyendo los graffiti dejados en los lugares de visita, al lado de las tumbas de los mártires. De esos testimonios surge la fe genuina y generosa del que emprende el viaje, con gran valentía y también con muchos sacrificios, para encontrar, todavía más, para tocar con sus manos, los testimonios de la fe y sus recuerdos, para conseguir así nuevo entusiasmo y fuerza interior para vivir su fe cada vez con más profundidad y más coherencia”
”La peregrinación – como demuestran los que han recorrido a pie algunos tramos de las antiguas rutas, oportunamente redescubiertas y propuestas en nuestros días – es también una experiencia de misericordia, de compartición y solidaridad con los que recorren el mismo camino, así como de acogida y de generosidad por parte de quien alberga y ayuda a los forasteros. Entre las obras de misericordia corporales que quise proponer como uno de los signos que caracterizan el Año Santo, destaca precisamente la de acoger al peregrino. ¡Que la mirada a la antigüedad cristiana y a las huellas dejadas por los peregrinos nos recuerden el compromiso de la acogida y la compartición que, en la experiencia de la peregrinación, se hace itinerario consciente de conversión y alegre práctica diaria!”.
Por último el Papa anuncia el nombre de los galardonados este año con un premio que ”brinda una valiosa aportación a la investigación arqueológica y relativa al culto de los mártires”. Los ganadores son ex aequo la Asociación Portuguesa Campo Arqueológico de Mértola, cuyo referente es el profesor Virgilio Lopes, por las campañas arqueológicas llevadas a cabo en los últimos años y por sus logros sobresalientes y Mateo Braconi por su excelente tesis doctoral “El mosaico del ábside de la basílica de Santa Pudenziana en Roma. La historia, la restauración, las interpretaciones”, discutida en la Universidad de Roma Tres.
Como una señal de aliento para la investigación histórica en el ámbito religioso, el Papa Francisco otorga la Medalla del Pontificado a la española Almudena Alba López por su publicación ”Teología política y polémica antiarriana’‘ (Universidad de Salamanca).
AgenciaSIC