El arzobispo compostelano clausuró ayer las XV Jornadas de Teología organizadas por el Instituto Teológico Compostelano

“En la meta de la peregrinación jacobea, frente a la magnífica obra maestra de la cultura religiosa hispana, la catedral de Santiago de Compostela, se abre un gran atrio, la Plaza del Obradoiro, el lugar simbólico más adecuado para dar un nuevo impulso al encuentro respetuoso y amistoso entre personas de convicciones diferentes. A imagen del templo de Salomón, la Plaza del Obradoiro debe ser el “Atrio de los Gentiles”, donde naturalmente tienen cabida los valores fundamentales del Evangelio, que no quitan nada a la actividad humana, sino que la sitúan en la dimensión que le corresponde, confiriéndole su significado auténtico”. Así se manifestó ayer monseñor Julián Barrio en la clausura de las XV Jornadas de Teología organizadas por el Instituto Teológico Compostelano (ITC), trazando en su intervención un diseño de la relación que ha de existir entre evangelización y cultura, entre anuncio del Evangelio y mundo contemporáneo. En este sentido, el arzobispo compostelano resaltó la importancia de Santiago de Compostela como escenario idóneo de ese necesario diálogo. “No podía omitir”, indicó, “la mención expresa que el papa Francisco hace del “diálogo social en un contexto de libertad religiosa” con aquellos que buscan sinceramente la verdad, la bondad y la belleza y que para nosotros tienen su máxima expresión y su fuente en Dios”.

El arzobispo de Santiago también se refirió a la importancia de las nuevas tecnologías y a la consideración estratégica de la información, pero resaltando siempre la primacia de la persona. “En el contexto de los caminos de evangelización”, aseguró,“el Papa tiene en cuenta los instrumentos técnicos modernos de los mass media. No despreciando estos medios, afirma que ningún programa estratégico, ninguna campaña de prensa o editorial puede sustituir la dimensión esencial de la evangelización, el encuentro “del hombre con el hombre”. Esta dimensión personal es la condición fundamental de toda evangelización”. En su intervención de cierre de los trabajos, el arzobispo compostelano apuntó también que “en lo relativo al diálogo, la “EvangeliiGaudium” propone el diálogo social como aportación a la paz. Este diálogo con la fe, la razón y la ciencia, que sobrepasa el ámbito intraeclesial, debe ser una aportación a la paz social: “El diálogo entre ciencia y fe también es parte de la acción evangelizadora que pacifica […] Toda la sociedad puede verse enriquecida gracias a este diálogo que abre nuevos horizontes al pensamiento y amplía las posibilidades de la razón. También este es un camino de armonía y pacificación”.

En la jornada de trabajo de ayer intervinieron Vicente Vide Rodríguez, decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto; Ramiro González Cougil, delegado de Liturgia y profesor del Seminario Mayor de Ourense; Miguel López Varela, director del Secretariado de Catequesis de la Archidiócesis de Santiago; Baldomero Rodríguez Carrasco, vicario general de la Diócesis de Huelva; y Martín Carbajo Núñez, rector magnífico de la Pontificia Universidad Antonianum, de Roma.
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